Capitulo 64

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Varios edificios formaban el palacio del <Belit Babili>. Aparte del palacio para la Diosa y los edificios donde vivían y dormían los miembros de la <Familia>, había otra estructura masiva dentro de las puertas principales.

Fue construido en piedra blanca y se alzaba en la parte posterior del complejo casi como una ocurrencia tardía.

Sin embargo, rivalizaba con el palacio de la torre principal en elegancia y había sido diseñado para parecerse a un Zigurat de los Tiempos Antiguos.

Construido hace cinco años como un nuevo burdel, el verdadero propósito del edificio era proporcionar el escenario para un cierto ritual. Había estado listo para cumplir su papel hace tres años cuando una cierta prostituta destruyó una <Piedra Asesina> que habían tardado años en adquirir. La estructura había permanecido inactiva desde entonces. Ahora estaba asentado bajo la luna llena, otra vez esperando para cumplir su propósito.

El techo de este edificio estaba conectado al palacio por un largo puente de piedra. Haruhime comenzó su viaje a través de él.

A pesar de que estaba a cuarenta pisos sobre el suelo, este puente no tenía techo. Sólo un parapeto a la altura del pecho impedía que las personas cayeran al suelo. Tampoco había protección contra el viento que soplaba.

Haruhime sujetó su cabello en su lugar mientras tres <Berbera> asignadas a escoltarla al Jardín Flotante la instaban a seguir.

--¡Muévete, Haruhime!

--E-Esta bien...

*¡Thud!*

La Amazona liderando le dio un empujón extra, haciendo que Haruhime pisara la parte delantera de su kimono.

Las <Berbera> estaban completamente concentradas en el cielo nocturno. Haruhime recuperó el equilibrio antes de que también mirara hacia el abismo oscuro y estrellado. Una luna llena y dorada la miraba desde detrás de la delgada capa de nubes.

La luz que me matará.

—Haruhime se dijo a sí misma en voz baja.

Bajando la mirada al puente, pudo ver claramente el jardín del otro lado. Una suave luz azul se alzaba desde el centro, como si la llamara para que se acercara.

Con su rostro desprovisto de emoción, Haruhime siguió adelante.

Su ritmo se aceleró, como si hubiera personas que podrían ser salvadas si tan sólo lo atravesara lo más rápido posible.

--Chica rara...

Las Amazonas se quedaron a su lado, mirando hacia abajo con disgusto poco disimulado.

Las tres se burlaban de la chica que se negaba a luchar a pesar de saber que estaba caminando hacia su propio destino. Ella ya había renunciado. Para las Amazonas valientes y atrevidas, su resignación a este destino parecia como una cobardía. Esa era la única cosa más reprensible que la debilidad para los orgullosos guerreros.

Las Amazonas mantuvieron los ojos fijos en Haruhime mientras caminaba unos pasos delante de ellas. Ellas bajaron la guardia.

No había ningún lugar donde esconderse en este puente unidireccional que estaba completamente expuesto.

Ya que este era el lugar menos probable para que ocurriera una emboscada, las tres mujeres se concentraron únicamente en llevar a cabo sus órdenes. Ser capaz de ver en todas las direcciones sólo aumentó su confianza.

Por eso no notaron la presencia de alguien al acecho bajo el puente.

Una mano humana agarró silenciosamente la pared de protección. Con su cabello negro agitándose detrás de ella en la noche, Mikoto se dio la vuelta sobre ella y aterrizó detrás de las Amazonas.

La Aventura De Un HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora