♡~ Smile again...~♡ [ITADEI]

SMILE AGAIN...

Siempre fui muy serio; desde niño para ser específico; al ser así piensan que no tengo sentimientos, pero no es así, puedo amar, odiar, estar feliz o triste, solo que mi rostro no lo muestra.

Es algo común en mi familia, mi padre y hermano son así también, mi madre es quien se encarga de mantener la alegría en la casa.

En la escuela no tenía amigos, algunos me concideraban raro, otros...que me veía genial, algunas chicas decían que yo les gustaba, pero no me pedían salir con ellas porque no quieren una relación con alguien como yo, serio. Mi maestra se preocupó de que nunca sonriera, pensaba que tal vez tenía problemas en casa.

Honestamente, nada me hacía feliz; hasta que él llegó. Tenía siete años cuando el primer rayo de alegría brotó en mí, él tenía la sonrisa más hermosa que había visto, no pasaron ni dos semanas y ya había hecho amigos; no me sorpendía, quién no quisiera serlo con esa hermosa sonrisa.

-Hola, me llamo Deidara

Recuerdo que se presentó, muy alegre como siempre, me extendió la mano y yo la tomé, respondiendo a su saludo.

-Itachi Uchiha

-Lo sé, los chicos dijeron que no me acerque a ti porque eres raro, pero yo te veo muy normal

Su sonrisa acompañaba cada expresión que hacía, me tenía anonadado, verlo así de feliz, me hacía a mí feliz. Desde aquel día, venía a mi sitio a saludarme y hacerme la conversación, disfrutaba de su compañía y de sus historias.

El tiempo pasó y nos volvimos amigos, salíamos al cine, jugar, y de vez en cuando a cenar. La secundaria llegó más pronto de lo planeado y estuvimos en aulas diferentes, él hizo nuevos amigos, pero aún así, venía a verme y yo iba a verlo a él.

En una de nuestras múltiples salidas, mientras le acompañaba a su casa, se detuvo en seco, y bajo la luz de un farol, pronunció aquellas palabras que hicieron a mi corazón latir más rápido de lo que ya estaba latiendo por su sola presencia.

-Itachi...me gustas...mi amigos dicen que estoy loco, porque piensan que no te agrado, pero no puedo soportarlo más, de verdad me gustas

No pude soportar verlo llorar, no me gusta que no sonría; le tomé del mentón y le dí un tierno beso en la frente, tomé su mano y la puse sobre mi pecho, para que sintiera los latidos de mi corazón.

-Tú también me gustas Dei

Cuando le dije eso, comezó a llorar de nuevo, pensé que si le decía eso, sonreiría como siempre, no lo entendía; así que junté nuestros labios en un apasionado beso, a ver si así dejaba de llorar, no me gusta cuando lo hace, solo quiero verlo feliz.

-No vuelvas a llorar, ¿entiendes?, me gusta verte feliz, así que haré todo lo posible para hacer que lo seas

Me abrazó, yo le correspondí.

Al día siguiente, en la escuela, todos se quedaban con la boca abierta al vernos pasar, tomados de la mano, él se veía feliz, muy feliz, así que yo también lo estaba. Sus amigos no tenían palabras para expresarse, pero aceptaron su decisión y me aceptaron a mí.

Pasaron unos meses y ya le había presentado a mi familia, mi madre y él, hacían que la felicidad aumentara en la casa; mi padre me consideraba suertudo al encontrar a alguien que me hiciera feliz, mi hermano por su parte, decía que él sí había encontrado a alguien, solo faltaba que esa persona se diera cuenta de su existencia.

-Ita...¿por qué aún no lo hemos hecho?

Esa pregunta me tomó por sorpresa, estábamos viendo una película en mi cuarto, así que no me esperaba que ese tema saliera a la luz.