— ¡¡David!!
Tengo que ir, tengo que verlo… ¡Tengo que saber que todo está bien!
—Perla aguarda.
James me detiene sosteniéndome por la mano derecha. No ha levantado la voz pues sabe que nuestra posición está en juego. Aún así, me aferra con fuerza y hace todo lo posible para mantenerme alejada de la puerta. Debemos quedarnos en completo silencio, alguien podría descubrirnos… Pero me es tan difícil quedarme aquí luego de lo que he visto…
—Perla, no podemos ir —dice y finalmente lo miro.
Sus ojos están cubiertos por una capa de lágrimas, pero él no llora desconsoladamente como yo.
—James…
—Perla, tenemos una misión que cumplir aquí. No podemos salir ahora, podríamos no regresar nunca.
—Pero, mi hermano…
— ¿Y qué hay de mi padre? ¿Crees que no me he dado cuenta de que era él el mismo que peleaba con Liz? ¡Pues claro que lo vi! ¡Lo vi usar a su Pokemon para dejar a Liepard y a tu hermano fuera de combate y luego desapareció! ¡Lo vi perfectamente!
Hace un tremendo esfuerzo por no levantar la voz, las lágrimas siguen brotando de sus ojos pero él sabe cómo mantener el control de sí mismo. Yo nunca podría hacerlo.
—James, tengo que ir. ¡No puedo permitir que lastimen a mi hermano! ¡David es lo único que me queda!
—Aún tienes a tu padre, ¿no es así?
—No tengo idea de dónde está él, quizá la Elite también lo tiene atrapado.
—En ese caso, sólo piensa en sobrevivir para reencontrarte con él. Quizá cuando vuelvas a casa, lo encontrarás sentado en un sofá y preguntándose en dónde están David y tú.
— ¿Y qué le diré cuando pregunte por mamá? ¿Qué le diré si David no resiste ese golpe?
— ¡Ocúltense!
Diamond nos da una alerta cuando sus agudos oídos consiguen escuchar algo. James tira de mí y me lleva a ocultarnos dentro de un armario. Diamond salta a mi cabeza y se nos une antes de que James cierre la puerta con cautela. Sólo para estar seguros, cubre mi boca con una mano para evitar que exclame cualquier sonido.
Son dos sujetos quienes entran al lugar, ambos dando grandes zancadas y acompañados cada uno por un Persian. Ambos Pokemon se distinguen por estar usando ropas. Sí, ropas. Ropas de color oscuro, como esos vestidos que las personas les ponen a los cachorros. Ambos tienen también un collar de color negro que emite una pequeña luz intermitente, como un localizador o algo parecido. El Persian de la derecha tiene una cicatriz que surca su ojo derecho y al Persian de la izquierda le falta la mitad de una oreja. Los sujetos se detienen frente a las pantallas, hacen caso omiso de los otros hombres que Diamond abatió hace pocos minutos.
— ¿Estás seguro de que los has escuchado aquí? —pregunta uno de ellos con voz grave.
—Estoy seguro. Era la voz de esa pequeña zorra, del hijo de Russell Harrison y de esa sabandija azul.
Saben que estamos aquí.
¿Cómo nos han descubierto?
—Las cámaras de seguridad del exterior han sido destruidas. Mira, ahí. No se ve nada.
—Pues claro que no. Ellos las han destruido, piensan que así no podremos descubrirlos.
— ¿Qué ha pasado aquí, en todo caso?
—Es evidente que ellos estuvieron aquí. Abatieron a estos sujetos y luego escaparon.
—Pero… Estoy seguro de que los escuché aquí.
—Será mejor verificar el resto del edificio. Tenemos que evitar que lleguen a la oficina del Jefe.
—Cierra con llave y vámonos de aquí.
James reacciona al escuchar eso. Me hace una señal para que me mantenga en silencio y sale sigilosamente del armario. En un abrir y cerrar de ojos, consigue someter a uno de esos sujetos. Forcejean por el control del manojo de llaves. Diamond sale igualmente del armario para darle a James una mano. Y así, sin necesidad de llamar demasiado la atención, James consigue el manojo de llaves. El humo emana de las espaldas de los sujetos abatidos y han dejado de moverse.
—Vamos —dice James en un susurro y extiende una mano para que yo la tome.
Obedezco y salimos de la habitación. James echa llave a la cerradura y corremos por el pasillo. El tiempo es oro.
Interesante…
Así que Perla Cobby y sus amigos vienen hacia aquí…
Mi teléfono recibe una llamada.
¿Quién molesta en este momento?
— ¿Qué?
—Jefe, me he deshecho de David Cobby.
—Lo sé, he estado viendo las transmisiones de las cámaras.
—En este momento voy en busca de Sheryl Crown.
—Olvida eso, Jason se encargará de ella.
— ¿Señor?
—Lo que tú puedes hacer es buscar a otra persona. Quiero que la traigas aquí, con vida.
— ¿Quién es, señor?
—Mi hija.
Termino la llamada.
Veamos… ¿Dónde estás, Cobby?
Ahh, ahí estás… Subiendo por el bloque de escaleras en lugar de usar el ascensor…
Inteligente, sólo un poco.
Alguien tendría que explicarle a esa niña que hay cámaras de seguridad en todos los rincones.
Date prisa, Cobby. Las ansias me están matando…
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Pokemon V: La Batalla Contra la Elite
Fanfic¿Por qué tuve que ver los ojos de Skyler antes de morir? Él lo dijo, Él lo repitió mil veces. Él me advirtió que si veo los ojos de alguien antes de darle muerte, esa última mirada me perseguiría el resto de mi vida. Y los ojos azules de Skyler no m...