Capitulo uno

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Habían pasado unos meses difíciles desde la última incorporación de Jiang Cheng al Muelle de Loto. Él estuvo luchando con uñas y dientes para llevar a su pequeño sobrino a casa con él, pero la secta Jin argumento que el heredero debería permanecer en la Torre Carpa, aun así, Jiang Cheng se negó a retroceder. Jin Ling fue el último miembro de su familia y el debería crecer donde su madre creció, en el Muelle de Loto. Para su sorpresa y sospecha, Jin Guangyao estuvo de su lado, sugirió que la agitación en la Torre Carpa molestaría al niño y que una atmósfera calmada sería buena para la salud del bebé. Aunque Jiang Cheng todavía no confiaba en el hombre, estaba agradecido por su apoyo y después de dos meses de discusiones, Jin Ling había sido llevado a casa, acurrucado contra el pecho de Jiang Cheng quien navego de regreso al Muelle de Loto.

Los primeros meses fueron terribles, Jin Ling había estado llorando y sollozando sin cesar, sin calmarse, sin importar cuantos juguetes se sacudieran, cuantas canciones le cantaran y cuantas veces lo alimentaran, él lloraba, sus mejillas se ponían rojas por el esfuerzo y su cara se arrugaba con ira. Jiang Cheng sintió un golpe en el corazón cuando sospecho que lo que realmente quería Jin Ling era a sus padres devuelta, pero eso era algo que incluso la secta Jin, con todo su poder e influencia, no podría darle. Lo único que pareció calmar al quisquilloso bebé, aparte del canto de Jiang Cheng fue la espada de Jin Zixuan. Aparentemente, mordisquear la empuñadura de la espada calmaría al bebe quisquilloso como ninguna otra cosa. Jiang Cheng era consciente de lo peligroso que era darle una espada a un bebé de cuatro meses, pero él no tenía tiempo para cantarle infinitamente a Jin Ling y la espada era difícil de dañar ya que Jin Ling no tenía dientes. Entonces, aunque las niñeras chasqueaban sus lenguas y reprendían a su líder de secta cada vez que entraban y veían a Jin Ling masticando y babeando sobre la empuñadura de Suihua, Jiang Cheng continúo dejando a su sobrino mordisqueará la espada de su padre.

Jiang Cheng froto sus sienes, haciendo una mueca por la palpitación detrás de sus ojos por la falta de sueño últimamente. Jin Ling había estado jugando recientemente, desde que había aceptado a Jiang Cheng como su principal cuidador, y este lloraba durante horas cada vez que tenia que salir para atender a sus deberes. Las niñeras le cantaban, le daban juguetes e incluso le ofrecían a Suihua cuando se desesperaba, pero Jin Ling se negaba a conformarse. Por eso Jiang Cheng tenia a Jin Ling en sus brazos mientras caminaba por sus habitaciones, meciendo al bebe cantaba suavemente.

Pétalos de loto golpean el agua

Las ondas se extienden

Ve la belleza del rió

Mira la escena y baila

El Muelle de Loto es mi hogar

El agua calma mi alma

El Muelle de Loto me llamara

El rio me lleva a casa

Jiang Cheng pudo sentir las lágrimas en sus ojos cuando canto la canción de cuna que Yanli siempre había cantado para Wei Wuxian y el. Apretó su mandíbula al pensar en cuan lejos estaban esos días ahora. Bajo su mirada hacia el niño que tenia en sus brazos, un puño estaba metido en la boca de Jin Ling mientras dormitaba, y se pregunto como su vida se había convertido en eso. El hijo de su hermana en sus brazos, sin experiencia con niños, sin Yanli para que lo ayudara, sin Wei Wuxian para que le ofreciera una sonrisa. Solo reuniones con otros lideres de sectas, viajando a otras sectas, ofreciendo asistencia en cacerías nocturnas y eliminando cualquier indicio de cultivo demoníaco donde lo encontrara. Jin Ling dejo escapar un murmuro y Jiang Cheng se congelo, preguntándose si se iba a despertar y empezar a lloriquear una vez más, pero él bebé simplemente se dio la vuelta y empezó a babear la túnica de Jiang Cheng. Suspiro mientras se resignaba a utilizar la misma túnica al día siguiente mientras le continuaba cantando al quisquilloso bebé hasta adentrada la noche.

El Río Me Lleva A CasaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora