San Valentín

Capítulo único

Por fin terminaba de decorar el último cupcake, era un bizcocho de vainilla relleno con salsa de frutos rojos y frosting de queso crema dulce, decorado con frambuesas y brillantina dorada. Una linda caja de color blanco guardaba 12 hermosos cupcakes, le coloque una cinta roja y mire orgulloso mi creación. De verdad espero le gusten.

Volví a mi habitación para ducharme, arreglarme y partir a la escuela. Viendo mi reflejo una vez más en el espejo creí hacer un gran trabajo, se que no soy el chico más guapo pero me veía bien, me esforcé para que mi camisa verde estuviera bien abotonada, los jeans que traía eran negros ajustados, con las rodillas gastadas, haciendo que mis piernas y trasero se acentuarán. Mi dulce novio ama mis piernas por lo que no dude ni un segundo en utilizar ese conjunto en específico. Peine mi cabello con los dedos para que se viera desordenado pero cool, tenía unas pequeñas ojeras así que las tape con maquillaje ligero. Termine mi look con un poco de perfume, Invictus de Paco Rabanne el favorito de mi madre. Espero que me siga encontrando guapo.

Llegue a la escuela e inmediatamente me dirigí a mi casillero para dejar mis cosas y buscar a mi novio para darle su regalo de San Valentín. Grande fue mi sorpresa al abrir mi casillero encontré una caja en forma de corazón, dentro de ella habían chocolates con relleno de café, tenía una nota escrita a mano:

"Feliz día de los enamorados Honey"

Estaba que no podía de la felicidad, Craig no era de detalles tan públicos. Normalmente me daba regalos en la privacidad de nuestras casas, donde solo él y yo eramos testigos de esas muestras de afecto. Apreté fuertemente la caja en mi pecho. Ese hombre sabe robarme el aliento.

Estaba a unos metros de mi pelinegro, este se encontraba de espalda a mi, abriendo su casillero. Recién me daba cuenta de que llevaba una bolsa en su mano en la cual iba dejando cartas, peluches y globos. A pesar de estar desde los 10 años juntos, muchos chicos y chicas no paraban de coquetear con mi novio, cada San Valentín, Navidad, cumpleaños era lo mismo. El casillero de mi novio lleno de regalos y cartas con confesiones de amor. Debería estar acostumbrado pero sigue doliendo, me hace pensar que la gente cree que no soy lo suficientemente bueno para él, que soy tan insignificante que no les importa que llevemos 6 años de relación. También me asusta que entre todas esas personas que buscan a Craig llegue alguien mejor, alguien más atractivo e interesante, a veces la paranoia me gana y comienzo a creer que él seria mucho más feliz con otra persona. Una que sea más segura de si misma, que no tenga una adicción a la cafeína, que no tengas tics, ni ataques de ansiedad, aunque estos ya no son tan recurrentes gracias a la terapia que he tomado. Terapia a la cual me sugirió asistir mi novio, incluso me acompañaba cuando podía. Cada vez que se notaban mis avances él se veía tan feliz y orgulloso que me motivaba a seguir trabajando duro. Gracias a él me encontraba más tranquilo y centrado. Enserio no imagino mi mundo sin él.

Mis ojos estaban vidriosos y una lágrima cayo de mi ojo derecho, enseguida la limpie y trate de calmarme con los ejercicios de respiración aprendidos. Escuché a lo lejos un gruñido el cual conocía a la perfección, mi amado novio era muy reservado y poco mostraba sus emociones, excepto a mi claro pero eso también fue un trabajo por parte de ambos, con mi ayuda Craig aprendió a liberar sus sentimientos de una forma verbal, hasta el momento solo podía comunicar estos conmigo y su familia, pero con tal que no se guardara todo para si mismo era un gran avance. Cuando no podía expresar lo que sentía con palabras recurría a las acciones más primitivas del ser humano, golpes, gruñidos y maldiciones. Así note que algo le molestaba, avance los metros que nos separaban y toque suavemente su hombro, él se giro con el ceño fruncido pero al darse cuenta que era yo, cambió su mueca por una sonrisa. Sus ojos brillan cuando me ve.