—Juro permanecer a tu lado a partir de ahora hasta que la muerte nos separe.
Y cuidarte incluso mejor que a mi propia vida, por ti, soy capaz de morir con tal de mantenerte a salvo.Un final feliz; es lo que todos se imaginaban en esos momentos luego de escuchar a Jeon decir aquello a su ahora esposo, Park JiMin.
La ceremonia recién terminaba y podían observarse sonrisas en el rostro de todos los presentes, en especial en el de los recién casados.
Luego de muchos años de noviazgo, dificultades y mil cosas más, por fin habían podido consumar su amor frente al altar, teniendo de acompañantes solo a los más allegados a estos, querían algo pequeño pero hermoso, y al parecer, hasta ahora lo estaban logrando.
Entre risas y comentarios lindos, pasaron a ir a la casa en donde a partir de esa noche, los recién casados vivirían, lugar en el cuál, tenían planeado celebrar toda la noche, con una gran fiesta, organizada por el mejor amigo de la pareja; Kim Taehyung.
Al llegar, todos fueron recibidos con cientos de papelitos brillantes cayendo del techo.
La casa lucía simplemente hermosa, estaba decorada con cientos de fotos de los recién casados, globos, serpentinas y solamente siendo alumbrada con pequeños focos de colores que le terminaban de dar ese toque especial que se podía sentir al entrar.Transcurridas unas horas, ya la mayoría estaba que se caía de ebrios, en especial el pequeño JiMin, quién se encontraba sentado a un lado de su esposo en un sofá, moviendo su copa de un lado a otro mientras reía sin motivo aparente.
—Minnie, vas a golpearme, quédate quieto.
Hablaba mientras intentaba quitarle la copa, sacándole un gran puchero al más bajo una vez lo logró.
—Bueno, ni siquiera me gusta esa bebida, sabe horrible, ahora quiero pastel.
Tambaleándose, caminó como pudo hasta el fondo del salón, hasta llegar a la mesa de bebidas y donde también, se encontraba un pastel, decorado con garabatos de colores, justo como JiMin lo había pedido.
—Todos, ¡Aquí! Pongan atención. —Comenzó a gritar y golpear la mesa hasta que logró captar la atención de todos los presentes. —Quier-o... Quiero partir el pastel y luego brindar por el amor de mi vida, ¡Jungkookie! Ven y tráeme un cuchillo.
Llamaba a su amado sin siquiera saber dónde se encontraba este, pues debido a su estado, muy y apenas podía distinguir de una persona y otra.
Segundos después sintió los fuertes brazos de su chico rodearle por detrás, poniéndole con cuidado lo que había pedido en su mano.A pesar de las protestas, Jungkook mantuvo su mano sobre la contraria en todo momento, para evitar que su pequeño fuese a cortarse.
Al intentar sacar una rebanada de este, se dieron cuenta de que en el interior, contenía una viscosa y apestosa masa roja.
Los pequeños ojos de JiMin se abrieron en cuanto miraron aquello, formando una mueca al notar que también salía un líquido rojizo de aquel postre.
—¡Iugh!... Kook... —Se giró a él inmediatamente, escondiéndose entre el pecho del mayor con inquietud, aguantandose las ganas de vomitar. —Tus bromas nos son graciosas, mucho menos el día de nuestra boda...
Se quejó, intentando mantenerse tranquilo a pesar de estar ebrio, ya que los invitados no mostraban gran interés a lo que estaba sucediendo, y sabía perfectamente que esto podía ser parte de una de las tantas bromas pesadas que a Jungkook le gustaba hacerle a todos siempre.
—Amor... Yo no fuí. —Susurró con la mirada fija sobre el pastel, intentando adivinar que era aquel extraño relleno, la luz que había en toda la casa en esos momentos, era muy poca como para decifrar aquello.
El castaño se encontraba igual o más desconcertado que su esposo, todo era tan confuso, el olor comenzaba a hacerse más fuerte... la música había vuelto a sonar por todos lados... sus amigos parecían no importarles nada... Su pequeño se removía y jalaba de su camisa con desesperación... le era imposible pensar con claridad en esos momentos.
De pronto, y sin previo aviso, hubo un pequeño apagón, el cuál no duró más de tres segundos, y cuando todos creyeron que las cosas ya estaban de nuevo en órden y la fiesta seguiría con total normalidad, un disparo proveniente de la parte trasera de la casa, los hizo ponerse en alerta, despertando todos los sentidos que horas antes habían sido adormecidos por culpa del alcohol dentro de su sistema.
Jungkook en cuanto escuchó aquello, por instinto, empujó a JiMin, obligándolo a agacharse y meterse debajo de la mesa.
Un segundo disparo bastó para hacer que cada uno de los ahí presentes, entrara en pánico por más que Jungkook intentara tranquilizarlos para poder saber que hacer.
Todo se salió de control segundos después de escuchar a alguien gritar desde la cocina, fue un grito tan desgarrador que ninguno tuvo el suficiente valor de acercarse para ayudar o saber que es lo que pasaba, dedicándose simplemente a mirarse los unos a los otros con miedo, intentando adivinar quién o quienes faltaban entre ellos en esos instantes.
La cosa se puso un poco peor luego de que alguien intentó salir, dándose cuenta de que la puerta y ventanas del primer piso estaban bloquedas.
Inmediatamente iniciaron a alterarse más de lo que debían, algunos comenzando a pelear entre ellos, mientras otros solo lloraban e intentaban con desesperación quebrar alguna ventana para poder salir, al mismo tiempo en que buscaban la manera de que la policía al otro lado de la línea, les creyera.
Jungkook no podía pensar en nada ni en nadie más que no fuera su esposo, tenía que mantenerlo a salvo hasta que alguien hiciera caso a su llamado de ayuda.
Al agacharse, se dió cuenta de que su pequeño ya no estaba debajo de la mesa, al subir la mirada, se percató de que corría con prisa escaleras arriba.Soltando una maldición, corrió detrás de él, la casa era inmensa y era la primera vez que JiMin ponía pie en ella, podía perderse fácilmente, o peor aún... Podía toparse con aquella o aquellas personas que al parecer estaban jugando con todos ellos esa noche.
No pudo ni siquiera poner un pie sobre el primer escalón pues, sin siquiera saber de dónde salió, un cuchillo pasó muy cerca de él.
Alguien lo había lanzado con bastante fuerza, evidentemente con la intención de herir a alguien, Jungkook afortunadamente se había salvado de milagro, pero quien estaba detrás de él, no.Los gritos no detuvieron a JiMin, quién siguió corriendo hasta chocar con alguien, estando a punto de forcejear con aquella persona hasta darse cuenta de que solo se trataba de Taehyung, el culpable de que haya salido de su escondite, pues ni en los peores momentos, pensaba separase y dejar solo a su mejor amigo.
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Orate »»VKookMin««
Fanfiction"Juro permanecer a tu lado a partir de ahora hasta que la muerte nos separe..." "Si no eres mío, no serás de nadie más." "Tú, él, y todos los que apoyen tu felicidad, sufrirán las mismas consecuencias." "Me has quitado a lo que más amo en el mundo...