Recordar lo que paso ayer, me provoca escalofríos. Llego al colegio, y como costumbre tarde, eso significa que tengo que buscar estacionamiento fuera de él. Encuentro uno enfrente del parque y me apuro para llegar a la clase de Lenguas con el Sr Smith.
Llego al aula y veo que todos están fuera de su lugar así que me siento, respiro para tranquilizarme y saco un libro y mi iPod para escuchar música, me gusta hacer esto en vez de perder el tiempo en criticando a todos los del colegio, como lo hace un pequeño grupo de barbies y chismosas liderado por la zorra de Lisa Lee, una chica asiática que se mudó a Toronto hace unos meses, a principios de inicio de cursos, desde que puso un pie en el colegio, todos los chicos y hasta los profesores mantienen la boca abierta por ella.
- Pobrecita, ¿no tienes amigos?- me dice como si sintiera lastima por mí, pero ella sabe que yo sé que no le tengo nada de lastima.
- Déjame Lisa.- digo, alejándola de mí con mí brazo.
- ¡LA RARA ME TOCO! Me pegara su rareza.- dijo con sarcasmo.- Es por eso que personas como nosotros no nos juntamos con los de tu especie.
- Mira idiota.- no pude terminar la frase cuando el Sr. Smith llega al aula.
- Srta. Ross, ¿Por qué le habla de esa manera a la Srta. Lee?- lo dijo como si hubiera sido mi padre, lo odio.
- Edward.- dice Lisa, le llama por su nombre a todos los profesores cuando quiere chantajearlos.- Ross me estaba molestando, dijo que me daría un puñetazo si la tocaba.
- ¡Maldita mentirosa!- le grite, la odio siempre con su cara de inocente, cuando es una persona que nadie debería confiar ni el más minimo secreto- Srta. Ross, a dirección ahora- dijo el Sr. Smith.
Cojo mis cosas y salgo del aula pero no voy a dirección. Me dirijo a las gradas del campo de futbol y me quedo ahí observando como los jugadores empiezan a hacerse las superestrellas cuando hay chicas cerca, y eso me causa mucha gracia.
Por desgracia tengo que ver a Jefferson, el famoso coreback del equipo y aparte mi primo. Nadie en el colegio sabe que soy pariente de él, así que evitamos hablarnos. Necesito contarle lo que ha pasado con mi madre pero sigue con los demás jugadores así que espero.
Toca la campana y veo que todos se van a las duchas, así que bajo al campo y corro para alcanzarlo pero sin que nadie me vea.
- Jeff- le digo, tocándole su hombro.
- ¿Sí? – me contesta, al voltear ve que soy yo.- ¿Qué haces aquí? No deben de vernos juntos.
- Lo sé- afirmó.- pero te tengo que contar algo importante.
- Sígueme.- dijo con una voz cortante.
Lo sigo y veo que nos dirigimos atrás de las gradas. Nunca antes he estado bajo las gradas y cuando llegamos me da un olor tan espantoso que me tapo la nariz.
- ¿Por qué apesta aquí?- digo, siento que voy a vomitar.
- Al terminar el día de clase o después de un juego, las personas vienen aquí a fumar marihuana, tomarse unas cervezas, coger, orinar, vomitar, entre otras cosas- me explica.
- ¿Cómo sabes todo eso?- le digo arqueando mi ceja derecha.
- Eso no importa- se escusa.- ¿Qué ha pasado?
- Mi madre está inconsciente en el hospital - digo seca.
- ¿Por qué?- me dice preocupado.- ¿Qué ha pasado?
- Ayer llego mi…- no pude terminar la frase porque escucho gritos que le hablaban a Jeff.
- Mierda, vienen para acá- maldice Jeff.- sígueme la corriente.
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Siempre Juntos.
Teen FictionHola, mi nombre es Violet Ross. Tengo 16 años, soy una chica como tú, seria, divertida, bueno un poco, soy buena con quien es amable conmigo y también sabrás que tengo una mente algo suicida. Curso el 2do semestre de preparatoria, tengo amigos, buen...