Un os medio raro que se me ocurrió a media mañana del 12 de febrero, estar medio dormida a las 4am sirve de algo.
Feliz cumpleaños 😌❤️ si dices que no te di algo te pego >:D pásalo muy lindo y espero que te guste y y y no sé feliz cumpleaños 😔❤️ LOFIUUUUUU
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Cuidar de él.
Ese era su única labor.
Él era la razón de su existir. De manera literal.
Los ángeles tienen un solo deber, una sola razón de existir y en cuanto esta termina ellos también se van con ella.
Cada ángel le es designado un humano para cuidar toda su vida, darle un lugar al que pueda recurrir cuando sienta que los brazos de Dios son demasiado lejanos, o cuando simplemente necesitan la soledad, aún así su ángel de la guardia les hace compañía, en los buenos y malos momentos, cuando sonríen y lloran, sobre todo en los momentos terribles, es ahí cuando deben dejar todo tipo de distracción y estar al tanto de su humano.
Mark lo sabía bien, conocía cada una de las reglas y sabía que no debía dejar a su humano. Vio crecer a JaeBeom desde que era un bebé, para ese entonces él tenía un par de años más que él, fue creciendo técnicamente a la par, ambos aprendiendo del mismo mundo, de manera literal, solo que él no tenía una familia o algo parecido como JaeBeom, solo un creador, amigos, una comunidad, pero hasta ello se sentía mejor que ser miembro de la familia Lim eso lo fue entendió con el paso de los años, de todas las veces que deseaba bajar del cielo y darle un abrazo fuerte a su humano.
JaeBeom sufría demasiado, aún no sabía cómo le había tocado alguien tan difícil, no porque fuese rebelde o algo parecido, sino porque su vida estaba llena de sucesos desafortunados, era como si aquella persona estuviese destinada a sufrir cada segundo de su vida, por ello nunca podía separase de él, sus relaciones con otros ángeles estaba reducida a un par de saludos y asentimientos, porque ¿Cómo iba a abandonar a alguien que lloraba por las noches completas? Algunas dando gritos horribles de ayuda, su deber era estar ahí y transmitirle confianza y amor, tender sus brazos y los de Dios para él.
Miró de reojo, a los otros ángeles, por ahora JaeBeom parecía tranquilo descansando un poco, así que podía acercarse y saludar, pero se quedó callado al oírlos hablar.
─Mi humano está realmente feliz.─ habló uno.─ siento que mi propósito se está cumpliendo ahora.
─Al menos. ─ respondió el otro. ─ no eres como... ya sabes...
El caso de Mark con su humano era un algo especial, todos los ángeles se la pasaban haciendo a un lado al de alas con un tenue color rosado, no sólo por el peculiar leve tono que sobresalía de él, sino porque su humano a pesar de todo seguía siendo alguien miserable, todos juzgaban su trabajo, alegando que era torpe y sin sentido, muchas veces se sentía así, se sentía tonto y estúpido por no darle lo mejor que podía a su humano, pero aún no sabía qué hacer.
─Además mi humano tiene una pareja estable...─ comentó. ─ dejando confundido al ángel de alas rosadas. JaeBeom tenía una pareja, pero no entendía el concepto de estable, en realidad no sabía mucho de esas relaciones que sostenían los humanos, eran tan alejadas de su mente que suponía que lo que tenía JaeBeom estaba bien, siempre sonreía, eran los mejores momentos de su estabilidad mental.
─No te sientas mal.─ un arcángel le habló, mientras apretaba su hombro.─ sabes que no podemos manejar todos los hechos de la vida.
Mark lo sabía bien, sabía que ahora su presencia técnicamente era inservible y no tenía ningún poder sobre la vida de su humano, pero eso no evitaba sentirse mal. Los mejores y recuerdos de su humano los tenía aun en su mente cuando era apenas un niño y su presencia era de suma importancia, cuando el pequeño JaeBeom podía verlo y jugar con él, cuando podía protegerlo de manera más directa.
