Capítulo setenta y ocho.

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Bloo subió las gradas de salida hacia la calle cargando mi maleta repleta de ropa mientras yo cerraba la puerta, no me había esforzado en poner objeción a su voluntad de llevarme con él ya que sé lo terco que puede llegar a ser.

Cerré la puerta y saqué mi teléfono para enviarle un mensaje a Fievel diciéndole el código de la cerradura digital para que pudiera entrar.

–¿Qué haces tú aquí? –cuestionó una voz conocida.

Levanté mi mirada y el sol de mediodía resplandeció en dos auras brillantes con las siluetas de Bloo y Jimin.

–Jimin... –musité sorprendida la verlo y tragué saliva, hace un par de días que no lo veo.

–Pregunté ¿qué haces aquí? –repitió Jimin mirando fijamente a Bloo.

Me apresuré a subir hasta llegar a ellos y el duelo de miradas que mantenían me tensó los nervios.

–Jimin... –musité con ronca voz–. ¿Qué haces aquí?

–Este es mi apartamento de todas formas –soltó imponente mientras levantaba su ceja y me miraba fijamente–, si quiero, puedo venir.

–¿Cómo que tu apartamento? –cuestionó Bloo con el ceño fruncido.

¡Estúpido Jimin! Me lo estaba sacando en cara y en frente de Bloo, quería desaparecer en ese momento para evitar la vergüenza.

–¿No te lo contó Danbi? –Jimin sonrió cínico–. Este apartamento lo pagué yo.

La inquisitiva mirada de Bloo se dirigió rápidamente hacia mí y lo evité cual culpable.

–¿Qué has dicho? –cuestionó Bloo amargamente regresando su mirada hacia Jimin.

–Esto es tan gracioso –farfulló Jimin con una cínica risita, tomó un respiro y me miró fijamente–. Traes un amante a mi apartamento con tanto descaro, debí esperármelo de ti.

–Yo soy su novio, no un amante –comentó Bloo con una leve sonrisa victoriosa.

–Ah... –Jimin sonrió irónico–. ¿Si eres su novio porque la dejaste quedarse una semana en una casa sauna?

–¡Jimin! –intervine.

–¿Si eres su novio, porque no la ayudaste cuando más lo necesitaba? –insistió Jimin.

–Cállate Jimin –pedí al ver la expresión de sorpresa en el rostro de Bloo.

–Ah... ya recuerdo –Jimin negó con su cabeza–. Danbi huía de ti por alguna razón.

Pude ver la mirada de Bloo bajar al piso, Jimin había dado en un punto débil.

–Eso no es asunto tuyo Jimin –intervine–. Y es cierto que pagaste este apartamento, pero por si no lo recuerdas; es un préstamo.

–Que no puedes pagar, se sincera –atacó Jimin.

–Lo puedo pagar por partes, estabas de acuerdo en eso, no cambies de opinión ahora.

–¿Opinión?, no firmamos un acuerdo ¿oh sí?

–Maldición... –rodeé mis ojos lamentándome no haber hecho algún tipo de acuerdo firmado.

–¿Cuánto te debe? –cuestionó secamente Bloo mientras miraba la pantalla de su teléfono.

–¿Piensas que tú puedes pagarlo? –cuestionó Jimin menospreciando a Bloo con un gesto de desagrado.

–Bloo... –posé mi mano en su brazo.

–¿Cuánto? –repitió Bloo con su mirada fija en Jimin.

RUDEWhere stories live. Discover now