CAPITULO 4

922 91 17
                                    

Hoy es una mañana muy tranquila, un poco de viento y un poco de calor. Me gusta este clima y pocas veces se puede disfrutar. 

Hoy iré a ver a Tae en su trabajo para llevarle su comida. El muy estupido no ceno ayer y tampoco almorzó. No lo puedo dejar así, mi deber es cuidar de el ...pero el no copera en esto. Cuando escuche la bocina, agarre mi abrigo, mi gorro  de lana y salí de la casa. 

– buen día joven Kim – me sorprendí que me llamara Kim, fue algo nuevo. Se que me tendré que acostumbrar a eso pero aun así suena un poco raro.– Buenos días Lee, llévame a la empresa Kim y no le digas a Tae  que estoy llegando será sorpresa, esta bien?– 

– si joven Kim – otra vez ese sentimiento cuando me llama Kim– Lee porque me llama Kim,  no estoy  casado con Tae – 

– El señor Kim dijo que lo llamemos así, ya que pronto será su esposo 

– El te dijo que...–

– Si joven, apenas cuando salió de la casa esta mañana me lo comento, felicidades– 

– jaja ese Tae si que es impaciente – di una risa por lo que hizo Tae. 

Detesto las cámaras y que la gente me rodee para serme miles de preguntas, es por eso que siempre el chofer me lleva hasta el estacionamiento de la empresa que esta abajo. Me llevo algo para cubrirme, como en este caso, un gorro y unas gafas . Pero en la empresa no tengo que utilizar nada, porque todos respetan la privacidad y más porque lo ordeno Tae. Al estar en el ultimo piso las personas que trabajan ahí siempre se detienen para hacerme una reverencia. Siempre les digo que no lo hagan pero parece que no me hacen caso. 

– Joven Kim que gusto tenerlo aquí – Dijo ella haciendo una reverencia y yo también . 

– gracias Hana, queria saber si Tae esta ocupado quiero darle su merienda ya que no comio– 

– No el señor Kim no esta ocupado, ahora lo anuncio– 

– No lo haga, quiero darle una sorpresa – 

– Ah esta bien pase Joven – Le agradecí y pase a la oficina de Tae. Toque la puerta para esperar respuesta. 

– pase – toque otra vez la puerta .

– dije que pase – toque la puerta nuevamente 

– que no me escuchan, dije .... – asome mi cabeza y su cara de enojado desapareció. – Jin –

– lo siento no te escuche – dije en bromas. 

El camino hasta mi y me abrazo – porque no me avisaste que ibas a venir – 

 – queria darte una sorpresa – dije mientras lo abrazaba. 

– Y si que me la diste, que trajiste– al ver una bolsa en mi mano. 

Levante La Bolsa y con una sonrisa le dije  – la merienda, como no comiste ayer y tampoco hoy tenia la obligación de llevarte la comida hasta tu trabajo– Camine hasta su oficina y deje La Bolsa en su mesa– A comer . 

Tae solo sonrío y se cento a lado mio. Saque toda la comida y los dos comenzamos a comer. Se notaba que estaba hambriento. 

NARRANDO TAE 

Cuando Jin trajo la merienda para que coma fue un gran alivio para mi estomago. Estos dos dias tuve mucho trabajo y pensaba que mientras lo haga rapido lo terminaría pronto pero eso solo causo un regaño de Jin por no comer bien. 

Me senti muy feliz por la visita de Jin y mas cuando trajo la comida. Nunca nadie me trajo la comida en mi trabajo. Recuerdo que una vez visite las construcciones de mi edificio para supervisar si estaba yendo bien  y a veces unas cuantas mujeres o hombres entraban con bolsas de comida para sus esposos, hijos, hermanos o padres. Uno de los trabajadores tuvo la amabilidad de invitarme a comer con su grupo y me contó que aveces se les olvida traer la comida o que no comieron por estar apurados en llegar al trabajo a tiempo, porque trabajan mucho en la construcción. Pero sus esposos o esposas siempre van hasta su trabajo llevando comida o aveces son sus hermanos, madres o un integrante de la familia que se los lleva para que no mueran de hambre. 

Una Segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora