Yeosang llegó a la residencia, con los nervios a flor de piel. Sus mejillas y nariz se encontraban pintadas de un suave carmín por el clima fresco, su cabello revuelto, por el feroz viento el cual hacía remover las ojas de los árboles con estruendo.
Entró intentado ser silencioso, escuchando varias voces, eso hizo que las palmas de sus manos comenzarán a sudar. Intentó arreglar su cabello e infló sus mejillas, conteniendo el aire, para luego exhalar lentamente. Se cambió rápidamente sus zapatillas para sustituirlas por sus pantuflas.
Asomó su cabeza con cuidado, mirando a los cuatro chicos, quienes se encontraban sentados en la mesa, Yeosang camino hacia ellos, llamando la atención de todos sin siquiera intentarlo. Entonces el menor se congeló, todo el falso valor que había logrado reunir, se desvaneció. Yeosang mantenía un involuntario puchero sobre sus labios, mientras sus ojos se empañaban, todo había resultado un desastre.
— T-Traje helados, n-no sabía que s-sabor les g-gustaba, y-yo — tartamudeo, la mirada de Seonghwa recorrió a Yeosang, cada centímetro del chico, desde sus lindos ojos marrones, hasta sus mejillas rosadas, sus labios, cada vez que se abultaban al hablar, formando un pequeño corazón con estos.
Yeosang dejó la bolsa sobre la mesa y huyó hacía su habitación cerrando tras él, se apoyo sobre la puerta mientras ocultaba su sonrojado rostro entre sus pequeñas manos. Todo había resultado un desastre, no tuvo ni siquiera el valor para poder presentarse correctamente, ni convivir con ellos amigablemente, como el había imaginado que sería.
Con desilusión, Yeosang se cambió a su pijama, para luego recostarse y meterse bajo sus mantas, ocupandolas para ocultarse de todo, nuevamente volviendolas un escudo. Cerró sus ojos, frunciendo sus labios, sintiendo escoser sus ojos, tomó uno de sus peluches, abrazandolo con fuerza. Luego de unos minutos, Yeosang había caído en un profundo sueño, mientras era observado por cuarto pares de ojos curiosos.
— Es adorable — susurró Yunho, Hogjoong asintió de acuerdo con el menor, viendo a Mingi quién miraba a Yeosang enternecido.
— ¿No creen que sea extraño estar mirándolo mientras duerme? — preguntó Hogjoong a lo que todos asintieron, más no apartaron su vista del nuevo residente.
— Creo que es muy lindo — murmuró Seonghwa, para luego desviar la mirada hacía las cosas del chico, todo era bastante colorido e interesante.
— Bien, quiero que salgan de nuestra habitación — vocifero Hongjoong apuntando a Yeosang, quién se encontraba profundamente dormido.
Yunho bufó molesto con el mayor, todos querían quedarse ahí, con él nuevo residente, husmeando sus cosas y viéndolo dormir como un pequeño bebé. Seonghwa vió a Yeosang, encantado, las largas pestañas de Yeosang reposaban sobre sus pálidas mejillas, y su cabello revuelto, mientras sus brazos se aferraban al pequeño oso de peluche. Entonces un escalofrío recorrió por toda su espalda.
— Bien, hora de irnos — murmuró Mingi a regañadientes, saliendo de la habitación junto a Yunho. Luego de un minuto, Hongjoong aún viendo a Seonghwa observar a Yeosang, pronunció un molesto; "¿Qué esperas?", haciendo que Seonghwa saliera avergonzado de la habitación.
