Capítulo 3: Luciérnaga

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Kūdetā: Black Ops

Capítulo 3: Luciérnaga

Sakura perdió la cuenta del número de misiones que ella y Kakashi realizaron juntos, el sufijo "-sensei" no había desaparecido ni siquiera cuando ascendió a Jounnin, quizá pudo deberse a que Naruto nunca lo abandonó. Las cosas era distintas ahora que era parte de ANBU.

―¿Dónde está? ― susurró, arrastrando cada silaba y dándole a la pregunta un aire imponente. Su mano, enfundada en guantes negros lo tenían agarrado del cuello, presionando los vasos que llevaban sangre a su cerebro. No hizo falta aplicar chakra mientras lo veía a los ojos, veía el terror que le provocaba y eso le gustaba.

―No-no sé, ninja-san. ― tartamudeó el hombre, buscando alejarse de la kunoichi, solo podía verle los iris verdes a través de los dos orificios de mascara blanca de porcelana, los ojos eran rasgados con un delineado que podría pasar por de gato si no fuera por la forma en que subían desde el lagrimal, entrecruzándose en un diamante en la frente y subiendo donde creaban dos antenas que le daban su nombre: Luciérnaga.

―¿Estas seguro? ―preguntó con falso pesar. ―porque si no lo sabes, no me eres útil. Podría matarte ahora mismo.

―Yo... yo... no me mate por favor. ―imploró, sintiendo su mente nublarse debido a la falta de sangre en su cabeza, moviendo sus pies en espavientos cuando sus sandalias dejaron de tocar la rama del árbol en la que estaba apoyado y ahora solo la apretaba firmemente su cuello evitaba que cayera de más de cinco metros de altura. ― En-en el tem-plo dee el ri-o.

Cuando Haruno tuvo su respuesta, las yemas de sus dedos se encendieron en un verde intenso, creando unas cuchillas de chakra que atravesaron el cuello de lado a lado en medio segundo. Soltó la cabeza antes de la sangre la salpicara y se limpió la mano con un pañuelo que sacó de su bolsillo lateral de armas.

―Así que el Templo del Rio. ―dijo Kakashi.

Su voz filtrada por la mascara llegó a Sakura, volteó a verlo, recargado sobre la rama de árbol mientras leía un libro, verde en esta ocasión.

―Al menos te hubieras molestado en fingir que me ayudabas. ―le recriminó la pelirosa, avanzando en la dirección que les dijo el ninja.

―Vamos, no nos engañemos. Sé que adoras hacerte cargo sola de este tipo de situaciones, te encanta restregarle a Anko cuando utilizas ninjutsu medico para acabar con alguna pobre alma.

Kakashi guardó el libro en un bolsillo y siguió a su antigua alumna.

―Quiza. Solo un poco ―aceptó. ― No sé porque Hokage-sama nos dio esta misión, un chunnin cualquiera se pudo haber hecho cargo.

―Lo que contiene el pergamino es clasificado. No importa si lo hubiera tenido un gennin o un kage.

―A veces eres muy aburrido, Perro.

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Naruto estaba terminando de leer unos papeles en la biblioteca personal del Kage, toda su vida deseó el puesto de líder de la aldea en una forma de sentirse más cercano a sus padres: Minato Namikaze fue el legendario cuarto Hokage y su madre también tuvo ese sueño.

Ahora que tenía que pasar horas sentado en la biblioteca leyendo sobre historia, política y estrategia ninja no parecía tan divertido. Sakura siempre fue la que tuvo su nariz metida entre hojas y pergaminos, incluso Sasuke leía bastante, cosas que en su tiempo le parecieron sin sentido, pero en momentos como estos deseaba haber puesto más atención a las platicas entre sus dos compañeros cuando hablaban de política e historia.

Kūdetā: Black Ops [ItaSaku]Where stories live. Discover now