Capítulo 28: Un accidente esperando a suceder.

1.3K 109 26
                                    

 Nota de la autora: Para efecto de esta historia, y hasta que todos los personajes se enteren, en este fic Isabelle se seguirá llamando como tal, a pesar que ya sabemos que es Melissa.
¿Aún no sabes quien es Melissa? ¡Es ahora o nunca! Melissa una agente, ex amor de Saeyoung desde hace dos años, que viene a solucionar un problema del pasado que va más allá del amor, y que afectará irremediablemente esta historia también, como podrás ver. ¿Qué esperas para leer Interlace, donde se cuenta la historia de ambos?

Cuando despertó al otro día, su marido ya se había ido a trabajar. Sin embargo, eso era mucho mejor. Eran las 10 de la mañana, y tenía el cuerpo un poco agarrotado por la noche anterior, sin embargo, nada que una ducha tibia no pudiese quitar. Se duchó, y preparó cuidadosamente su ropa para ese día. Decidió ponerse un vestido gris cerrado y entallado, con un cinturón negro grueso con una gran hebilla dorada. Se pintó los labios rojos oscuro, color Red carpet, pero mirándose en el espejo, solo faltaba algo en su look. Agendó de emergencia una visita de la peluquera privada que tenían hacia la residencia, la que por supuesto, desocupó su agenda para asistir a Crystal, mientras envió un mensaje a Kyouya para que se preparara en 1:30 más para estar en la residencia.

La peluquera llegó puntual a la hora que dijo, ya que Crystal envió uno de los choferes de la residencia a buscarla a su propia casa, mientras la esperaba en su habitación. Ella quería un cambio de look, así que lo primero que le pidió fue alisar su larga cabellera ondulada que no tenía forma, y que muchas veces le dificultaba peinar. Luego, le pidió que le hiciera flequillo, cambiando de esta manera por completo su cabello, y su rostro. En media hora estuvo lista, y agradeció a la peluquera pagándole un cheque cuantioso, mientras se dirigía a tomar desayuno.

Cuando ella estuvo lista después de tomar el desayuno balanceado que le ofreció el chef el día de hoy, salió de su residencia. Su amigo ya la estaba esperando con una sonrisa resplandeciente, mientras le abría la puerta para que ella subiera.

- ¿Dónde vamos?

- A C&R – dijo Crystal con firmeza, y un extraño brillo en los ojos. Kyouya la miró sin comprender. ¿No se supone que Jumin había llegado la noche anterior? ¿Tanto lo extrañaba que deseaba pasar más rato con él? No pudo evitar sentir un piñizco en el corazón cuando encendió el motor y se dirigió hasta el lugar sin decir una palabra.

Una vez que llegaron allá, a los pocos minutos, Crystal le pidió a Kyouya, para su extrañeza, que la acompañara. Él asintió, y juntos subieron al último piso del gran e imponente edificio de C&R. Los tacos de Crystal resonaban en el suelo brillante, mientras sonreía con cordialidad a cada una de las personas que la miraban y la saludaban, pero ella tenía un solo objetivo: la oficina de Jumin. Pasó a saludar a Caroline, preguntándole como siempre la agenda de Jumin, la que estaba vacía, por unos 15 minutos, lo que Crystal sabía de antemano. Jumin le dio acceso en su celular a su itinerario diario, el que forzosamente Caroline debía enviar a ambos día a día, actualizándose en línea cuando fuera necesario. Crystal nunca hacía abuso de este recurso, ya que no quería convertirse en una de esas esposas tóxicas y obsesivas que necesitaba saber qué realizaba su marido hora tras hora, a pesar de que tenía el poder de hacerlo. No, ella era mucho mejor que eso, y solo en un día como hoy, en el que necesitaba hablar con él, lo utilizó. Le pidió a Caroline que no anunciara su llegada, y ella asintió con una sonrisa de complicidad.

Tocó la gran puerta de madera de la oficina de su esposo, y él dijo adelante, mecánicamente. Cuando alzó la mirada, se percató que tenía delante de él a su esposa, con un look totalmente distinto. Jumin la observó de la cabeza a los pies, detenidamente, sin pasarse de largo en ninguna parte de su cuerpo, sobre todo en su rostro, que había cambiado por completo gracias al nuevo corte que tenía. Su cabello seguía siendo largo y rojo, pero con el pelo liso, y el vestido que usaba, tenía una pinta más de profesional. Jumin quedó boquiabierto, lo que hizo que Crystal tuviese una pequeña sonrisa de suficiencia, más que necesaria, ya que su reacción fomentaba un poco su ego.

De sudor y ternura «Mystic Messenger» [Jumin/MC] [Parte I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora