el fuego es traicionero, ilumina tu camino a la vez que te quema.
•jasper hale x oc
•empezada: 09/02/2020
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La pelirroja caminaba lentamente en busca de la cafetería, si no conociera cómo el mundo funcionaba habría socializado; y aunque Mónica odiará generalizar, la mayoría de personas basaban sus amistades en dos factores la belleza y el dinero,
Sin embargo, lo que atrajo a su primera amistad en ese lugar fue su sangre.
El ceño de Mónica se frunció sin poder evitarlo, ella quería sentarse con Jasper la única persona que había sido sincera con ella pero desafortunadamente ya había–en teoría–aceptado la propuesta de Eric.
La pelirroja se colocó en la fila del comedor para recoger su comida, si aquello se podía llamar así, la pecosa agradeció no ser vegetariana ya que las opciones no eran muy variadas, Mónica agarró la comida que pronto llevaría a su boca antes de pagar y buscar con la mirada la mesa del asiático. Suspiró viendo que en esta había un rubio que se creía gracioso; sin embargo, daba vergüenza ajena.
Sus apenados ojos buscaron el pálido rostro de Jasper antes de suspirar al ver que no estaba, una mueca decoró su rostro antes de dirigirse a la mesa de los amigos de Eric.
—Hola.—habló la chica llamando la atención de todos.
—¡Mónica, hola! Chicos os presento a Mónica, es nueva en el pueblo.—dos chicas la observaron mal, las dos eran castañas y una llegaba al punto de aterrarla.
—Soy Ángela Weber, ¡encantada de conocerte!—se presentó la chica restante con una gran sonrisa que Mónica le devolvió.
—Igualmente.—la pelirroja pasó sus cortos mechones de pelo detrás de su oreja.
—¿Por qué llevas el pelo tan corto? Hasta el de Eric es más largo. Soy Jessica, por cierto.—la de ojos verdes apartó la mirada incómoda.
Su pelo no era tan corto.
—No sé, me gusta así.
—¿Está de moda entre las chicas de...?—esta vez fue la pálida chica quién hablo, Mónica la interrumpió para decirle de dónde era.
—Indiana, que yo sepa no pero no es necesario que algo esté de moda para usarlo.—remarcó la pelirroja.
—Obvio.—respondieron las otras dos castañas a la vez con una sonrisa falsa.
El resto de la charla se basó en una aburrida ronda de preguntas y respuestas de la que Mónica acabó harta, deseosa de que algo interesante ocurriese justo cuando un grupo de chicos pálidos, todos agraciados y de ojos del mismo color cruzaron la puerta, la pelirroja supuso de inmediato que eran hermanos.
Su mirada se posó en Jasper que sonrió al verla, Mónica le devolvió la sonrisa antes de señalar con la cabeza a su mesa y llevar una mano en foma de pistola a su sien, la de ojos verdes simuló apretar el gatillo y la risa del rubio se hizo presente desde el otro lado del comedor que imitó su acto.
—¿Qué fue eso?—cuestionó Jessica señalándola con un dedo acusador.
—¿El qué?
—Has hecho reír a Jasper Hale.
—¿Y?
—Él nunca ríe, es un amargado siempre parece que está sufriendo, además de que es inalcanzable, nunca ha hablado con ninguna chica en esta escuela. Seguramente sea gay.—explicó la castaña como si fuese obvio.
—Ey, ey, ey, pero qué normalizados tenéis los estereotipos en este lugar. A lo mejor es que no quiere hablar contigo.—respondió la pelirroja aguantando la fulminante mirada de Jessica.
Un silencio se instaló en la mesa hasta que Mónica observó cómo Bella giraba la cabeza de una manera dolorosa solo para observar como otro de los pálidos hermanos entraba para estar con sus hermanos. Isabella mordió su labio inferior exageradamente.
Qué descarada.
—¿Disculpa?—dijo la chica.
—Mierda, ¿lo dije en voz alta?—le preguntó a Eric que asintió aguando la risa—Mierda.
La campana sonó haciendo que una sonrisa decorase la cara de Mónica por poder escapar de la incómoda situación, se despidió y corrió hacia su clase.
†
La de orbes color esmeralda salió con rapidez de la aburrida clase buscando llegar al Jeep aunque antes de marcharse, encendió un cigarro para poder fumárselo tranquilamente apoyada en la puerta de su coche. Mónica levantó la mirada cuando escuchó su nombre encontrándose con los dorados ojos de Jasper.
—Hey, Jazz.—saludó dejando salir el humo de sus pulmones.
—¿Jazz? Menudo asco de apodo.—la pelirroja abrió la boca ofendida.
—¡Es un apodo merecedor de premio!—exclamó la chica antes de que los dos riesen.
—Oye, Mónica, he estado pensando en lo de ir a tu casa y escuchar música.
—Alto ahí vaquero, yo no dejó que la gente oiga a mis bebés conmigo tan rápido.
—No te entiendo.—negó Jasper.
—Me caes bien, oxigenado, pero ¿cómo sé yo que eres de fiar? Debo asegurarme.—la pelirroja le guiñó un ojo además de dedicarle su característica sonrisa de lado.
—Muy bien, rojita, pues dame tu número.—los colores le subieron a las mejillas queriendo hacerle competencia a su pelo.
—Mi ¿qué?
—Tu número, ¿no querías conocerme mejor?—la pelirroja asintió lentamente antes de volver en sí, ahora era Jasper quién sonreía de lado.
—Sí, claro.—Mónica le dictó la serie de números procurando que entendiese todo.
—Muy bien chica 70s, nos vemos mañana.
—Adiós, Jazz.—respondió ella todavía sorprendida por aquella petición tan espontánea.
Ninguno de ellos pensaba que aquel intercambio de teléfonos iba a ser el principio de su relación.
