LOOK WĦΔΓ ɎOU MΔDE ME DO [JOSUĦΔṈ] [OṈE-SĦOΓ]

LOOK WĦΔΓ ɎOU MΔDE ME DO

No me gustan tus jueguitos.
No me gusta tu escenario inclinado.

Rohan caminaba tranquilamente por las calles de Morioh buscando que clase de cosas podría fotografiar para poner de referencia en su manga.
Por casualidad vio que Josuke y Okuyasu estaban en la cafetería que siempre solían frecuentar. Se le hizo raro que Koichi no estuviera con ellos, porque esos tres eran básicamente inseparables y siempre estaban juntos.
Se escondió en unos arbustos cerca de la cafetería y los empezó a espiar.

-¿Por qué estoy espiando a este par de idiotas? ¿Por qué me importa tanto?-

Esas preguntas no paraban de hacerse presentes en su mente.
Si bien Josuke era su pareja, sabía que no podía controlar todo lo que hacía. Es más, no debía hacerlo, él era libre de hacer lo que quisiera, sin embargo no se fue de ahí.
Empezó a fijarse mejor en ellos dos y se dio cuenta de que ambos tenían las manos agarradas por debajo de la mesa. ¿Qué mierda?...

-Okuyasu, yo... No creo que esto sea correcto. Sabes que estoy con Rohan y no quisiera lastimarlo. Me costó mucho obtener su confianza.

-Oi, Josuke. Él no tiene porque enterarse ¿Quién sospecharía de dos mejores amigos?

Josuke no dijo nada, pero su cara denotaba nerviosismo. Quería hacerlo, lo deseaba, pero al mismo tiempo sabía que graves consecuencias estarían presentes de ahora en adelante si lo hacía.
No. Lo iba a hacer y punto.
Él y Okuyasu se empezaron a acercar lentamente, sus respiraciones le hacían cosquillas a ambos. Era cuestión de centímetros para que se besaran, y finalmente lo hicieron.
No fue muy largo, pero fue suficiente para que el mundo de Rohan se fuera al carajo.

-¡Mierda! No debí espiarlos. Maldita sea mi curiosidad-

Se fue rápidamente de allí, no quería ver más de como le eran infiel. ¿Qué hizo él para merecer tal humillación?

-Las cosas no se van a quedar así, Josuke Higashikata.-

El papel de tonto que me hiciste interpretar.
No, no me gustas.

El camino de regreso a su casa fue muy largo. Su semblante era frío, desgarrador y lleno de ira.
¿Quién se atrevería a volver cornudo al gran Kishibe Rohan?
Su orgullo estaba herido, y definitivamente no se quedaría de brazos cruzados.
Se había jurado a si mismo venganza.
No le diría ni un solo comentario a Higashikata sobre lo que vio en la cafetería, actuaría como si no hubiese pasado absolutamente nada y en algún momento inesperado actuaría.
Llegó finalmente a su casa y se derrumbó.
Lloró. Odiaba llorar, principalmente porque lo hacía sentir débil y no había otra cosa que detestara más que a las personas débiles.
Se encerró en su estudio para calmarse, pero fue peor.
Había múltiples dibujos de Higashikata en su escritorio.
Los miró con desprecio y los rompió todos, uno por uno. En sus movimientos se notaba la ira que sentía en esos momentos.

No me gusta tu crimen perfecto.
Como te ríes cuando mientes.

Habían pasado ya un par de días y Rohan ya tenía preparado su plan. Le incomodaba un poco involucrar a Jotaro, pero no le quedaba de otra si quería que su venganza saliese a la perfección.
Quería ver el mundo de Higashikata arder, nunca le perdonaría lo que hizo.
Su plan consistía en utilizar a Heaven's Door en Jotaro para obligarlo a acostarse con él.
Sabía que era un suicidio, era casi imposible utilizar el poder de su stand contra el de Jotaro, pero tenía que intentarlo.
¿Qué mejor manera de destruir la confianza y dignidad de Higashikata más que acostándose con su sobrino? Era magnífico.
Citaría a Higashikata a su casa a una hora determinada, dejaría la puerta abierta para dejarlo pasar. Escucharía sonidos raros provenir de su habitación e instintivamente iría a ver que ocurría, abriría la puerta y lo encontraría desnudo junto con su nieto.
Sonrió de medio lado, pondría en marcha el plan al día siguiente.