Prólogo

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Sabes,  a veces siento que me estoy volviendo loco, el estrés de toda esta situación me está alcanzando, en ocasiones siento que mi único lugar seguro es mi propia mente

Ahí por lo menos puedo imaginarme estando acostado en mi cama bebiendo una rica y deliciosa taza de café, mientras veo videos en mi celular, es muy relajante en realidad

Sin embargo, realmente no sirve de nada cuando estás sentado en la fría e incómoda banca del salón de clases

No, enserio, ¿No pudieron comprarlas de algún otro material?,¿Les costaba tanto conseguir algunas de plástico?

Al menos no sería tan incómoda a comparación de estás cosas de madera que les gusta llamar asiento

Ohhh, pero ahí no acaban mis problemas, para acabarla de joder, a algún genio entre los directivos de la escuela se le ocurrió cambiarnos a todos de salón, según ellos para que podamos socializar y conocer más gente

¿En serio?, ¿DE VERDAD ESTÁN HABLANDO EN SERIO?

A lo mucho y hablo con el profe y uno que otro wey, no es como si me fuera a dar un impulso por hablar con todo el que se me pase enfrente

Bueno, lo hecho, hecho está, y aunque disolvieron el grupo de amigos que tenía, al menos Sebastián quedó en el mismo grupo que yo

Éramos bastantes en realidad, y entre TODOS los grupos en los que pudieron asignarnos, nos tocó a nosotros 2 solos... 

Relativamente, porque puedo ver desde aquí a uno que otro amigo que conocía antes de los últimos 4 cambios de salón, no sé cuál sea la maña por querer cambiarnos de grupo todos los semestres

En fin, por lo menos se detendrán esta vez, y podremos pasar el 5° y 6° semestre tranquilos

Terminando mi línea de pensamiento, me dispuse a sentarme en el asiento, antes de captar por el rabillo del ojo a un tipo bastante conocido para mí

Era de estatura promedia, cabello oscuro como la noche y tan revuelto que lo podría confundir con un trapeador, sus ojos azules recorrían la lista pegada en la puerta del salón

Buscando su nombre para verificar si era o no su grupo, su nariz respingada sostenía unos ostentosos y gigantescos lentes que no le favorecían en lo absoluto

Lo cual, combinado con sus braquets, y uniforme bien arreglado, lo hacían parecer el típico niño listo del salón... aunque eso no sería realmente una mentira, sus granos tampoco es que le ayudarán demasiado, pero al menos el problema de acné era controlado

Al parecer al fin se dió cuenta de que lo asignaron a este salón, podría haberme parado y decirle que antes de su llegada había notado su nombre en la lista, había revisado unas 3 veces rogando a cualquier dios Todopoderoso que me estuviera observando, que al menos uno de mis amigos, estuviera en el mismo grupo que yo, afortunadamente Dios, Odin, Zeus, Huitzilopochtli, Buda, Yisus chris o cualquier deidad/entidad que se te ocurra, escucho mis plegarias y lo asignaron junto a mi

Podría haberle dicho... O podría haberme quedado sentado y dejar que lo descubra solo

No hace falta decir cuál opción elegí, tengo mis necesidades, satisfacer mi pereza es solo una de ellas

Mientras se acercaba y colocaba su mochila en el asiento en frente mío, me sonrió y chocamos las manos

-¡Robert!- exclamó con entusiasmo el pelinegro

-Sebástian- dije sin el mismo entusiasmo, pero con una sonrisa aún más grande que la suya

- ¡Me alegro de que nos haya tocado en el mismo grupo!, Por un momento pensé que en quedaría solo aquí, veo que sigues siendo el mismo chico Bimbo de siempre- el ojiazul comentó descaradamente

Aunque no me molestaba mucho el apodo en sí, el origen era una completa molestia

A comparación con el cabello alborotado de mi amigo,el cual fue el resultado de no peinarse. Por mi parte, yo en realidad tenía el pelo chino y castaño, con ojos amarillos, aunque más precisamente diría que eran de un hermoso color miel

Si... Un narcisista de primera, ese soy yo

El apodo surgió de un día en el que estábamos pasando al lado de un cartel del osito Bimbo

Y oh sorpresa, cuando estos ojetes que tengo por amigos, compararon el gorro del oso, con mi cabello

Mi pelo chino es hermoso tal y como es

Después de reírse un rato de su propio comentario, fijo su mirada en mi

- Es bueno tenerte cerca, Rob, al rato pasamos a ver cómo están los demás, ¿te parece?, Que están a punto de iniciar las clases- dijo Sebástian con su usual sonrisa

Asentí en señal de confirmación, antes de que sonára la campana

Todos empezaron a entrar, mientras yo me agachaba para alcanzar mi mochila y sacar un cuaderno

Una vez obtuve mi libreta, me senté derecho, antes de sacar mi celular para checar la hora, al terminar de hacerlo y apunto de guardarlo otra vez... La ví...

Y ahí estaba, paralizado, sin poder apartar mi mirada de ella, era...tan hermosa, sus ojos eran del azul más hermoso que he visto, un azul cielo espectacular, su cabello parecía lo más sedoso que jamás tócare en toda mi vida. Bueno, eso solo si ella me permitiera tocarlo, sus labios, su nariz, su... TODO

¡¡¡ERA PERFECTA!!!

Oh dios, se está acercando,se está acercando,se está acercando,se está acercando

Sentí mi rostro enrojecer, cuando ví a aquella chica sentarse al lado mío, ni siquiera era consciente de que Sebástian me llamaba hasta que intento arrebatar el celular de mi mano para llamar mi atención

Lo miré molesto por obligarme a partir los ojos de aquella diosa 

-¿Que quieres?- respondí más que un poco grosero

Él tan solo levanto la ceja en señal de pregunta, antes de abrir la boca

- Casi se te cae el celular- respondió muy serio

-...oh... gracias hermano- dije sin ningún rastro que indicará que estuviera arrepentido de reclamarle tan groseramente

Rápidamente guarde mi celular, y voltee a mi derecha, la diosa tenía una mirada aburrida en su rostro, recargandose sobre su mano derecha mientras jugaba con su pluma.

Miraba para todos lados, como intentando encontrar a algún conocido

Durante un tiempo esto continúo sin cambios, cuando de repente fijó su mirada en mi rostro, antes de que incluso pudiera enrojecerme de la vergüenza de ser atrapado mirándola 

Su rostro se iluminó como si una idea llegara a su cabeza, se sentó mas derecha, y entonces habló

- ¡HOLA!, Mi nombre es Helen, ¿como te llamas?

Levantarse de la caídaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora