Tattoo ♡ Nathaniel

1O

Miro el humo salir de nuestras tazas con atención, pues ninguno de los dos habla y, aunque podría parecer feo, ambos estamos tranquilos. Es cómodo y nos gusta el silencio.

Sus pies chocan con los míos bajo la mesa y mis ojos van rápidamente a los suyos, que se desvían con extrema rapidez, delatándolo.

Quiero reírme de él, aunque un sentimiento de ternura se instala en mi pecho y lo único que logro hacer es sonreír, devolviéndole el toque y haciéndole sonrojar.

— Dime, Nath — comienzo cuando me mira — ¿Por qué te ves tan cansado?

— Te estuve esperando — responde simplemente, mirando su taza — Cuando vi como escapabas, yo solo quise ir a buscarte y como no podía, decidí esperarte.

— Eso es lindo, aunque no justifica.

— Tn, tardaron casi un día entero luchando contigo. — explica, esta vez mirándome a mí, casi dolido — parece que eras más fuerte de lo que pensaron y tardaron bastante buscando a alguien para ayudarlos. — ríe, de pronto y sin gracia, colocando una de sus manos en su frente y su codo en la mesa — eras tan rápida, tan efectiva, que nada de lo que hicieran te hacía daño.

— ¿Cómo me vencieron?

— Aún no estoy seguro... Tú solo te desakumatisaste, y ya — me comenta, suspirando. Tomo su mano y le sonrío, cosa que parece agradecer bajo — Creo que habías decidido detenerte.

— No tengo tanta fuerza de voluntad

— Ni los héroes, pero allí están, peleando por París.

— Ellos tienen poderes, Nath

— Y qué — ataca — aún así, tú los destruías como si fueran de papel. Sabías cómo moverte y eras fuerte.

— Aquí estoy — me veo obligada a recordarle y parezco ayudarlo, porque asiente.

— Lo siento. Yo solo estaba tan asustado.

— Está bien. — le susurro, levantándome de mi lugar y caminando hasta él, para abrazarle. Soy correspondida al instante. — Estoy aquí.

— No sabes cuánto me alegra.

— ¿Desde cuándo eres tan tierno?

Y ambos rompemos en carcajadas, separándonos. Él me mira con una genuina sonrisa que hace saltar mi corazón y no puedo evitar devolvérsela.