Sinceramente, no había nada muy especial en la vida de Ume. Cómo la mayoría de las personas de esa época, no contaba con una gran calidad de vida al haber nacido en la pobreza. Ella era la hija mayor de una pareja de personas que no estaban preparadas para traer hijos al mundo, pero que la tenían a ella y a su pequeña hermana menor; Rin.
Sufrieron un sin fin de cosas en las manos de sus progenitores y tuvieron que aguantar muchas cosas más, pero a diferencia de lo que se podría esperar en ese tipo de situaciones de solamente aguantar, Ume no estaba de acuerdo con eso. No teniendo a su pequeña hermana también sufriendo las mismas cosas que ella. Fue por eso que al cumplir cierta edad, que era ni más ni menos que los 15 años... Ume decidió escaparse de la casa junto a su hermana menor después de haberse asegurado de juntar ciertas cosas necesarias para su supervivencia mediantes los trabajos que había hecho en el pueblo para conseguir dinero extra.
Para su suerte, aquello fue un alivio para sus vidas ya que la suerte les sonrió y fueron acogidas en la casa de una mujer mayor que vivía a las afueras del pueblo, cerca de un gran bosque. Ahí vivían haciendo los quehaceres del hogar y ayudando a la mujer en lo que ella pudiera necesitar y a cambio, por supuesto, ellas tenían techo y comida ya que la mujer se dedicaba al cultivo que cuyos frutos vendía y compartía con las chicas.
—¿Quieres algo especial para hoy? —pregunté de repente mientras recogía los platos de la mesa, puesto que había terminado el desayuno y era momento de arreglar todo antes de que fuera a comerciar las verduras que habían salido de la cosecha.
—¿Eh? En realidad no, estoy bien así —respondió la menor quien estaba lavando algunas ollas en la cocina.
—Vamos, no puede ser que no quieras absolutamente nada. El otro año no pude regalarte nada pero hoy, puedo hacerlo. ¡Solo pide algo! —expresó Ume decidida—. La edad de doce años es un momento decisivo para una señorita, dime, ¿Quieres ropa nueva o algo así? Ya sabes, para impresionar a alguien —comenté molestandola a lo que ella me miró con molestia fingida.
—Yo no necesito impresionar a nadie —respondió suspirando.
—¿Eh? Ya deberías pensar en buscar un marido o algo, de lo contrario quedarás solterona, eh.
—La que debería preocuparse por ello eres tú, que ya tienes 17 años y aún así no tienes ni un pretendiente —agregó Rin con una sonrisa burlona—. La solterona aquí eres tú.
El ojo de Ume comenzó a temblar de la rabia pero decidió disimularlo tomando una postura confiada antes de tomar uno de los platos mojados que su hermana dejaba a un lado para secarlos.
—Para tu información, pretendientes nunca faltan. Lo que falta es alguien digno de mi —expresó orgullosa—. Pero hoy, tengo una cita.
—No olvides tu cita de hoy con el Señor Tsushivo, si llegas tarde quizás y no te compre las verduras —habló una mujer mayor que sonreía ligeramente mientras ingresaba lentamente a la cocina.
Rin soltó una pequeña risa ahogada.
—¿El señor Tsushivo es tu cita de hoy? —expresó la menor con burla.
Ume tenía el rostro rojo por la irritación pero admitió su derrota contra Rin y la señora Suka, quien rieron a la par ya que no recibieron respuesta suya al ser descubierta.
—Vamos, Ume, era una broma. Uno nunca sabe cuándo llegará el indicado —expresó la anciana quien se sentó en la mesa mientras nos veía limpiar los platos—. Además eres una chica muy bonita, seguramente encontrarás novio algún día.
Ume no tuvo de otra que aguantar esa conversación que ella misma había iniciado, pero no era que le moleste, solo era algo incómodo. Después de todo, no importaba mucho ya que había ya cierta familiaridad con la anciana con la que vivían. Ella fue quien las recibió en su casa y las tuvo ahí por más de dos años. Ella siempre fue amable y sabia con ambas, enseñandole un montón de cosas y evitando que ambas pudieran caer en lo peor del mundo al quedar solas y desamparadas. Fue gracias a ella que estaban bien hoy día y podían dormir con tranquilidad sin tener que sufrir golpes, maltratos o cualquier otro tipo de abuso.
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Want [Kny] [Sanemi X Oc]
Fanfiction❝Nunca supe lo que querías... Pero si tenía claro lo que yo quería. Te quería a ti, conmigo, solo eso... Pero querer no fue suficiente.❞ Ume Daruma quería demasiado y en un mundo en donde te lo arrebatan todo sin piedad, se había condenado a sufrir...