Capítulo XIV

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Claude

Doña Asia salía de su apartamento en el sexto piso, en sus manos llevaba un pastel de frutas recién horneado, había estado toda la tarde haciendo el dulce y su cocina se llenó de aquel olor a fresas y arándanos en almíbar horneado. Don Emilio la miró salir, puso cara molesta, sabía para donde iba la mujer por un lado, y por el otro constataba que no iba a probar nada de aquella tarta. Desde la llegada de esos dos al edificio, el lugar parecía un hervidero de chismes. «¿Ya lo viste?», «¿es tan guapo como dicen?», «¿de verdad que es gay?», preguntaban algunas, y otras hacían apuestas para ver si lo/los cambiaban de equipo; ya muchas habían subido, o bajado, según piso a aquel apartamento en el octavo nivel, pero salvo por un par de saludos con el mentado esposo, nadie había podido atravesar el umbral de aquella puerta e interactuar con aquellos dos hombres; y menos ver al difamado actor en persona, quien al parecer seguía molesto con todos los vecinos por como lo trataron, y por lo que dijeron en su momento de su persona; pese a que muchos intentaron dar sus disculpas, apenas si obtuvieron un: «no se preocupe, yo le doy su mensaje».

Doña Asia en un primer momento no entendió que era aquel bullicio que había en el lugar, era como un ruido constante que parecía no terminar; eso hasta que logró entender la noticia de boca del viejo Juan, el portero; al parecer el actor desaparecido había regresado al edificio, y acompañado por su esposo. Ella no veía al hombre desde que se encerró en aquel estudio que tenía en ese inmueble desde hacía más de un año. Ella sabía en ese entonces que seguía en el sitio por aquel portero le subía las compras, eso hasta que de repente había desaparecido, y el espacio había sido alquilado a turistas de temporada que venían por una o dos semanas.

El mismo viejo Juan había sido quien estuvo más molesto con aquella desaparición, y quien estaba más que intrigado, y no entendía cuándo, cómo y por dónde se había hecho la fuga. Y sólo ella sospechaba y entendía el por qué, ya que el anciano aprovechaba aquella situación para redondearse algunos billetes a costa del joven actor. Y quién no, todos en aquel lugar hicieron su agosto al vender al sujeto como leña mojada; y ella había sido una de las más chismosas con la prensa, había disfrutado sus minutos de gloria cuando la habían invitado a uno que otro programa, en la radio y en la televisión para hablar sobre aquel molesto vecino que odiaba a los homosexuales; y bastante leña echó ella en su momento; eso hasta que estando una mañana viendo el programa de variedades matutinas soltaron aquella bomba, el sujeto estaba casado... con un hombre.

Ella no recuerda bien que paso en ese momento por su cabeza; sólo reaccionó finalmente cuando su marido se burla de ella diciéndole que si acaso no era ese el vecino del que ella habló tan mal durante meses, «... ahora qué vas a hacer, te puede demandar por difamación, ...», se había burlado el marido, quien muchas veces le dijo que no siguiera con eso de meterse en cuento ajeno. Durante más de una semana estuvo aterrada al saber el regreso del hombre; con que cara ella lo vería, sobre todo después de toda la basura que inventó sobre el mismo, y cómo se portaría él con ella; la demandaría, o algo similar. Ella no supo que pensar, eso hasta que decidió encarar el toro por los cuernos y enfrentarlo.

Temprano esa mañana salió a comprar todos los ingredientes y pasó toda la tarde entre ollas, cucharas, harinas, azúcar, leche, huevos y frutas, eso hasta que finalmente el palillo para probar la masa del horno salía limpio, indicando que estaba listo. Dos horas más tarde, tras haberse emperifollado un poco y terminado de desmoldar y espolvorear con azúcar en polvo la tarta salió con su ofrenda de paz hacia el ascensor. Menos mal que no había nadie cuando entró y salió del aparato, y menos en aquel pasillo. Llegó a la puerta y tocó el timbre. Nada. Repitió. Nada. Así lo hizo por casi un cuarto de hora, ya se iba a dar por vencida cuando sintió que la manilla gira y se abre la puerta.

Sólo Negocios - Serie: Agencia Matrimonial - 02Donde viven las historias. Descúbrelo ahora