Danna inspiró profundamente y luego dejó escapar el aire de sus pulmones de manera lenta aferrando sus manos al barandal de la terraza. Dentro del salón de fiestas de la casa de Rogelio De la Vega la música resonaba con fuerza y hacía que su corazón latiera con demasiada prisa. Y si a eso le sumaba que a causa de los síntomas de su embarazo no se había sentido demasiado bien durante el día, sí..Era complicado ser una futura madre, definitivamente.
Erick había sido interceptado por su nuevo socio para intercambiar unas cuantas palabras con algún otro hombre de negocios que ella no conocía y tampoco quería conocer.
Todo lo que le apetecía en ese momento era tomar un poco de aire fresco.
—Hola…—ella no respondió. Siguió con la mirada fija en el jardín bien cuidado de la casa cuando Christopher se sitúo a su lado.
—Hola…—respondió finalmente y entonces lo miró.
Christopher no había cambiado demasiado. No había cambiado en nada, de hecho. Estaba más grande, era obvio. Habían pasado cuatro años desde la última vez que había entablado una verdadera conversación con él y aunque en aquel entonces le había afectado demasiado en ese momento se sentía bien. Él no parecía resentido ni nada parecido al contrario, parecía contento.
—¿Estás bien?—cuestionó el muchacho.
Ella asintió.—Sólo…necesitaba un poco de aire fresco.—respondió.—Los síntomas del embarazo están medio matándome lentamente…
—Seguro. Pero cuando tu bebé nazca verás que todos los síntomas valieron la pena.—Danna le sonrió un poco.
—Espero con ansias…—musitó y luego los dos se quedaron en silencio un largo momento.
—Danna…antes de que pienses que vengo a recriminarte cualquier cosa o algo así, déjame decirte que no es el caso. Vengo en son paz y no tengo dobles intenciones tampoco…—anunció.
—De hecho no estaba pensando en nada. —murmuró. Él le sonrió.
—Me da gusto verte.—Danna también le sonrió.—Aunque no lo creas…es decir; también creo que debería pedirte una disculpa por la manera en la que te hablé la última vez que nos vimos hace cuatro años…—ella negó de inmediato.
—No tienes que pedirme una disculpa por nada, Christopher.—negó.—En ese caso sería yo la que tiene que pedirte una disculpa por humillarte de la manera en la que lo hice…no es justificación de todos modos pero quería ponerte a salvo de mi papá…
—Lo sé. —Admitió él.—Y puede que en ese momento te odiase un poco pero después comprendí que era lo hacías. Gracias.
—No tienes nada que de que agradecerme, Christopher.—murmuró.
—Y también aprovecho para pedirte una disculpa por la manera tan ruin en la que mi papá te ha estado tratando desde que se enteró que trabajarías con Erick…—Eso no es culpa tuya y tú no eres tu padre, Danna. Así que no te preocupes por eso.—hizo una pausa.—Además…esto va mucho más allá de ti. Él no me perdona…haber nacido, de hecho…
—¿Qué?
—Estoy seguro que no lo sabes…pero el odio de tu padre hacia mi viene desde hace mucho tiempo atrás, Dan. Cuando tú y yo nos conocimos él ya me odiaba, nos separamos y seguía odiándome y ahora que se enteró que trabajaré con tu marido dentro de su empresa me odia todavía más…—le explicó.
—¿Y cómo es eso posible, Christopher?—susurró afligida.
Él dejó escapar el aire de sus pulmones y negó un poco.—Es…
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¿Sera porque te amo?||Erick B. Colón.|Completa.
FanficDicen que del odio al amor sólo hay un paso. ¿Pero...que hay realmente del amor al odio? ---------- (Historia Dannerick)