IV

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Pensaría en el encargado de camiones de nailon negro que había hecho a madame Perrier para la tienda. Veinticinco camisones de nailon negro, seductores, atrevidos, que lucirían en Corea veinticinco mujeres atractivas..., o al menos que tratarían de ser atractivas para sus hombres.
《¡Qué lucha por el hombre!》---pensó---. ¡Que lucha fatigante hasta llegar a la meta!: "Un hombre para mi sola".
Bien. Y luego ¿Qué? Una vez que se conseguía el hombre, continuaba la vida sin preocupaciones, sus decepciones, sus sufrimientos.
《Un hombre para mí sola》
Cuando sonó el teléfono la pilló tan desprevenida que dio un salto en la silla y casi tiró al suelo el auricular.
Le pareció oír su voz. Pero no era.
---¿Quién...? ¿Quién...?
---Jungkook. Su latoso vecino. Para preguntarle si quiere subirse con nosotros a comer. Todo está preparado. La choucroute resultó maravillosa. ¿No huele desde ahí? Se trata de una invitación formal en nombre de Tae y mío.
Tenemos una botella de rosé dispuesto para recibirla.
Diga que sí. El 《no》 esta prohibido en París.
Le costo trabajo conseguir hablar. Sentía una horrible sensación de anhelo frustrado.
---Es una prohibición comprometedora...---Tosió aclarando la voz, ronca por el esfuerzo---. Lamento tener que alterarla, pero no puedo moverme de aquí. Estoy esperando una llamada telefónica.
---¿Sólo por eso? Pues no se preocupe. El timbre de ese teléfono se oye muy bien desde aquí. También se oye toser al vecino asmático del primero. Y pelearse al matrimonio del segundo. No tiene importancia. Constituimos todo una gran familia. Estaremos oído alerta, y en cuanto suene su llamada, baja a toda velocidad. Son quince escalones. Le garantizo que llega a tiempo. He hecho la prueba muchas veces. ¿Pongo un cubierto mas en la mesa...? Diga que sí.
Acabó de decir que sí, decidiendo que no tenía por qué prolongar aquella agonía. Quizás Jimin tendría compromisos ineludibles y no llamaría hasta tres o cuatro horas después.
Eran, en efecto, quince escalones. El propio Jungkook mantenía la puerta abierta, con su mejor sonrisa.
Tuvo la sensación de que volvía a conocerle de nuevo, a la luz del día. Había cambiado de ropa y resultaba diferente. Un pantalón gris y una cazadora de ante color castaño un poco usada, pero que conservaba su aspecto de prenda cara. Iba recién afeitado y con el pelo húmedo de colonia.
---Bienvenida a la guarida de estos dos lobos. Dos infelices lobos.
---¿Por qué infelices?
---No podemos presumir de feroces desde el primer momento. No hay que asustar al público. Pase. Pase sin miedo. Taehyung está sujeto a la pata de la cama y con el bozal puesto.
El estudio de Tae estaba dividido en dos por una pared artificial de papel pintado, que independizaba con un alegre mantel a cuadros se hallaba preparada para tres comensales.
De cara al fogón. Tae cuajaba concienzudamente una omelette. Levantó la paleta a guisa de saludo.
---Gracias por honrar la casa de vuestro siervo. En cuanto cuaje la omelette, me veré obligado a besarle en la frente. Es el tributo que paga todo el que entra en mi estudio por vez primera. Excepto los clientes, claro. Y a veces con excepciones. Algunas lo piden. Siéntese en el lugar que prefiere. O no se siente si no tiene ganas. Puede fisgonear. Tengo fotografías muy buenas. Otras muy malas. A la derecha está la colección de álbumes morales.
A la izquierda, la de los inmortales. Puede hojear los que prefiera sin que por eso formemos mal juicio de usted. Quiero decir que no formamos mal juicio porque hojee los de la derecha.
---Beberemos un Dubonnet---ofreció Jungkook sacando una botella de la alacena---. No escuche a Taehyung hyung. Puede hablar conmigo como si no lo oyera.
---Nunca me fijo en si la gente me escucha o no. Carece de importancia. Por lo general, es conmigo mismo con quien hablo. Soy el interlocutor más inteligente que jamás tuve. Me pregunto cosas curiosísimas, y me las contesto con ingenio increíble. Soy un tipo completísimo en la pura verdad. ¡Ajá! Ya está la omelette. Veamos ahora ese beso. Si no le apetece, dígalo con franqueza. De todos modos, se lo daré si o no aunque no sirva para nada.---Sostuvo su cabeza entre las manos y la besó suavemente en el pelo---. Merci, ma petite. Nuestra amistad está ya consagrada. Durará años y años. Aunque... no se fíe. Quizá dentro de diez minutos ya no pueda soportarme más... Aunque... ¡quién sabe! Posiblemente saldrá aquí enamorada de mí.
---Aunque no se fíe, quizá..., quién sabe...---bromeó Lisa saboreando su aperitivo y sintiendo el espiritu mucho más tranquilo que durante toda la mañana.
---Por mi guapa inquilina--- brindó Jungkook.
---Por el mejor casero del mundo. Un casero que hasta ofrece choucroute.
---Y omelette, no se olvide---terció Taehyung.
Se sentaron a comer
Era curioso estar allí con aquellos dos muchachos casi desconocidos. A Jennie le costaría trabajo creerlo cuando se lo contara, pensó Lisa. Cada uno acusaba a su manera el impacto que la presencia de una mujer bonita les producía. Parecía dos cachoritos alegres haciendo gracias delante de su amo. Los dos eran simpáticos y atractivos. Vivía tan alejada de cualquier frivolidad, que ella también se sentía un poco exaltada entre el vino y la alegre camaradería. ¿Sería verdad que se oía el teléfono desde allí? Como si adivinase sus pensamientos, Jungkook alzó la cabeza y sonrió.
---No se preocupe por la llamada coma tranquila. Se oirá perfectamente.
---Si. Esta es la casa sin intimidad--- explicó Tae---. Alzando un poco la voz consigo hacerme oír de Jungkook. A veces interviene también otro vecino creyendo que hablamos con él. Solemos organizar interesantes coloquios a voz grito. Por el diapasón se sabe si quien contesta es el vecino del primero o el del segundo. Una especie de sinfonía de vecindad, dirigida por un director loco. Me gusta la imagen...¿Le gusta...? No. Paciencia para esperar que los otros respondan a mis infinidades de pregunta. Ni me importan lo que digan. O quizá si me importa. Bueno. De un modo u otro, esta tarde para la boda.
---A las tres. Hoseok tiene la increíble audacia de casarse. ¿Por qué? Nadie lo imagina. Hoseok se di cuenta de que la mayoría de los hombres acabando casarse y decidió no ser una excepción. Igual pensó la novia, Irene.
《Mis amigas se cansan. No puedo quedar en situación de inferioridad.》 Total: molestias para todo el mundo. Y para ellos, un desastre hasta el fin de sus días. Los retrataré de frente y de perfil, sentados y de pie, para que más tarde puedan darse cuenta de lo muy idiotas que estan en diferentes posturas el inolvidable día de su boda. Serán muchos miles de francos para mí. Una lata ¿Que hace con el dinero un pobre diablo como yo...? Gastarlo en La Rosé Rouge con Lilí o con Paulette. Perra vida. ¡Deliciosa chocroute! ¿Se sienten felices, amigos míos? Yo sí. O quizás no. Cualquiera sabe. Cuando como choucroute, pienso en poulett rôti. Cuando como poulett rôti pienso en choucroute.
Se quedo al fin callado, ensimismado en la comida.
Jungkook preguntó a media voz:
---¿Qué tal su mañana? ¿Recibió buenas noticias? Era natural la curiosidad, pensó Lisa. Y estaba obligada a hablarle de 《su asunto》.
---Aún no... se ha celebrado la primera entrevista. Será esta tarde, sin duda.
---Le deseo buena suerte. La admiro mucho. Me gusta la gente que sabe lo que quiere y lucha por obtenerlo. Es usted una chica magnífica. Una chica diferente a las demás.
Lisa sonrió.
--- Hay muchísimas como yo, entregando a un solo pensamiento. Y quizá su Nayeon sea una de ellas.
Él arrugo el ceño
---¿Mi Nayeon?
---Perdone. No pude por menos de leer el comienzo de una carta que dejó en el estudio. Una carta para su querida Nayeon, que le castigaba con largos silencios.
Él se echó a reír reclinándose en la silla. Subconscientemente pensó Lisa que era un chico muy agradable, de movimientos estéticos. Le gustaba el modo que tenía de pasarse la mano por la barbilla mientras sonreía.
---Nayeon es mi hermana casada. Fue una hermana buena hasta que conoció al demonio de su aviador y decidieron casarse. Viven en Busan, en un chalé diminuto con un jardín de dos palmas, que a ellos les parece un parque, y son escandalosamente felices. Yo pago las consecuencias. Quedé fuera de ese mundo maravilloso en el que solo caben dos.
---Está celoso...
---Ya no. Solo al principio. Es mi única hermana, dos años mas joven que yo. Tuvimos los mismo profesores, pasamos el sarampión a la vez, dejamos de crecer en los Reyes Magos la misma noche y era mi mejor discípula de judo. Lo que llamo una chica formidable.
---Pero voló...
---Esa es la palabra exacto. Mi padre dice que lo mejor que le pudo ocurrir fue casarse, porque yo la iba convertir en un monstruo del deporte. Pero mi padre era cínico. No se asuste por el adjetivo irrespetuoso. Lo digo cariñosa mente. De lo que más se burla, naturalmente, es de mí vocación artística. Y es en lo único en que le doy razón.
---¿Y que opina su madre...?
Jungkook miró al trasluz su copa de vino rosado y bebió un sorbo.
---Perdí a mi madre hace muchos años. Creo que... ésta es la fase más triste que se puede pronunciar en la vida. Si ella viviera, yo no estaría aquí probablemente, jugando a la bohemia. Pero carezco de hogar.---Sonrió ligeramente---. No sufra, no voy a ponerme en plan de hermanito dolorido vestido de negro y con calcetines. No sé realmente si un hombre de treinta años necesita un hogar.
---Lo necesita---intervino inesperadamente Taehyung--- Hay que siempre tener una familia a quien poder dar siempre la lata... o quizá no.
---Todos necesitamos un hogar---Objetó Lisa--- o algo que tenga apariencia de ello. Un sucedáneo..., como ahora se dice.

Hasta aquí, espero que les guste, dentro de poco alzo el siguiente capitulo, dejen sus votitos y siganme, los quiero mucho, estaré arreglando mis orrores ortográficos.

¿Y se dieron cuenta que Lisa se puso celosa?

Elibel🌻

La imagen que esta al principio es el plato de comida llamado choucroute.


Hay otros hombres/Adaptación/•Liskook•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora