1. Adiós Rapunzel.

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La verdad es que primera clase no está mal, pero aun así tengo el trasero dormido. Mientras la gente espera por salir me peino el cabello con los dedos para recogerlo en una coleta, también aprovecho para limpiar mis lentes y asegurarme que no dejo nada, cuando nos anuncian que podemos proceder a bajarnos, me cuelgo el morral negro en un solo hombro y soy la ultima de la cabina en bajarse, en el corto desfile hasta la puerta de salida doy las gracias a tripulación que ha sido muy amable durante las largas horas de vuelo.

Al bajar del avión y caminar por el pequeño puente de conexión entre el gran pájaro y el aeropuerto, noto algunas miradas, miradas curiosas y algo... malas, vamos, abordé en Estados unidos no es como si fuera la única extranjera en el aeropuerto. 

Mi pequeño regaño mental me hace sonreír, solo por el hecho de ver sus caras de rasgos diferentes me recuerda que a partir de hoy voy a tener 7 meses de libertad, para mi, sin guarda-espaldas, sin vivir en una comunidad especial y protegida, y sin peligro.

Sigo si quiera en peligro aun?

En fin, Kat, eres totalmente libre. 

Libre para salir a recorrer Corea, aprender el idioma y crecer de esto, estas volviéndote una adulta y se acabó eso de ser Rapunzel, no más eso de esconderte en tu torre de marfil.

Que felicidad!- siento mis uñas clavarse en las palmas de mis puños de la emoción.

Camino a paso lento hacia los puestos de inmigración, veo mi reflejo cansado en los ventanales, me veo como si no hubiera dormido por 2 días, mi piel se ve reseca, las ojeras marcadas y mi chaqueta vaquera tiene arrugas. Quiero dormir 4387592 horas y media.

En el puesto oficial de control, respondo varias preguntas, es algo incomodo, el oficial no sabe mucho inglés y yo no hablo mucho coreano, bueno, entiendo algo del idioma, pero no poseo la confianza para hablarlo. Al final, cuando me devuelve el pasaporte con una pequeña sonrisa yo hago una pequeña inclinación y sigo las indicaciones para recoger mi maleta. 

Kat Days ingresa a la Republica de Corea del Sur el 15 de Abril del 2019 a las 8am del día. 

Oh, Dios! -mis puños tiemblan un poco a los costados de mi cuerpo.

Después de recoger mi maleta y ponerme los audífonos camino con una sonrisa hacia la salida del aeropuerto y con la sonrisa más tonta-torpe que tengo camino hacia el transporte publico, camino a Seúl.

En Seúl tengo que cambiar de bus para ir al vecindario en donde esta mi apartamento, Sinsa en Gangnam, por lo que pude ver es un buen vecindario, recuerdo de lo que pagamos en deposito por estos 7 meses y espero en realidad que el apartamento sea mejor que las fotos. Bueno, igual Seúl es la segunda ciudad de Asia con los precios de bienes raíces más caros y yo sé mucho de ese tema.

Sonrío al ver que mi edificio queda justo a una autopista o calle del rio, justo entre Hannam Bridge y Dongho Bridge, creo que el complejo de apartamentos se llama Sinhyun, busco mi torre 4-111-3. En la entrada me encuentro a dos señoras de edad, me miran algo raro. 

No vayan a gritar, vivo aquí. Me regaño mentalmente por mi pánico innecesario.

Me inclino y murmuro 안녕하세요, las paso lo más confiada que puedo y busco el ascensor izquierdo. Sus miradas no me dejan hasta que las puertas se cierran y dejo salir la respiración, piso 12, al abrirse las puertas camino hasta el final del pasillo del lado izquierdo y veo el numero de mi apartamento, 1211, quito la tapa de la cerradura electrónica y pongo la clave.

Home, sweet home.

La luz de la entrada se prende como si tuviese sensor, me apresuro a meter la maleta, cerrar la puerta y me dejo caer sentada en el piso, rápidamente me conecto al internet y proceso a enviarle el mensaje a mi mamá.

Hiraeth.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora