El departamento de Kurt Hernández quedaba en una zona cerca a los suburbios, en un complejo de apartamentos que no era el mejor de todos, tuvieron que subir cinco agonizantes pisos en escaleras de madera que parecían que iban a ceder en cualquier momento y logran escuchar el sonido de múltiples perros ladrando en el tercer piso.
- ¿En serio es aquí? –Brendon preguntó cuándo llegaron al quinto piso—. Prefiero saltar desde aquí a volver a bajar esas escaleras.
-Definitivamente es aquí –Josh observó la pantalla de su celular, era la dirección correcta—. Es el departamento 506.
Caminaron por el pasillo, buscando el departamento y cuando vieron en una placa vieja el número 506 pararon y se miraron, viendo quien tocaría el timbre primero.
-Josh debería hacerlo –Brendon tomó al tintado por el hombro poniéndolo frente al timbre—. Kurt lo espera a él.
-Apoyo la idea.
-Está bien, está bien –el hombre suspiró, presionando el timbre, los tres esperando en silencio a que alguien abra la puerta.
Kurt era alto, estaba a nada de rozar el marco de la puerta con su cabeza, tenía ojeras prominentes, pero su rostro mostraba estar alerta, casi como si las ojeras fueran un resultado de la paranoia que su rostro y postura mostraban. Kurt aclaró su garganta, pasando una mano por su camiseta para quitarle las arrugar y luego pasó una mano por su cabeza, como si eso ayudaría a arreglar su cabellera rapada.
- ¿Kurt Hernández?
-Uh, sí, disculpen, tengo que encontrarme con un cliente dentro de poco.
-Joshua Dun, aquí estoy, y venimos a hacer unas cuantas preguntas.
Brendon sacó su placa, mostrándola al hombre del otro lado de la puerta, quien se quedó estático, tratando de formular una oración, pero fallando en cada intento rindiéndose y dando paso a los otros tres, quienes entraron y fueron directamente hacia el sillón.
El departamento por dentro parecía uno salido de una revista de catálogo, los muebles eran blancos y las paredes grises y había una sola pared de color azul marino, el lugar olía a aromatizante, Josh reconoció el olor como el aromatizante que se usa para quitar el olor a cigarro, lo había olido demasiado mientras crecía gracias a su abuelo, quien fumaba y cuando él y sus hermanos iban su abuela rociaba lo que parecía toda una botella de ese aromatizante por todo el lugar, solo para quitar el olor a cigarro.
- ¿Les...puedo traer agua o algo así? –Kurt preguntó jugueteando con sus manos de un modo inquieto, acariciándolas, haciendo tronar sus nudillos y frotándolas rápidamente.
-No, está bien, ¿Puede sentarse aquí? No tomará mucho, en serio –Frank dijo con seriedad, su voz cambiada, los otros dos solo habían escuchado esa voz dos o tres veces cuando entró durante unas entrevistas, pero seguía dándoles escalofríos por la espalda cuando la escuchaban.
Kurt asintió, sentándose en un sillón de uno, aun jugueteando con sus manos, sus ojos yendo a la mesita de café, que tenía diferentes papeles con diseños de espacios y fotos de muebles.
- ¿Sabes por qué te contactamos, Kurt?
-No.
- ¿Entonces por qué estás tan nervioso?
Kurt tardó unos momentos en responder, abriendo y cerrando la boca, sin formular ni un sonido.
- ¿Me van a sacar de mi apartamento?
- ¿Por qué haríamos eso? –Brendon preguntó, Josh empezó a anotar todo en su libreta.
-El trabajo no ha ido tan bien últimamente, debo unos muy buenos meses de renta y pensé que finalmente me iban a sacar –admitió, observando a los tres hombres frente suyo, en un momento su vista quedó fijada en Frank—. No he logrado tener un cliente en meses, y ahora con todo eso del asesino suelto nadie ha estado teniendo trabajo.
ESTÁS LEYENDO
hung like the pelt of some prey ∆ joshler
FanfictionUn nuevo asesino en serie está libre en las calles de Columbus, Joshua Dun, un detective para la policía de Ohio está a cargo del caso.