El gran reino de Cenais se extiende a lo largo de montañas, lagos y bosques. Es un reino próspero cuya mayor peculiaridad son los seres que habitan en el castillo de la capital, la ciudad Celeste. Ellos son reyes, reinas, príncipes y princesas. Y realmente son de sangre azul.
Una mutación genética, o los dioses, hay discrepancias al respecto, logra que cada diez años, un chico y una chica del país de Cenais nazcan con la sangre azul. Dicha sangre les hace diferentes al resto, les hace más guapos, más listos, más rápidos...
Y desde la constitución del año 1300 D. A. (Después de Azul, primer ser de sangre azul de Cenais), se decreta que desde su nacimiento, dichos niños sean llevados a palacio, donde crecerán y se casarán, para con sus semejantes, gobernar Cenais.
Cada cinco años se realizan unas elecciones para que los habitantes de Cenais elijan a una pareja que reine. Mientras dura su mandato, el resto de los príncipes se dedicará a sus propios quehaceres, en general, siempre para el bien y el avance de Cenais.
Cuando los príncipes cumplen 70 años, se retiran del servicio activo y junto con los príncipes de 80 años, forman el consejo de los cuatro sabios, que tiene como cometido ayudar y aconsejar a los reyes. A los 90, todo ser de sangre azul muere inevitablemente.
Por su parte, los habitantes de Cenais se dividen esencialmente en tres grupos: campesinos, vendedores y nobles.
Un rey de Cenais decidió, para conseguir dinero para los más necesitados, vender títulos a los más ricos que les conferían un nombre y ciertos derechos. Aunque dicha ley fue en principio un éxito, logrando que los más pobres tuvieran una vida digna, poco a poco fue escindiendo el reino, pues los nobles utilizaban sin ningún pudor sus nuevos derechos y miraban al resto por encima del hombro, creyéndose mejores por el simple hecho de tener dinero.
Mientras, en el castillo los príncipes y las princesas trabajaban duro para mejorar la situación del pueblo, comandados siempre por los reyes, que eran los que en última instancia tomaban las decisiones.
La historia comienza en el año 1605, mientras el reino se prepara para unas nuevas elecciones que llevarán a elegir unos nuevos rey y reina.
Sicelle y Sazul con veinticinco años, son los reyes en ese momento. Cinco años antes fueron elegidos por tener una visión del reino muy avanzada. Pero las encuestas realizadas afirman que ellos no serán reelegidos debido a que no cumplieron prácticamente ninguna de sus promesas, pero sobre todo debido a sus políticas de austeridad y de poca ayuda para los pobres. Diez años mayores y en apariencia más sabios y menos centrados en sí mismos, Rania y Reis parecen una opción mucho más segura.
—Nos van a quitar la corona—Sicelle aprieta el puño y destroza el pergamino que recién le acaban de entregar con los datos.—Todos esos malditos campesinos...
—No pienso permitir que eso suceda—la tranquiliza Sazul acariciando su brazo.
—No puedes obligar a esos ignorantes a votar lo que tú quieres—se queja ella.
—Puedo, si no tienen otras opciones.
Sicelle se gira para poder mirar a su marido a los ojos. A los veinte, Sazul llevaba el pelo rubio largo, lo que le daba un aspecto desenfadado y agradable. Tras convertirse en rey se lo cortó adquiriendo un aspecto militar y serio. Ella en cambio lleva su pelo dorado hasta las caderas, dándole un aspecto inocente que sabe que todos en el reino adoran.
—¿Qué quieres decir?
—Ya he puesto el plan en marcha. Tú tranquila, nosotros seguiremos siendo reyes. Para siempre.
Ella enarca una ceja y sonríe, contenta con la idea. No le apetece saber qué es lo que Sazul está preparando y no pregunta. Para ella solo el resultado es importante. Se aprieta más contra su marido y cierra los ojos. En sus sueños, miles de súbditos se inclinan ante ella. Para siempre.
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De sangre azul
FantasyNo esperes una historia normal de príncipes azules encantadores y princesas en apuros que necesitan que las rescaten. Ellos son: -Helena: criada en la calle, pobre, valiente, impetuosa, de acción y sin pelos en la lengua. -Jack: niño rico, lector v...