¿Puedo esperar aquí?

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Dar un masaje en los hombros a alguien más cuando son los tuyos los que están tensos era tan inútil como amar sin ser amado o esperar sin la certeza de que la persona por quien esperas llegará. Sin embargo, las dos últimas cosas podían unirse: amar y esperar. Porque si esperabas tanto a alguien es porque lo amas y si lo amas entonces lo esperas. Lo mismo, pero al revés.

Taeyong estaba ahí sentado porque estaba esperando. Sí, sentado. Hay cosas que simplemente debes asumir que no puedes esperar de pie.

A la orilla de la arena, por la costa, en una banca solitaria con vista al mar bajo un farol que no encendía. Ahí estaba esperando por el amor de su vida.

Esperaba sentado.

El sol brillaba con fuerza cuando su amado partió en un barco, perdiéndose entre las olas luego de susurrar un empalagoso «regresaré», sin dejarle más que el deseo de volver a verlo pronto y la incertidumbre sobre la veracidad de sus palabras.

Jaehyun, su amado, jamás le mentía. Aquella no era una mentira, solo una verdad dudosa. O al menos una poco precisa.

«Regresaré» podía interpretarse de tantas formas diferentes. No especificaba cuando lo tendría de regreso, lo dejaba en la duda de cuánto tendría que esperar para verlo otra vez.

Taeyong, sentado frente al mar, inhala con fuerza la brisa marina que le frota la nuca y agita su cabello llenándolo de sal. Ríe para sí mismo y piensa en cuanto odia aún la playa y el mar. Podría comenzar a odiarlos en ese momento por llevarse a quien más amaba, pero en realidad lo hacía porque nunca se adaptó. Él era del bosque, ¿qué hacía tan lejos de él solo por haberse enamorado?

Y ahora no solo estaba lejos de su hogar, sino que lo estaba sin un propósito. A no ser que su nuevo propósito fuese esperar.

Esperar sentado, porque si esperaba de pie se iba a cansar.

¿Cuánto faltaba para verlo llegar?

Cuando la noche cae y la marea sube al punto de verse amenazante y destrozar sus oídos con el ruido de las olas chocando, Taeyong se pone de pie y se marcha a su casa rentada a dos cuadras de la playa para seguir esperando mientras duerme.

Ya en su lecho, con los ojos cerrados y entre los brazos de morfeo, Taeyong sueña con Jaehyun, quien llega en su velero con los brazos abiertos y una sonrisa de oreja a oreja mostrando un par de hermosos hoyuelos. Cuando el barco toca el muelle, Jaehyun salta a la arena y lo atrapa entre sus brazos y repite hasta el cansancio cuánto lo ha extrañado.

Pero al despertar, Taeyong otra vez debe marcharse para esperar porque en realidad Jaehyun no ha regresado y no sabe cuándo lo hará.

Vuelve a esperar sentado y a su lado ve a alguien que mira el horizonte aguardando por el amanecer mientras espera de pie.

ーDeberías sentarte ーsugiere Taeyong al desconocidoー. No hay barco que llegue antes de las siete.

El chico no deja de contemplar el horizonte y, sin mirarlo, responde:

ー¿Entonces por qué tú también estás esperando?

Y Taeyong no responde, solo sigue esperando. Esperando sentado. Lo hace todo el día, hasta que el sol vuelve a ocultarse por el lado contrario. Se sorprende cuando al marchar ya con la luna en el cielo el desconocido sigue ahí esperando; y no se marcha, no hasta que las olas amenazan y las estrellas pintan cada extremo del firmamento.

Pero él espera de pie.

De camino a casa Taeyong piensa que el desconocido es muy optimista, pues ha de creer que por quien espera ya está por volver. Sino fuera así, seguramente también esperaría sentado.

Al dormir, Taeyong sueña otra vez con el muelle, pero ya sin Jaehyun. Sueña consigo mismo sentado esperando y se da cuenta de algo al despertar:

El desconocido espera de pie porque tiene esperanza, él espera sentado porque la está perdiendo. Sabe que no vale la pena esperar de pie porque no sabe cuándo volverá su amado. No sabe si lo hará.

Ese día Taeyong espera sentado, pero sentado en su casa.

Ha perdido la esperanza.

No se culpa así mismo, después de todo era lo que siempre le pedían. Quizá sí era estúpido esperar por alguien que había partido cinco años atrás.

Pasa una semana y Taeyong toma una decisión: esperar por última vez. Quizá ni siquiera iba a esperar por Jaehyun, solo quería despedirse del lugar que por tanto tiempo los acompañó a su fe y a él.

Camina por el muelle observando el mar y de soslayo nota que el desconocido de hace tiempo se marcha del lugar de la mano de una linda señorita proveniente de uno de los botes que terminan de anclar.

Piensa en lo mucho que le gustaría estar así con Jaehyun, pero ya ha aceptado que no pasará. El chico no volverá.

Ya no quiere sentarse a esperar, solo no quiere estar de pie; pero cuando llega a su asiento de siempre alguien más ya está ahí. Entonces pregunta, sin meditar sus palabras antes y por costumbre:

ー¿Puedo esperar aquí?

Y el hombre que estaba esperando sentado se voltea y con una sonrisa responde:

ー¿Esperar a quién?

Y Taeyong sonríe tras un momento, cuando las lágrimas comienzan a brotar.

Ya no tiene que esperar.


No tengo idea de qué es esto, pero espero que les guste. ♡

Para makkuscheekbones porque gracias a ella me animé a escribir algo desde el celular, cosa que no hacía desde mi primer año en Wattpad. 😔💖

HERE 此処 JAEYONGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora