Barefoot-Cenicienta {Justin Bieber - fanfic - adaptada}

Capítulo veintinueve.

Cuando termino el martirio matutina, es decir la escuela, me vi obligada a irme a pie, la razon? Chaz y Caitlin habian desaparecido, Julia y Josh habian tendio una emergencia familiar y Justin…Justin estaba muy ocupado luciendo a su “querida” y “adorable” novia Lola (NOTEN EL SARCASMO) en su auto. Iba muy entretenida pateando una estupida roca, pase frente a la casa de Caroline, ahíestaba ella, en el jardin de enfrente cortando las rosas.
-Hola Caroline- la salude emocionada.
-Hola querida, creo que no es conveniente que te quedes conversando conmigo- me dijo y note su nerviosismo.
-Por que?- le pregunte y me fui acercando a ella.
-Pues porque…
-_________ _________(Tu Primer y Segundo Nombre) ENTRA A LA CASA INMEDIATEMENTE-al oir esa voz me quede totalmente tiesa, no podia moverme. Reconoceria ese grito aunque tuviera los ojos vendados y estuviera a 10 cuadras de ella, esa voz de la madre que me habia dejado luego de…del accidente. Me gire a verla y ahí estaba ella, parada en la entrada de la casa con sus manos en la cintura, dedicandome su mirada de ‘jefa’.

-Creo que es mejor que me vaya- le dije a Caroline.
-Si, adios y cuidate linda- me dijo y yo le sonrei, ella era mas amable conmigo que mi propia madre, terrible situación la mia.
Corri hasta mi casa y entre en ella, pasando a la par de mi mama. Ella me siguió adentro después de unos segundos y cerro la puerta. Nos vimos por unos segundo y ninguna dijo nada, por lo que decidi ir a la cocina.
-Nana que me preparaste de comer?- le dije tratando de sonar contenta.
-Hay lasaña y…- pero se vio interrumpida por la voz firme de mi madre.
-Tu padre y yo te educamos para que por lo menos aprendieras los modales de saludar a alguien.- me dijo y se sento junto a mi en la mesa.

-Nunca estuviste presente en mi vida, asi que no me vengas con esas charadas, ahorrémonos el cuento, el teatrito. Por que veniste? Que quieres ahora?- y cuando termine de hablar pude notar por primera vez en la cara de mi madre…dolor.
-Porque tu sabes muy bien que fecha se acerca…-trague saliva al recordarlo- y no queria que la pasaras sola, pasaste sola el dia de…- y las palabras simplemente no salian de su boca.
-El dia en que ella murio- dije friamente, aunque mis ojos delataban mi tristeza- anda, pudes decirlo tranquilamente, el dia en que mi verdadera madre murio, el dia en que no solo perdi a mi verdadera madre, sino a la falsa tambien!
-_________ Espera!- la oi decirme, pero ya no queria soportar esta horrible situación, subi corriendo las gradas y me encerre en mi cuarto, dejando por fin escapar todas esas lagrimas por mis mejillas.-Abreme la puerta querida- me decia una y otra vez- Yo, yo lo siento hija, siento no haber estado ahí para ti, yo…yo quiero recuperar nuestra relacion madre e hija…Por favor ________ dame otra oportunidad.
-VETE!- le grite y ya no oi ni una sola palabra mas a través de la puerta, queria estar sola, necesitaba estar sola….A quien engaño? Necesitaba a mi madre, a cualquiera de las dos, a la falsa a la verdadera, a una!

Me levante de mi cama y me dirigi a la puerta, sonrei al tocar esas iniciales que me acompañaban siempre. Luego de su muerte no me quedaba nada de ella, tuve la esperanza que después de todo eso, mi madre aun me quisiera, pero no fue asi. Ella huyo de la situación, huyo junto con mi padre, no es como si me dejara abandonada o asi. Simplemente viajaban, pasaban la menor cantidad de tiempo conmigo, una noche que llore tanto por la tristeza, por la soledad que sentia, mi nana me dijo que mi madre no podia verme a los ojos, porque la veia a ella. Veia la traicion de mi padre, pero tambien la salvacion a su problema de no poder tener hijos, y tambien el dolor cuando ella aparecio, cuando mi mama aparecio reclamando su maternidad. Rei tontamente al recordar que desde el dia en que mi mama llego a esta casa, mi vida fue mas feliz, y el dia en que se fue, que se fue tratando de darme una vida mas plena, con ella se marcho mi felicidad.

Después de su muerte puse sus iniciales en todas partes, se volvio una pequeña costumbre. En mis cuadernos, en mis mochilas, en mis lapices, en las paredes de mi cuarto, en mi puerta, en las mangas de algunos de mis sudaderos, en mis convers. Y entonce recorde a Justin, las inciales de mi verdadera madre estaban en los tennis que el tenia, en los tennis que su ‘Cenicienta Descalza’ uso esa noche.

Pero el nunca lo sabria, Justin no podia saber la verdad sobre mis padres, no podia tenerme mas lastima…