One shot

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CUIDARTE EL ALMA
Despierto y la primera imagen que veo es su bello rostro apacible en mis brazos, su largo cabello regado sobre la cama brillando por la tenue luz del sol que entra por la ventana, su piel blanca como la nieve y tan suave, que sentir su tacto me hace sentir el mismo cielo; para mí esa imagen es la octava maravilla del mundo, aunque, pensándolo bien, es la primera de mi mundo, porque mi mundo es ella; contemplo sus rasgos, me gusta tanto observarla, grabar en mi memoria su cara, los rasgos que la conforman, la forma de sus cejas, su ojos, su boca, sus pómulos, sus labios, esos labios que me encienden cuando se unen a los míos, y me vuelven loco al recorrerme entero. Ella se mueve hacia mi pecho, sin saber lo gratificante que es verla así, acurrucada.
La alarma suena y sé que debo despertarla puesto que los deberes de reyes nos esperan, silencio la alarma y me acerco cariñosamente a ella.
—¡Mi princesa ya es hora de levantarnos, vamos, despierta mi vida!—le digo quedamente al oído mientras la pego más con mi brazo a mi cuerpo y le acaricio el cabello y el rostro.
—¡No mi Darién!, déjame seguir así a tu lado—expresa en forma de queja y adormitada pegándose más a mi costado; me cuesta tanto no complacer su petición pues se que si no nos levantamos en este momento no llegaré a tiempo a la cita que tengo con los monarcas de Londres, mientras ella se queda atendiendo a los invitados que son los príncipes de una galaxia vecina, con los que necesitamos crear lazos de paz.
—¡Anda princesa, tienes deberes!—le digo más como suplica que como orden.
—No Darién, si yo me levanto tú te irás y no me gusta cuando te vas, tengo miedo que algo malo te suceda— y con eso me deja helado, Serena aún no ha superado lo que pasó cuando partí a Estados Unidos para continuar mis estudios, sé que es doloroso pues a mí me pasa lo mismo, no me gusta separarme de su lado, y cada vez que lo hago quisiera que pasaran las horas volando y al fin llegara la hora de estar juntos nuevamente.
—Yo lo sé princesa, y a mí tampoco me gusta pero debemos hacerlo, es nuestra labor ahora como reyes de Tokio.—le digo e inmediatamente le doy un beso tímido y me levanto de la cama, pues si no lo hago sé que no saldremos a tiempo, mientras lo hago ella abre sus hermosos ojos y me regala la primera sonrisa de la mañana.
Me concentro en que debo bañarme y salir de inmediato, Amy no debe tardar en llamar para decir que está lista ya que ella me acompañará, seguida de Rei quien es ahora la mano derecha de Serena.
Terminó de arreglarme y tras acomodar mis cosas en el portafolio Serena ya se arregló y me abraza, un abrazo que sin duda extrañaré durante el día.
—Debo irme Serena, más tarde te llamo cuando llegue, espero no demorar más de lo debido.
—No por favor mi Darién, no demores, las horas se me harán eternas sin ti.
—Yo también te extrañaré mi amor—Tras decir esto le doy un casto pero tierno beso en sus labios y me encamino al avión donde me están esperando.
Rumbo a mi destino y después de coordinar lo necesario para que todo salga sin contratiempos me dedico a pensar en Serena y en el sueño que tuve hoy; supongo que son las ganas que tengo de formar la familia que pude visualizar junto a Rini y Serena, aunque ya no me sorprende, siempre sueño algo referente a Serena; me tiene loco por ella, me gusta la manera en que expresa sus sentimientos, lo alegre que es, el sonido de su risa, sus gestos cuando esta celosa o enojada, su voz cuando dice te quiero, su piel, sus caricias, su aroma, verme reflejado en sus ojos, y como en la intimidad alcanzamos juntos el cielo. Mi serena, tan alegre y sensible, aún sigo sin entender como somos tan compatibles si somos tan diferentes, supongo que es verdad que los polos opuestos se atraen; me doy cuenta que hemos llegado a Londres, por lo que me concentro en los asuntos a tratar con los monarcas.
Llegamos al palacio para ser anunciados con los reyes y se nos informa que los monarcas tuvieron un asunto personal urgente que atender por lo que la cita se reprogramará para más tarde por lo que tendremos que esperar un poco. Mientras esperamos decido hacerle una llamada a Serena, se que estará preocupada pues no le he avisado de nuestra llegada, aunque es consciente que todo ha marchado bien pues Amy debió haber avisado al palacio de nuestra llegada, sin embargo ella siempre espera mi llamada para estar tranquila, así como yo la suya.
—Hola amor, ya estamos en espera de ser atendidos, espero la conversación no se alargue demasiado para regresar pronto a tu lado—le digo apenas me contesta.
—Mi Darién, ya te extraño mucho, este palacio sin ti me parece desértico a pesar de que hay tanta gente aquí, por favor vuelve pronto.
—Así será princesa, ¿hoy te dije que Te amo?—le digo en un tono más cariñoso; talvez parezca frio frente a la gente por no demostrar mi amor igual que ella, pero en realidad mi personalidad es más bien seria, sin embargo procuro mostrar mis sentimientos hacia ella cuando estamos solos, hay veces que en el silencio se pueden decir tantas cosas que las palabras no alcanzan a llenar.
—Darién te tengo que dejar, me buscan para unas autorizaciones y sabes que contigo al habla mi cerebro no funciona bien, además todavía me cuesta mucho entender tantas cosas.
—Está bien Sere, ve, y no olvides que Te amo.
—Y yo a ti te amo aún más mi Darién.—me dice seguido de un beso que truena en el auricular antes de colgar.
