Evitaba su mano cuando uno de sus tacones se atascó en la alfombra, haciéndola perder el equilibrio. El pie se le dobló y cayó, golpeándose la cabeza contra un objeto duro. Gritó, la oscuridad la cubrió con un manto y no supo más.
-aquí puede ver el área a la que me refiero - el médico le indicó la sombra en los rayos x -. Una herida previa requirió cirugía mayor. En este momento, no tengo razón para sospechar que la paciente sufra de algo más grave que una contusión, pero debe quedarse en el hospital esta noche para que la vigilemos.
-tarda demasiado en recuperarse.
-se golpeó con mucha fuerza.
Las voces carecían de sentido para Andrea, pero reconoció la de Niall y al instante se tranquilizó. Un dolor agudo latía en la base de su cráneo y movió la cabeza para apaciguar, gimió y abrió los ojos a la luz brillante. Niall nadó ante sus pupilas y sonrió.
-está todo borroso - musitó la chica.
Un hombre de cabellos grises apareció al otro lado de la cama y examinó su coordinación. Le preguntó qué día era. Ella cerró los ojos de nuevo y pensó con intensidad. Le pareció que su cerebro flotaba entre algodones. Lunes, martes, miércoles... Escoge. No tenía la menor idea de qué día era. Ahora que lo pensaba, ni siquiera sabía por qué estaba en el hospital.
El médico repitió la pregunta.
-¿no ve que sufre? - preguntó Niall, exasperado -. ¡déjela descansar!
-Andrea - la voz del doctor, irritándola con su persistencia, la obligó a abrir los párpados de nuevo -. ¿recuerda cómo se hirió?
-ya se lo dije, se cayó - lo atajó Niall por segunda ocasión -. ¿realmente es necesario este interrogatorio?
-me caí - susurró Andrea agradecida, deseando que el doctor se fuera y dejara de molestarla. Enojaba a Niall.
-¿cómo se cayó? - al expresar esa tercera pregunta, Niall exhaló el aliento con un silbido y, al mismo tiempo, el sonido de una chicharra cesó -. Terminaré mi examen mañana. Transferiremos a la señorita parrish a su cuarto. Quizá le gustaría irse a su casa, señor Horan.
-me quedaré - lo declaraba con el peso de una ley irrevocable.
Andrea le dedicó una sonrisa somnolienta, feliz por la preocupación que mostraba por su bienestar.
Al despertar se encontró en una habitación en penumbras, amueblada con buen gusto, que no daba la idea de que se hallara en un hospital. Niall se encontraba al lado de la ventana, en la oscuridad.
-¿Niall? - musitó.
Él giró, con un movimiento abrupto.
-quizá te parezca una pregunta estúpida - musitó Andrea, titubeante -. Pero, ¿en dónde estoy?
-en una clínica privada - se aproximó a la cama -. ¿cómo te sientes?
-como si alguien me hubiera golpeado con un saco de arena, pero ni la mitad de mal que antes - reconoció, atontada - movió su cabeza e hizo un gesto de dolor.
-quédate quieta - la instruyó Niall, de modo innecesario.
-no recuerdo haberme caído - reconoció, atontada -. Ni el menor detalle.
Niall se acercó. Se veía menos espléndido de lo que acostumbraba. Tenía el cabello despeinado, la corbata floja y la camisa abierta.
-fue mi culpa - afirmó, tenso.
-estoy segura de que no - lo tranquilizó Andrea, sorprendida.
-lo fue - los ojos oscuros la observaron de una forma sospechosa -. Si no hubiera tratado de abrazarte cuando intentaste alejarte de mí, esto no habría sucedido.
ESTÁS LEYENDO
Mas Alla Del Perdon - Niall Horan Terminada
RomanceHacía cinco años, Andrea se enamoró de tal grado del implacable Niall Horan, que descartó sus principios para volverse su amante. Pero la pasión de ese hombre nunca se convirtió en amor y, más adelante, incapaz de permanecer en esa jaula de oro, lo...