18 de Junio
-El amor es solo para los estúpidos-murmuró Charlie reconociendo el rencor que quería apoderarse de su corazón, ahora solo observaba sus pies, tratando de despejar esos pensamientos que lo atormentaban, exactamente no sabía a dónde se dirigía y no le importaba el lugar a donde podría llegar, ni lo que podría pasarle.
El cielo reconoció su melancolía, y el clima parecía reflejar lo que él sentía, la infinidad azul ahora estaba llena de nubarrones llenas de ira y la tristeza hizo que empezaran a caer frías gotas sobre él.
La gente corría de un lugar a otro buscando refugio, y otros más precavidos sacaban sus paraguas.
Se abrazó a si mismo para conseguir algo de calor y se fijó en una pareja que se había cruzado por su lado.
El chico sostenía su paraguas y ella se refugiaba en sus brazos mientras él le daba un beso en la frente; esa pequeña escena le causó repulsión entonces les deseó lo peor aunque no los conociera.
Sabía que estaba mal, ya que ni ni siquiera tenía idea de quiénes eran, pero demonios, apenas había entrado en una etapa de depresión por despecho, cualquier cosa que hiciera era muy válida para el.
Mientras más caminaba más recordaba, más se repetía esa escena en su cabeza, y más dolor le causaba
¿Cómo es que no lo había visto venir?-se preguntaba, ahora sentía culpa, y algo de lastima hacía si mismo, había dejado que lo cegara el amor, solo faltaba que algo así le pasara para que se diera cuenta de que lo que era suyo nunca lo fue.-¿Cómo fui tan idiota?-se reprochó mientras se llevaba las manos al rostro, intentando ocultar las lágrimas que le amenazaban con salir, cuando de pronto alguien se cruza torpemente por su lado, justo pasando por un charco que les hace tropezar y caer.
Él maldijo una vez más cuando su mejilla hizo contacto con el frío y mojado pavimento.
-¡¿pero que carajos?!-grito la chica, pelirroja intentando incorporarse pero con fracaso, pues se resbala de nuevo, y se moja mucho más su pantalón y empieza a buscar algo preocupada, esto le hace soltar una pequeña risa a él.
Fue lo único que le saco una sonrisa hasta el momento, no sabía porque le entretenía ver a aquella chica tan disgustada, cuándo el tambien tenía su trasero mojado y frío, pero no se iba a reprochar por ello.
-Deberías mirar más seguido hacia el frente mientras vas por la calle-le dijo ella levantándose y tomando su teléfono mojado de aquel sucio charco-como las personas normales-murmuro con disgusto, Charlie tenía tantas ganas de reír que lo que dijo no lo tomó como insulto, aunque lo era.
Traía un mal genio, Pero no la culpaba, acaba de mojarse toda incluyendo su teléfono, que parecía ser uno por el cual ahorrarías un año para comprarlo.
-Sumérgelo en arroz-soltó mientras se levantaba y ella pareció no escucharlo-Dicen que si lo sumerges en arroz, por la noche vienen los chinos y arreglan tu teléfono-se acerca él y ella aparta la vista de su ahora estropeado teléfono y le regala una mirada de pocos amigos.
Si su mirada tuviera rayos láser estaría agujereado, si, como un queso.
-Asi que eres un poco payaso..-dijo ella.
-Gracias.
-Eso no era un cumplido...
-Yo lo tomaré como un cumplido.
-Bien, tómalo como quieras, no pienso perder más el tiempo con un desconocido-dijo para irse tan pronto como apareció, el solo la vió a alejarse, para después hundirse se nuevo en sus pensamientos.
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Intentando Recordar Cómo Olvidarte
Teen FictionUn día dos estrellas fugaces, en medio de la galaxia infinita, alguna vez se cruzaron. Nosotros también como estrellas, siempre brillando, unas más que otras, siendo extintas, unas antes que otras.