Deseo con todo el corazón llegar a su lado. Las horas pasan entre las presentaciones y las negociaciones con los reyes, Amy llevo la conversación hasta donde necesitábamos de manera eficaz, lo que me enorgullece de ella, es una buena aprendiz, las negociaciones terminan y al fin puedo regresar a mi hogar junto a Serena entre sus brazos, no sabe cuánto me llena de amor con solo existir.
—Majestad, me informa el capitán que no podremos salir en este momento puesto que las condiciones climáticas no lo permiten.—me informa Amy en cuanto llegamos al aeropuerto, lo que me entristece y desespera a la vez.
—¿Puede ser antes de mañana por favor?, necesito estar esta noche en casa—respondo tratando de ocultar mis sentimientos.
—Déjeme ver que se puede hacer— me dice tratando de tranquilizarme dándose la vuelta para comprobar si existe alguna otra solución.
Deseo que la encuentre pues no quiero pasar una noche sin mi Serena al lado. Unos minutos después regresa Amy con noticias.
—Majestad, busque varias soluciones pero ninguna me da la opción de llegar hoy a casa, tendremos que pasar la noche aquí—me informa apenada.
—Esta bien Amy, no te preocupes, reserva habitación en el hotel del aeropuerto, espero salgamos lo antes que se pueda, y por favor cuando no tengamos a nadie mas cerca no me digas majestad, solo Darién, ¿esta bien?—le digo tratando de aparentar tranquilidad pues se que busco todas las posibles soluciones. Trato de resignarme a pasar la noche lejos de ella.
—Esta bien, Ma... Darién.—me dice un tanto tímida.
Llego a mi habitación y le marco a Serena, a esta hora ya debe estar en la alcoba.
—Hola mi amor, ¿ya te dieron las malas noticias?—le digo en tono triste, me duele estar lejos de ella.
—Darién, lo sé, no quiero pasar esta noche sin ti, no me gusta—me dice casi al borde de las lágrimas.
—Serena no llores amor, veras que las horas pasarán rápido y estaré a tu lado nuevamente, mejor cuéntame como te fue en el día—le respondo manteniendo mi propia tristeza a raya, pues de otra forma estaremos llorando ambos en unos instantes.
Me traslado al balcón del cuarto y me doy cuenta que la luna hoy se ve hermosa, tan grande y resplandeciente, interrumpo un poco su platica para pedirle que salga a contemplarla al mismo tiempo que yo, tal vez así nos sentiremos mas cerca uno del otro.
—Darién esta hermosa, es tan bella, ahí empezó nuestra historia de amor.—me dice alegre por lo majestuosa que se ve.
—Así es Serena, y me alegra tanto recordarlo, te amo tanto Serena—le digo pensando en la manera de conectarme más a ella, de pronto se me ocurre—¿lo sentiste?—le digo mandándole un beso en el viento.
—¿Qué sentí?, no he sentido nada—me dice un poco alarmada.
—Ha de estar por llegar, tu espera—la línea queda en silencio y yo estoy riéndome por dentro, sin embargo se que ese detalle alegrará su noche—¿ya llegó?.
—De qué hablas Darién, no ha llegado nada, ¿me mandaste algo al teléfono? —contesta curiosa.
—Te envié un beso con el aire Serena.
—Darién, ¡estas loco!, ¡me habías espantado!, aunque por otro lado, ¡gracias!, yo te enviaré otro—exclama y truena un beso en el teléfono.
Continuamos con nuestra conversación, platicamos de todo y de nada al mismo tiempo, terminamos la llamada por que escucho que ella está cansada y sinceramente yo también, me meto a la cama y caigo rendido soñando nuevamente con Serena, no hay noche que no la sueñe, mi mente siempre está pensando en ella.
Despierto por el sonido de mi teléfono, Amy me informa que ya podemos partir a casa y lo que agradezco a Dios. Termino de despertarme y me percató que no esta su suave piel a mi lado, necesito llegar a verla, ya no puedo seguir separado de ella, me levanto de un salto, me baño y visto, y salgo apresurado hacia el avión.
Llego al avión y me sorprende ver que ya todo está listo para el despegue, hago una nota mental para agradecer a Amy su eficiencia. Abordamos el avión y espero con ansias llegar a su lado. Mientras esperamos que el vuelo llegue a su destino saco de mi portafolio la fotografía que llevo escondida de ella, esta foto me gusta mucho porque la tomé mientras ella estaba de perfil a mí distraída contemplando la luna, desde entonces se convirtió en mi favorita, sus rasgos y cabello en comunión con la tenue luz de luna y el flash de la cámara dan cabida a una perfecta fotografía de ella que no me cansaré de admirar, me hechiza su cuerpo y sus atenciones hacía mí; a veces siento que no la merezco.
Volteo por la ventana y veo que ya estamos cerca de aterrizar, muero por que al fin lleguemos; el aterrizaje se realiza con éxito y veo que ella está esperando mi descenso del avión, por lo que me apresuro y bajo rápidamente, al verme ella corre a mi encuentro, y nos fundimos en un fuerte abrazo, como si hubiese pasado tanto tiempo sin vernos, sin embargo para mí fue una eternidad separado de ella, sin sentir su suave piel, sin ver su cara, sin ver sus ojos, sin sentir su aroma, sin sus besos, estar sin ella es como no estar vivo.La tomo de la mejillas con mis manos y le doy un beso donde le transmito mi desesperación por tenerla cerca, mis ganas de abrazarla, mi inmenso amor hacia ella, mis ganas de fundirme en ella, mi necesidad de protegerla y mi devoción por cuidarle el alma.

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⏰ Última actualización: Feb 18, 2020 ⏰

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