Esta historia transcurre hace mucho, muchísimo tiempo atrás, en el vasto universo donde en un principio no existía absolutamente nada más que la oscuridad. Misteriosas circunstancias, aún desconocidas, crearon el primer milagro registrado: el primer rayo de luz nació.
Las teorías sobre su origen siguen investigándose aun así, Algunos creen que fue obra del destino, una señal que marcaba el comienzo de algo "grandioso". Otros sostenían que era simplemente un proceso natural, algo que inevitablemente ocurriría con el paso del tiempo. También estaban aquellos que pensaban que era una coincidencia cósmica, un capricho del universo del mismo espacio que decidió regalarnos un destello de luz en medio de la oscuridad
La verdad de esto aún es desconocida, pero eso no cambia lo que sucedió después. la luz brillante y cegadora que brindaba esa entidad atravesó la oscuridad, iluminando el espacio con su resplandor, a primera estancia estaba curioso por el abismo que lo rodeaba
Sin embargo, La luz, a medida que se expandía y consumía todo a su paso, comenzó a sentir un profundo sentimiento de soledad. A pesar de su resplandor y belleza, se dio cuenta de que estar en medio de la nada sin nadie con quien compartir su existencia era aburrido y desolador.
No entendía cuál era el propósito de su existencia y se preguntaba qué debía hacer. Simplemente existir allí, sin nada ni nadie a su alrededor, era una experiencia vacía y sin sentido. La luz anhelaba la compañía, el contacto y la interacción con otros seres.
Conforme el sentimiento de soledad se intensificaba, las lágrimas comenzaron a brotar de la luz. Eran lágrimas de tristeza y anhelo, que caían en el vacío del universo. Pero estas lágrimas no eran en vano, pues cada una de ellas contenía una chispa de la esencia de la luz.
A medida que las lágrimas caían, una tras otra, dieron origen a las miles de estrellas esparcidas por el universo. Cada una de ellas nacía de la soledad y el anhelo de la luz, convirtiéndose en un faro de esperanza en medio de la inmensidad del cosmos.
Pero incluso cuando todas las estrellas del universo se formaron e iluminaron cada rincón del mismo, la luz seguía sintiéndose sola, pues esta creaciones nacida de sus lagrimas solo le recordaban que no había nada ni nadie mas que ella
La luz, sintiéndose cada vez más irritada y molesta por su soledad, golpeó una de las miles de estrellas que la rodeaban. Este acto desencadenó una reacción en cadena, haciendo que todas las estrellas comenzaran a chocar entre sí en un baile frenético y sin fin.
A medida que las estrellas colisionaban, se producían explosiones de energía pura y se generaban mares de colores en el universo. La luz, en medio de este caos y espectáculo de colores, se volvió aún más brillante y su irritación se disipó, dando paso a la alegría.
En ese momento, la luz se dio cuenta de que, aunque seguía siendo la única entidad consciente en el universo, pero ahora tenía un espectáculo de luces y colores a su alrededor. Aunque no era la compañía que buscaba, la belleza y el caos de las estrellas chocando entre sí le brindaban una emoción efímera de satisfacción.
Sumergida en ese mar de colores, disfrutando de la danza y el brillo de las estrellas, siguió brillando y golpeando una que otra estrella para generar un nuevo color, así siguió hasta que en un momento una de las estrella no creo un color o una explosión simplemente desapareció en la nada, fue así como si la oscuridad se la tragara
curiosa la luz se acerco a este rincón oscuro del universo donde las estrellas desparecían sin dejar rastro donde no parecía haber nada
En este rincón oscuro del universo donde las estrellas desaparecían sin dejar rastro, la luz se encontraba en una situación completamente nueva y desconocida para ella, pues su resplandor siempre iluminaba su camino y en este rincón ni su brillo se podía hacer notar. Estaba a punto de embarcarse en un lugar lejano, un lugar que nunca había visitado antes, un lugar donde ni sus miles de estrellas parecían entrar. La emoción y el miedo se mezclaban en su interior, creando una sensación de adrenalina que recorría cada fibra de su ser.
El miedo se apoderaba de ella al pensar en todas las incertidumbres de lo que podía pasar: siempre iluminaba todo a su alrededor, pero cada vez que se acercaba la oscuridad se volvía más intensa, su luz no la penetraba. Sin embargo, a pesar de ese miedo, sentía una excitación indescriptible por lo que estaba por vivir.
La idea de explorar un lugar completamente nuevo, sumergirse en esa oscuridad y descubrir algo nunca antes visto, generaba en la luz una sensación de euforia. La adrenalina corría por sus venas, haciéndola sentir viva y llena de energía.
Mientras la luz se adentraba en la oscuridad, una sensación de intriga y temor la invadía. A medida que avanzaba, notaba cómo su propio resplandor se debilitaba y las estrellas que la acompañaban quedaban atrás. Fue entonces cuando, en medio de la inmensa oscuridad, vislumbró un par de ojos brillantes en la distancia.
Así, la luz, sumergida en la oscuridad, se encontró frente a frente con una presencia amenazante. En ese rincón oscuro del universo, donde las estrellas desaparecían sin dejar rastro, habitaba una temible bestia. Sus ojos, de un intenso color ámbar, brillaban con una fuerza sobrenatural en medio de la oscuridad.
La luz, cautivada por la magnificencia y el peligro que emanaban esos ojos, se acercó con cautela. La bestia, con su mirada penetrante, evaluaba a la luz, calculando si era una amenaza o una presa fácil. La tensión en el aire era palpable.
La bestia, con su naturaleza salvaje e incontrolable, parecía desafiar a la luz, retándola a adentrarse aún más en la oscuridad. La luz, por su parte, sentía una mezcla de fascinación y miedo ante la presencia imponente de la bestia. Sabía que su resplandor se debilitaba a medida que se acercaba, pero no podía resistirse a la atracción magnética que sentía hacia esa criatura misteriosa.
A medida que la luz avanzaba, podía percibir la ferocidad y la sed de sangre en los ojos de la bestia. Eran ojos que habían visto la oscuridad en su máxima expresión, ojos que habían sobrevivido en un mundo sin luz.
La luz, a pesar del peligro que representaba, sentía una extraña conexión con esa bestia, como si compartieran un vínculo inexplicable."