P25: Nicol Olsen.

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El piso comenzó a moverse.

No es que se estuviese moviendo en sí pero para Erick Brian Colón sí que lo estaba haciendo. Sintió sus parpados pesados y pestañeó un poco tratando de ahuyentar el cansancio que sentía en ese momento.

Caminó por el pasillo que conducía a las habitaciones  y cuando estuvo seguro que era la habitación de huéspedes entró. Se sentó en la cama un segundo y buscó su celular en el bolsillo de su campera para teclear un mensaje para su esposa.

Para: Danna.

Estoy muy ebrio como para no poder conducir. Dormiré en casa de Richard, nos vemos temprano. Te amo, Erick.

Dejo el celular sobre la mesa de noche y se frotó los ojos con ambas manos. Todavía podía escuchar la música de forma amortiguada detrás de la puerta pero estaba tan cansado y ebrio que no le importaba en absoluto si un tren pasaba a su lado en ese momento.

Escuchó la puerta abrirse pero él ni siquiera se giró hasta que sintió el colchón hundirse a su lado. La sonrisa de Danna le aceleró el corazón y una amplia sonrisa se instaló en sus labios.

—Mi amor…

—¿Danna?—cuestionó en voz baja.

—Hola…—respondió lanzándole una pequeña sonrisa.

— ¿Qué haces aquí?—susurró.

—Decidí venir.—anunció acercándose a él para dejar un pequeño beso sobre sus labios que hizo que el cuerpo de Erick temblase.—¿Te molesta?

—No.—rio.—Me gusta, de hecho.—Erick soltó un jadeo por lo bajo.—Dan…

—No digas nada, mi amor…—murmuró llevando sus labios al cuello del ojiverde.—Solo…déjate llevar…eso es todo lo que tienes que hacer…disfrutarlo, Erick…

—Dan…

—Te dije que esta iba a ser la noche más divertida de tu vida, mi cielo…

(…)

—¿Qué haces despierta a esta hora, Danna? Son las tres de la mañana—cuestionó Alfie entrando en la cocina. Danna permanecía sentada encima de un taburete con un pan en una mano y una cuchara en la otra.—Pensé que ya dormías…

—Y estaba dormida. Pero tengo hambre.—respondió encogiéndose de hombros.—Así que pensé que podía prepararme un sándwich…aunque preparar un sándwich creo que nunca había sido tan ruidoso…lo siento si te desperté…

—No me despertaste.—anunció la mujer.—Estaba leyendo un poco…

—¿Qué leías?

—Un libro de recetas nuevas…—contestó lanzándole una amplia sonrisa.—Creo que sería interesante preparar algunas cosas…—le sonrió.—Siéntate ahí, te ayudo.—decidió tomando un cuchillo para cortar jitomate.

Danna dejó escapar un pequeño suspiro y se quedó en silencio contemplándola fijamente.—Nunca voy a lograr ser por lo menor una cocinera decente ¿sabes?—la mujer se rio.—Ni siquiera puedo rebanar un jitomate de forma correcta…

—No lo necesitas, amor.—respondió ella.—Tú eres buena en otras cosas, la empresa por ejemplo; seguramente cuando termines de  incorporarte vas a hacerlo increíble...

Danna se mordió el labio inferior y rio en voz baja.—Realmente espero que si…no quiero decepcionar a Erick; tiene una fe ciega en mí.

—Vas a hacerlo maravilloso, Dan. Te lo aseguro.—ella le sonrió.

—Gracias…—susurró.

—¿Aun no vuelve Erick?—cuestionó Alfie. Danna negó.

—Debe estar pasándola increíble con sus amigos…—la mujer se rio en voz baja y negó un poco.—De hecho me envió un mensaje para decirme que estaba ebrio y que se quedaría en casa de Richard porque ni siquiera podía conducir…—le explicó encogiéndose de hombros.—No es que beber sea demasiado bueno pero Er se merece al menos una noche de diversión…

¿Sera porque te amo?||Erick B. Colón.|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora