Capítulo 2: Amigable vecino.

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Spiderman continuo ahí, observando desde lo más alto de aquel edificio, hasta que de un momento a otro escucho un extraño ruido provenir desde un callejón cercano, que debido a su sentido arácnido pudo darse cuenta que alguien estaba en peligro, grande fue su sorpresa cuando al acercarse con precaución por los tejados se encontró con tres tipos rodeando a una chica con intención de lastimarla, su sentido de protección se activo, con cautela y procurando no ser visto, se acercó lo más que pudo para analizar mejor la situación.

El murmullo de voces le dieron a entender al héroe local que mantenían una no muy grata conversación.

—Vamos linda, danos tu bolso —el tono lleno de coqueteó del primer sujeto mando una sensación de repulsión al estómago de Spiderman que empeoró ante su escalofriante risa.

—¡Por favor, no! ¡Solo déjenme en paz! —grito la chica completamente aterrada y al borde de las lágrimas.

—Oh, no llores muñeca, aún podemos divertirnos —de nuevo la sensación de asco invadió el cuerpo del héroe, el segundo hombre era peor que el primero.

—¡No se acerquen a mi, asquerosos! —escuchar por segunda vez el tono aterrado de la chica hace que Spiderman salga de su leve trance.

De un salto baja del lugar en el que estaba, se posiciona de manera protectora frente a ella y cruza los brazos molesto.

—Dejen en paz a la señorita, el acoso y el intento de robo son delitos —su voz algo amortiguada por la máscara se escucha molesta.

Los tres hombres se vieron entre si bastante confundidos por la recien intromisión y solo uno se atrevió a hablar.

—¿Y este payaso? ¿Quién diablos es? —la confusión del tipo número tres era bastante obvia, miro primero a sus compañeros y luego al héroe.

—Oh —Spiderman se lleva una de sus palmas enguantadas a la boca por encima de la máscara —Que despistado, ¿dónde están mis modales? —nego con la cabeza antes de girar su rostro hacia los delincuentes —Soy el hombre araña y les voy a dar una paliza.

Después de su pequeña presentación el ambiente cayó en un incómodo silencio que solo fue roto por las carcajadas llenas de diversión de aquellos hombres.

—¿Si? ¿Tu y cuántos más? —el único en hablar había sido el primer sujeto, ese que intento quitarle la bolsa a la joven.

El hombre ni siquiera espera recibir una respuesta para cuándo se lanza al ataque con tan solo sus puños, el héroe esquiva los golpes gracias a sus reflejos, en un descuido del hombre Spiderman logra conectar un golpe en el rostro del tipo que lo manda contra una de las paredes del callejón, con ayuda de su telaraña lo deja pegado a la misma.

El segundo tipo, ese que acoso a la chica de manera verbal, saco de su bolsillo un arma blanca antes de irse en contra del héroe, el hombre araña le quita el arma antes de noquearlo y atarlo al piso con su red, el otro hombre al ver la escena prefiere huir pero Peter lo detiene con sus telarañas evitando que escape.

—¿Estás bien? —pregunta a la chica, gira por completo su cuerpo para verlo.

Ella era rubia, unos centímetros mas baja que él con un color de ojos hermoso, en general era muy bonita.

—Si —asiente con fuerza —Gracias, soy Gwen —su voz ahora esta llena de alivio y se esfuerza por darle una sonrisa, aunque temblorosa, al héroe.

El muchacho sonríe debajo de su máscara, está aliviado de que no le haya pasado nada a la chica que ahora sabe se llama Gwen.

—Siempre es un gusto conocer gente nueva, aunque me pesa que sea en estas condiciones, igual es un gusto Gwen —lleva su mano a su nuca —Yo soy tu amigable vecino, el hombre araña —se presenta con entusiasmo, recuerda la situación en general y no puede evitar el gruñido molesto que escapa de su garganta —Llama a la policía y levanta una denuncia por acoso e intento de robo, la telaraña desaparecerá en dos horas —agrego con seriedad.

Gwen asintió, Peter se sintió un poco más tranquilo, se despidió de ella con la mano antes de lanzar una telaraña para llegar a la cima del edificio más cercano, permaneció algunas horas más patrullando la cuidad y cuando estuvo lo suficientemente cansado, regreso a su hogar.

Trepó por algunas paredes hasta estar lo suficiente cerca del edificio en el que vivía junto a su tía, entro por la ventana de su habitación haciendo el menor ruido posible, una vez adentro se quitó el traje y busco una pijama decente, se recostó en su cama dispuesto a descansar un rato aprovechando que a un era de tarde y la tía May todavía no volvía del trabajo.

El sonido de la puerta de su habitación siendo abierta lo trajo de vuelta del mundo de los sueños, el chico se incorpora en su cama en estado de alerta, mira algo asustado como se abre la puerta tan lentamente como si de una película de terror se tratara.

Contuvo la respiración hasta que la silueta de su tía May estuvo por completo en su campo de visión, soltó el aire con alivio, no era ningún espectro del mal que venía por su alma.

—Peter, que bueno que te encuentro despierto —fue el saludo de la mujer adentrándose en la habitación —Hay algo de lo que quiero hablar seriamente contigo —agrego.

—¿Que es, tía? —pregunta Peter algo asustado.

No estaba seguro si lo que tenía por decirle lo relacionaba directamente, esperaba que no.

—Dentro de dos días va a llegar la hija de una gran amiga mía, Peter, y se va a quedar con nosotros —dio un suspiro.

El rostro del chico se desencajo por la sorpresa, solo pudo mantener los ojos muy abiertos junto a la boca por la impresión.

—¿U-una hi-hija de tu a-amiga? —su respuesta estuvo llena de tartamudeos debido al estupor.

—Asi es, Pet —su tía arrugó el entrecejo con desconcierto —¿Porque tartamudeas, cariño? —pregunta llena de confusión.

—N-no.. lo s-se —Peter se aclara la garganta —¿Y cuál es su nombre? —pregunta ya con su tono de voz normal.

—Su nombre es Marinette —ella suelta una risita por el comportamiento de su sobrino —Y es de París, Francia —presume con una sonrisa.

—Oh —el sonido de sorpresa que brota de sus labios provoca una risa en May —Comprendo, comprendo, ¿cuando dices que llega? —pregunta distraídamente.

—¡Peter! ¡Lo acabo de mencionar! —exclama ella divertida.

—¿En serio? No lo recuerdo.

—Peter, Peter, Peter —murmuro negando en tono de regaño —¿Que vamos a hacer contigo? —resopla con diversión —Llega en dos días —le recuerda y el mencionado solo ríe asintiendo.

—¿Es linda? —pregunta ilusionado, May rueda los ojos.

—Es bellísima —se burló de la cara que el muchacho estaba poniendo antes de salir de la habitación finalizando la charla.

Peter permanece sentado en su cama por un par de minutos, vuelve a recostarse, clava su mirada en el techo como si fuera lo más interesante del mundo o como si analizará el material con el que fue hecho, su mente divagaba en cómo sería la chica o bueno, Marinette.

¿Sería alta o de baja estatura? ¿Piel morena o blanca? ¿Rubia? ¿Pelirroja? ¿Azabache? ¿Ojos azules o verdes? ¿Ojos marrones o de algún otro color?

¿Sería simpática? ¿O odiosa? ¿Amable? ¿Envidiosa? ¿Presumida? ¿O buena persona? ¿Fastidiosa? ¿Dulce y gentil?

Suspira girando en su cama, decide que por el momento no le va a dar más vueltas a eso, al final la iba a conocer dentro de dos días, cerro los ojos e intento volver a dormir.

Solo por esa noche no sería el amigable vecino.

Somos uno mismo [Editando].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora