Mañanas frías tocaban mis ventanas, cerradas, cerradas como las puertas de mi mente, que no querían saber de amor alguno. Tendría que dejar pasar el tiempo, tratar de conciliar la paz en mi corazón y ser feliz.
Tardes solas, solas como mi alma, alma que solo necesitaba el abrazo cálido de la sombra única que acompañaba mi soledad.
Encerrado en mi cuerpo, mi espíritu, se sentía cual prisionero que no recibe visita alguna, se sentía como árbol seco en época de invierno.
Pero aún estando solo, sabía que era lo correcto, era ideal estar un tiempo en mi interior y descubrir qué es lo que realmente quiero, lo que quiero es despejar las oscuras nubes que nublan mi cuerpo.
¿Acaso me convenía conocer a alguien más? Pues eso no me vendría nada bien, entrar en nuevas relaciones o al menos intentarlo era lo que menos quería hacer en esos momentos.
De todas formas, tendría que hablar con Diana , aclarar la situación y luchar por su perdón. También tendría que tomar la decisión de casarme o no con Jessie, sabía que lo que pasó con ella y Jacobo no pasaría, lo único que me mantenía en dudas era si aún amaría a Jessie igual que antes, pues al haber entrado Diana a mi vida otra vez, mi corazón dividido se encontraba.
Pensé seriamente en la opción de dejar a Jessie para siempre, pero un verdadero amor es muy difícil de olvidar, al igual que lo es una traición. Pero decidí darle una segunda oportunidad, tratar de reequilibrar mi vida y dar riendas sueltas al amor.
Pero antes de todo, debía hablar con Diana, así que aquel día tomé mi teléfono, la llamé y quedamos para reunirnos en una cafetería.
Esperé un corto tiempo, pues ella era siempre puntual, la vi llegar, tranquila y con sus dulces ojos como siempre.
Se sentó en frente mío y yo estaba sin palabras y sin valor alguno como para poder hablar con Diana.
-Jake, no tenías que haberme mentido.
-Diana, perdón, me dejé llevar por el momento, además de que no hacía mucho tiempo que yo había sufrido por amor.
-Esas no son respuestas a mis preguntas Jake, eres un mentiroso.
-Diana se que no es fácil, pero tienes que entenderme, yo acepto, cometí un error, ahora solo te pido perdón, volvámos a ser amigos.
- Eso me pudiste haber dicho desde el principio, que solo querias que fuesemos amigos, no tenías por que mentirme
-Perdón
-Esta bien, te perdono, solo lo hago por la amistad que hemos tenido, pero tu y yo seremos solo amigos nada más.
Se levantó de la mesa, subió a su coche y vi las lágrimas de ella correr por su mejilla, me sentía mal por eela pero mi corazón sintió un alivio enorme al haber conseguido su perdón.
El siguiente paso era el hablar con Jessie.
