P28: Debilidad.

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Zabdiel Colón dejó escapar un largo suspiro sin despegar sus ojos marrones del televisor. Había estado todo el día en su departamento observando el televisor sin prestarle atención realmente pues cada vez que cerraba los ojos el recuerdo de Paulina compartiendo un beso con Xavier llegaba hasta su cabeza para torturarlo.

No había hecho falta preguntar quien era. En el tiempo en el que había compartido con ella siendo amigos le había mostrado unas cuantas fotografías de ambos.

Lo primero que sintió cuando los vio fue una gran decepción y luego un increíble dolor que comenzaba desde su estómago y terminaba en su pecho trepando por su cuerpo como si hubiese sido una especie de animal salvaje. Ni siquiera podía creerse que esa que estaba ahí era su Pau así que se había alejando siento victima de un sinfín de sentimientos que nunca antes había sentido y por lo tanto le era imposible explicar. Todo lo que había tenido claro en ese momento era que tenía que irse lejos.

Pero aún así los primeros días la había echado mucho de menos. Y luego sin más Miranda De la Vega había llegado hasta él.

Era linda, tenía que admitirlo. Sus increíbles ojos verdes resaltaban perfectamente bien en el negro de su cabello aunque si se lo preguntaban a él era como una versión mujer de Erick y perdía un poco el encanto cuando pensaba en su hermano.

Soltó un largo suspiro y tomó su celular.

Para: Erick.
¿Planes para hoy?

No es que él fuese egoísta o algo parecido pero desde que su hermano había iniciado su relación verdadera con Danna casi no pasaban demasiado tiempo juntos y a veces extrañaba un poco los fines de semana cuando su hermano mayor lo llevaba al campo, a pescar; o simplemente cuando se sentaban en el departamento de Zabdiel para charlar sobre sus semanas. Pero por otro lado se sentía completamente feliz por la futura llegada de su nuevo sobrino.
Su celular vibró sobre su estómago y él lo tomó de inmediato.

De: Erick.
Estoy saliendo de la oficina; pasaré a recoger a Danna a casa para ir a comer y después daremos un paseo por la playa. La he descuidado por el trabajo y le he prometido hacer algo juntos este fin de semana. ¿Qué hay de ti?

Zabdiel dejó escapar un suspiro pensando en una buena respuesta cuando otro mensaje de texto apareció ante sus ojos.

De: Miranda.
Hey! Whatsuppp, boy? ¿Planes? Romina, Chris y papá han decidido hacer una especie de campamento improvisado y te puedes unir. Volvemos mañana por la noche. Será divertido.

Cerró el mensaje de la muchacha y volvió al de su hermano.

Para: Erick.
¡Me voy de campamento improvisado con Miranda y su familia! ¿Te molesta?

Contó mentalmente los minutos hasta  que la vibración de su celular se volvió a hacer presente.

De: Erick.
Por supuesto que no; eres grande y sabes lo que haces. Diviértete mucho, Zab. Hablamos cuando vuelvas.

Esbozó una pequeña sonrisa, soltó un suspiro y volvió al mensaje de Miranda.

Para: Miranda.
¡Más que encantado!

(…)

—¿Qué haces?—cuestionó Danna entrando en la habitación. Erick permanecía medio recostado en la cama mirando la pantalla de su nuevo celular y con los auriculares puestos.—¿Er…?—lo llamó deteniéndose delante de él.

—Luces hermosa.—anunció sacándose los auriculares. Las mejillas de la muchacha se sonrojaron de inmediato.

—Gracias.—respondió.—¿Qué hacías que parecías tan concentrado?—él le sonrió.

¿Sera porque te amo?||Erick B. Colón.|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora