Tomó la taza de chocolate caliente y le dio un pequeño sorbo. La mañana había amanecido muy fría y una espesa neblina cubría el cielo, pero conforme avanzaban las horas, los rayos del sol comenzaban a filtrarse entre esa masa de aire cálido y húmedo, haciendo parecer el día más brillante. Ella amaba esas mañanas frías, la hacían sentirse más viva que nunca y hoy, era justo lo que necesitaba. Poder sentir como ese viento gélido traspasaba su ropa hasta rozar su piel como si de una caricia se tratara y poder descubrir que aún tenía sentimientos, que estaba viva y que no era solamente una bonita muñeca de aparador sin corazón.
Y qué mejor que aplacar ese helado sentimiento con un chocolate caliente.Colocó la taza en la mesa y observó detenidamente como la espuma se deformaba. Ella sabía lo que tenía que hacer. Y a pesar de que en el fondo de su corazón una voz le dijera que no, que conservará la esperanza, que aún podía ser feliz... ella ya había tomado su decisión.
—¿Cómo vas con Jack?
La pregunta la tomó por sorpresa, pero quiso disimularlo bajando la mirada y movió lentamente con su cuchara la espuma que se formaba en la superficie del chocolate. La tranquilidad que tenía hace unos momentos se borró cuando la rubia mencionó a su insensible esposo.
» Por la cara que pusiste, supongo que nada bien. Cuéntame, ¿qué pasó?
Elsa frunció sus labios para después respirar profundamente.
—Es que, él... ¡Agg! —exclamó, con frustración sin poder decir lo que sentía.
—Debe ser muy serio, confía en mí. Sabes que te puedo ayudar. Tal vez si hablo con Jack, es mi hermano. Siempre me escucha. O dime ¿te hizo algo? Juró que si le lastimó voy a cortarle las...
—No Punzie, no es nada de eso -la interrumpió con calma y una pequeña sonrisa se formó en sus labios. Conocía a su amiga y era muy capaz. Y aunque ella a veces quería hacer lo mismo, siempre había otras soluciones.
—¿Entonces?
—Bueno, es que yo... —Elsa, bajó la mirada y Rapunzel se preocupó.
¿Qué le ocurría a su amiga?
—¿Elsa?
—¡Es que ya estoy cansada, Rapunzel! —explotó—. Siempre es lo mismo con Jack, yo he tratado de acercarme a él, pero siempre me rechaza. Sabes que lo quiero mucho y trato de que nuestro matrimonio funcione, pero él solo lo está haciendo un infierno. Esta mañana discutimos porque iba a salir temprano y me negué a acompañarlo a la empresa y se enojó. Dime. ¿Por qué siempre tiene que estar controlando todo? Y yo... Yo —no pudo contener que unas lágrimas corrieron su mejilla—. Yo no creo aguantarlo más. No soy feliz a su lado, ya lo he pensado... Voy a pedirle el divorcio...
Rapunzel, cubrió con sus manos un pequeño grito de sorpresa.
—¡¿Qué?! Elsa no puedes hacer eso.
—Claro que puedo, ya lo pensé mucho y ya lo decidí.
—Pero Jack. Él no lo va a aceptar, además ¿sabes lo que va a sufrir? Le dolerá mucho perderte.—Que carajos le va a doler. Él no tiene sentimientos, estoy segura de que hasta por primera vez se pondrá feliz. Ya está decidido.
La rubia la miró con tristeza, parecía tan convencida. Se alegraría por su amiga, Elsa buscaría su felicidad en otro lado, sería libre como siempre deseo, pero Jack... él sufriría mucho. Había estado tan alegre cuando la conoció, nunca lo había visto tan feliz, aun más cuando le dijo que se iba a casar. Tenía un brillo especial en sus ojos. Aunque después no supo qué pasó, qué cambió tan abruptamente su actitud con Elsa. Él no era así. Rapunzel se había dado cuenta de los sentimientos de su hermano, sin que él se lo dijera y estaba completamente segura de que la decisión que acaba de tomar la platinada, le rompería el corazón.
—Elsa...
—No Punzie, hoy mismo iré a ver a mi abogado y Jack recibirá la demanda de divorcio. Ya no quiero seguir así. Te lo pido, entiéndeme, sé que es tu hermano y lo amas, pero... Esto ya no puede seguir así. Yo ya no puedo...
La rubia la miró tratando de entenderla, en el fondo sabía que tenía que hacer algo. Pero si esa era su decisión, Jack tenía que enfrentarlo. Sufriría, sí, pero él mismo lo había provocado.
—Disculpen señoritas -una voz ronca se escuchó al lado de ellas, ambas estaban tan absortas en la conversación que no notaron cuando una mujer se acercó —, no pude evitar no escuchar su conversación. Y lamento parecer entrometida, pero, ¿me permitiría su mano?
Elsa la miró desconfiada, y dirigió su mirada a la rubia quien la miraba tan perpleja como ella. Miró nuevamente a la mujer de avanzada edad, no parecía una mala persona, en cambio desprendía un aura de paz y tranquilidad, por un momento le recordó a su nana de cuando era pequeña, la mujer le brindó una sonrisa amable y finalmente aceptó. Sostuvo sus manos entre las de ella y después volteó su mano delineando con delicadeza su palma.
Inevitablemente soltó una sonrisa, hecho que desconcertó a la platinada.
—Mi niña. Has sufrido mucho y no eres feliz en tu matrimonio. Pero te aseguro que eso va a cambiar. Aunque todo dependerá de ti. Tu felicidad está aquí, a su lado. Tu deseas ser libre, salir, conocer, pero por culpa de ese deseo todo se ha convertido en tu cárcel. Si luchas por tu felicidad junto a tu esposo, todo podría cambiar.
La platinada miró a Rapunzel quien la miraba sonriente y luego volvió la vista a la mujer frente a ella. No entendía a lo que se refería.
—¿Y qué puedo hacer? Si ya por años he intentado acercarme a él y no funciona.
—Eso tendrás que descubrirlo tú, mi niña. ¿Estarías dispuesta hacer lo que sea con tal de salvar tu matrimonio o te darás por vencida sin antes haber luchado?
Elsa miró la mano que aún sostenía la mujer y enfocó la vista en su alianza que compartía con Jack. ¿Era eso lo que realmente quería?
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PERFECTA PARA MI
Fanfiction𝐏𝐄𝐑𝐅𝐄𝐂𝐓𝐀 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐌𝐈丨¿Estarías dispuesta a hacer lo que sea con tal de salvar tu matrimonio o te darás por vencida sin antes haber luchado? ❝𝑈𝑛𝑎 𝑚𝑖𝑟𝑎𝑑𝑎 𝑦 𝑠𝑎𝑏𝑟𝑎́𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑚𝑖 𝑝𝑖𝑒𝑙 𝑡𝑒 𝑑𝑒𝑠𝑒𝑎 ❞ . . . ADVERTENCIA ...