17~ 𝔢𝔩 𝔩𝔩𝔞𝔪𝔞𝔡𝔬 𝔡𝔢 𝔲𝔫𝔞 𝔪𝔞𝔡𝔯𝔢

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"Allí donde la luz no alumbra, tal vez alumbre la sombra"

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"Allí donde la luz no alumbra, tal vez alumbre la sombra"

-Roberto Juarroz

Opté luego por poner ciertos límites en cuanto a las normas de convivencia que puso Sombra: la primera, si él quiere que me quede aquí, en la fábrica abandonada, entonces ya no debe gritarme. No acepto disculpas, a la primera que me levante la voz, vuelvo a casa. La segunda, me daría libertad para ir y venir de un lugar a otro, siempre y cuando sea acompañada de alguno de la Fraternidad.

Entiendo que lo que hice estuvo mal. Huir sin decir nada, pensar que así podría alejar a las tinieblas. Pero lo comprendo. A donde quiera que vaya, hay algo persiguiéndome. William siempre lo hará.

La tercera, puedo visitar a mis amigos y a mi padre. En compañía, claro está. Y también ir al supermercado con Siena o con Kae o incluso con Peter, que estuvo desaparecido por estos días.

Pasaron dos días desde mi gran huída. Aún no he vuelto a salir. Me da miedo el que pueda encontrarme de nuevo, que pase lo mismo que ya pasó: la intención de asesinarme. Por ese motivo, comprendí que lo mejor era esperar el momento indicado para salir junto a Siena. Ella ha sido de gran ayuda, en parte me hace acordar a Tessa. Tiene ese encanto por llamar la atención, aunque le gustan las cosas brillantes, prefiere algo negro que tenga el mismo efecto, como pantalones engominados o de cuero.

-Tienes un cabello hermoso-dice en cuanto siento cómo aleja el peine-Ojalá tuviera el mismo color.

-Ojalá tuviera el tuyo-respondo-Hay pocas personas con cabello rojo. Supongo que soy especial.

-Oh, si. De eso no tengas dudas-se aleja y observo por el espejo cuando se deja caer contra la punta de cama. Yo me volteo.

-¿Y qué haces para no aburrirte aquí?-pregunto.

Siena sonríe.

-Bueno...la mayoría del tiempo ando fuera haciendo tareas o cazando a los míos. Pero cuando estoy aquí...creo que intento dormir. Pero nunca me sale bien, por eso molesto a los chicos o me voy a Daemonium.

-¿Por qué no puedes dormir?

Siena desvía la mirada, tratando de elegir las palabras para decir:

-Un demonio no duerme. Hay algunos que pasan toda su vida intentándolo y nunca lo logran. Pero hay otros, menos del cinco por ciento, que sí. Yo quiero ser parte de eso.

-¿Por qué?

A ella no le molestan mis preguntas, por eso prosigue:

-Una vez...conocí a un humano. Intenté dormir junto a él. Pero no pude. Me pasé la noche viéndolo dormir, hablando solo como si estuviera despierto. Pero en realidad estaba dormido.

-Soñaba.

Ella asiente y deja escapar un suspiro.

-Es mi mayor objetivo. Poder soñar. Poder sentir algo que no solo sea...oscuridad. ¿Entiendes? Todo el maldito tiempo...da igual. La cosa es que esa noche pude jurar que envidiaba a los humanos. A día de hoy lo sigo haciendo, pero aprendo de ellos.

 Daemonium/ Los hijos del Diablo: el comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora