ÉL - Un Verano En California [US #1#]

C A P Í T U L O 17

N/A: Recomiendo leer este capítulo escuchando la canción de Avril Lavigne, titulada: Complicated.

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  Me giré sobre mis talones antes de tocar a la puerta y encontré a Justin que, corriendo, venía hacia a mí.

  Ya parecía fatigado y me reí de su penoso estado, a diferencia que con Marc, con el me podía sentir mucho más libre de expresarme tal y como era.

  Llegó hasta donde yo estaba y apoyó su mano contra la fachada de la puerta con una mano sobre su vientre aportándole drama a su estado.

  —Pensé que eras más resistente. —me reí.

  —¿Qué hacías con Marc? —cuando recuperó la respiración, su expresión cambió por completo y consiguió que la mía también.

  —Hemos ido a Beverly Hills. —le contesté encogiéndome de hombros.

  —¿Querías ir a Beverly Hills? —me preguntó Justin.

  —No sé. Simplemente surgió y me decidí acompañarle. —le comenté restándole importancia.

  —Suerte que no te dejó plantada en medio de la carretera. —susurró para sí mismo, aunque pude escucharle de todos modos.

  —Siento decir que no solo es Marc el que está entre medias. Te recuerdo que Sophie también es un problema. —le dije volviéndole a mirar.

  Suspiró derrotado y dejó caer sus brazos a ambos de sus costados.

  —No quiero que estés con ningún otro. —dijo desviando su mirada hacia sus pies.

  —Justin, yo no estoy con nadie y tengo el derecho a hacer lo que quiera. —le dije y como ya me había cansado de mantener esa estúpida conversación, que parecía digna de ser de críos pequeños celosos, toqué el timbre, quiso pararme para hablar, pero no le dio tiempo a evitarlo y se dio por vencido.

  —Hola, Jenna. —le sonreí y ella me devolvió la sonrisa.

  —Pasa. Justo he preparado un brownie, quiero que me des tu opinión —cuando sus palabras salieron de su boca yo desvié la mirada hacia mi lado indicando que no estaba sola. Jenna captó la indirecta y se asomó también. —. Pasad los dos. Dos opiniones serán mejor que una. Antes me has pillado un tanto sorprendida. No aceptaré un "no" por respuesta.

  —Gracias, sentimos las molestias. Él es Justin. —cuando pasamos y pisamos el gran espacio abierto. La casa era gigante, preciosa, elegante y limpia. Un piano de cola se situaba en el centro del comedor. El espacio era abierto y muy luminoso. En la entrada había una preciosa mesa de cristal bajo las escaleras de caracol y pasamos al comedor.

  Justin iba detrás de mí sin levantar la vista y yo le golpeé suavemente para que reaccionara.

  —Encantada, Justin. —Jenna le tendió la mano y este levantó la mirada, al fin. Pero rechazó su mano y simplemente asintió. Tenía sus manos entrelazadas detrás de la espalda y su expresión parecía desolada.

  —Iremos a ver a mi primo, así te dejamos tiempo para que cortes el brownie —enseguida me di cuenta de que mi excusa había sonado patética e intenté arreglarlo con una sonrisa amable, igualmente, Jenna supo al instante la desagradable tensión que había en el aire. —. Volvemos ahora mismo. —agarré a Justin de la mano y lo arrastré conmigo hasta arriba.