24 horas antes de la pelea...
El grupo de viajeros compró unas boletas para el primer vuelo con destino a la ciudad más cercana al salar. Dicho vuelo sería en la tarde del día siguiente. En la noche, después del vuelo, irían en carretera y subirían a la salina más extensa del mundo. Allí contemplarían las estrellas y Vanessa tomaría un puñado de cenizas y las esparciría al viento.
La chica no dejaba de pensar en los "y si..."; dos ejemplos eran los "y si hubiéramos llevado a Elián al médico" y "y si fue mi culpa...". Ella se daba látigo con aquellas palabras tan lacerantes para su lastimado corazón.
8 horas antes de la pelea...
Albert, aprovechando la oportunidad que tenía para hablar con Vanessa, al día siguiente, se sentó con ella en el avión, cosa que enfureció a Aleksander. Issac miraba con miedo a su amigo castaño. Parecía demasiado enfurruñado. El rubio no se atrevió a hablarle a Aleksander en todo el vuelo.
Sin embargo, dos personas que sí hablaron extensamente fueron Albert y Vanessa. Ellos tenían poco en común, pero, su único fin era el bien de Aleksander. Y esto no lo entendía el castaño, que, con recelo, los observaba atentamente. En ningún momento, aunque no los podía escuchar por la lejanía, dejó de mirarlos. De repente, empezó a malpensar la situación y los celos no tardaron en acudir a él.
Mientras tanto, los acusados de traición por el castaño hablaban de nada más y nada menos que de él mismo. Aleksander a veces podía tener una faceta muy celosa, la que se estaba manifestando en esos instantes. El de pecas no dejaba de hacer teorías conspirativas, ya que le parecía extrañísimo que su hermano tan ególatra y rígido se llevara tan bien con alguien tan libre como Vanessa. El recurrente estereotipo de que los polos opuestos se atraen le empezó a parecer muy real. Cosa que le hizo sentir peor.
Su amigo, Issac, estaba al borde del colapso. Además del miedo que le tenía a su amigo castaño, le tenía pavor a la turbulencia. El viento movía la cabina del avión sólo un poquito, pero para el rubio era como si un terremoto escala 6 de Richter estuviera acechándolo. No dejaba de removerse en el asiento. Y esta era otra de las razones por las cuales Issac no intentaba desmentirle a su amigo las mentiras que este se armaba en la cabeza.
Albert le soltó la bomba a la chica con esta pregunta:
— ¿Desde cuándo estás enamorada de mi hermano?
Ella, al verse en descubierto, miró entre sorprendida y aterrada al mayor, no fue capaz de darle una respuesta coherente, así que el hombre prosiguió:
— Estoy al tanto de que estás en una de las peores etapas de tu vida, perdiste a alguien y pasas por un duelo muy doloroso.
La pelinegra de ojos miel bajó la cabeza y en un tono muy moderado, hizo esta confesión:
— En estos días me he estado arrepintiendo de cosas que hice y que no hice, los "quizás" y los "y si" me invaden, me invaden siempre.
El hombre alzó el mentón de la chica con un dedo; al ver esto, Aleksander, tuvo un dolor agudo en el pecho. Su hermano, además de ser un prepotente y ególatra, era un roba chicas. Se las haría pagar cuando bajaran del avión.
Fue aún peor cuando la chica escondió la cabeza en el pecho del mayor. No obstante, lo que no sabía Aleksander es que Vanessa se estaba desahogando, estaba sacando todo el dolor que tenía oculto desde hace meses, incluso, años. La pelinegra nunca le dijo nada de esto a su padre y de cosa había hablado de su aflicción con su mejor amigo, Issac. A veces unos celos injustificados pueden dar lo peor.
El viaje fue eterno para nuestros amigos, Issac y Aleksander, el uno por su miedo a morir en un avión y el otro por sus celos injustificados e irracionales.
Cuando tocaron tierra y se encontraron con la agencia de autos internacional, así alquilando un auto, las tensiones fueron aún mayores para los hermanos Kalas.
Media hora antes de la pelea...
Aproximadamente cuando se acercaban al salar, el menor de los Kalas empezó a lanzarle indirectas incómodas a su hermano.
— ¿Feliz, hermano?
— Claro, como siempre — contestó el de ojos negros. Y extrañándose, le preguntó a su hermano menor:
— ¿Por qué tanto interés, Aleksander?
— Es que nunca te había visto tan conectado con personas tan opuestas a tus gustos y personalidad, es muy raro, demasiado.
— Uno tiene que experimentar y dejarse un momento por la conversación, no siempre la persona será afín a tus necesidades y preferencias, ¿sabes? — contestó el pelinegro.
Albert suspiró disimuladamente. Su hermano estaba celoso, se notaba a leguas. Y, era completamente su culpa. Sólo quería ayudar. Al parecer el odio que Aleksander tenía por él era mucho más grande de lo que pensaba. Aquel no tan pequeño detalle le preocupaba de sobremanera.
— Tú no sueles pensar estas cosas — declaró el menor, su voz tenía un deje de furia.
Su amigo Issac miraba por el espejo retrovisor el inicio de una discusión grave, que llegaría a mayores si este no intervenía a tiempo.
Vanessa, absorta en sus pensamientos, no dejaba de culparse, una y otra, y otra vez. Siempre volvía a los mismos pensamientos y ella no estaba consciente de lo que pasaba a su alrededor.
La pelea...
El rubio, tuvo la genial idea de parar el carro. Allí empezó la verdadera tempestad. De un momento a otro, Aleksander sacó a Albert a la carretera y lo arrastró por el cuello de la camisa. Le gritó y le amenazó con un puño.
Toda esta serie de acontecimientos dieron un desenlace un poco sangriento. Y también amoroso, pero, esto no significaba nada aún. Para que se concretaran las cosas tenían que pasar otras; causa y efecto.
Las personas no entienden que no todo es como en las películas. La vida real tiene personas de carne y hueso, con aspiraciones y problemas. Estos problemas se dan por algo y trae consecuencias reaccionar mal ante ellos.
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El dolor de amarte | ✔️ EFECTOS DE AMARTE 1#
Novela JuvenilLa vida de Vanessa cambia cuando un viejo amigo de su padre muere. Ese amigo, Elián, siempre estuvo para su pequeña familia, compuesta por ella y su padre. Antes de morir el hombre le pide a Vanessa viajar en compañía de sus mejores amigos, Isaac y...