El Comienzo

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Era una fría noche, el fuego sonaba junto con el viento y hacían un sonido inigualable, habían pasado las horas y yo seguía sentado allí, esperando y viendo atentamente a que aquel fuego que me calentaba, se extinguiera, para que no quedará rastro alguno de aquel cadáver, y así, jamás ser atrapado.

Habían pasado las horas, y el fuego no quería apagarse, incluso sentía que cada vez calentaba más y más, decidí ir a el cuarto en donde cometí el asesinato para ya no dejar rastro alguno, recordé una vieja técnica que leí de un libro, esconder los restos y demás, tras la pared, saque uno por uno con mucho cuidado los ladrillos, hasta dejar un agujero lo bastante grande como para esconder todo, tome un pañuelo bastante grande y comencé a limpiar toda la sangre que estaba en el piso y en las paredes, ya que atrapar y matar a tal persona, no fue muy sencillo que digamos, limpié y limpié hasta que todo volvió a quedar con un color perla hermoso, ya no se veía sangre en ningún lado, por más buscaba no encontraba ni una gota de sangre, lo cual me dejo algo inquieto.

El AsesinatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora