ASMR {YUWIN💖}

💋38. Final. El cielo que nos une

Todo aquel humo estaba llenando sus pulmones y ya no podía abrir los ojos porque los lastimaba. Pero sí pudo oír unos gritos que provenían de afuera.

¿Se lo estaba imaginando o era real?

Llegó un momento en el que Sicheng pensó que todo se había acabado pero no era como en las películas donde aparecen recuerdos de tu infancia con tu familia o amigos.

No, su último pensamiento lúcido fue el mar.

Azul, infinito, cubierto de diamantes debido a los rayos del sol.

*⭐*

—¡Apartense!

Yuta y Lucas hicieron apenas a tiempo a quitarse de enfrente que aparecieron sus amigos a ayudarles a derribar la puerta.

No fue fácil y todos ayudaron. Johnny, Ten, Minghao, Jun, Zhenting y varios más.

Yuta fue el primero en entrar, no veía nada, sus ojos ardían, pero sus piernas se movían rápidas. Aunque su cuerpo se negara a dar un paso más, él siguió, su mente estaba enfocada solo en encontrar al chico amaba.

"Por favor, por favor, que él esté bien" su corazón latía frenético, sus plegarias se elevaban fuertes al cielo.

Para RenJun, todo ese tiempo que esperó ver a los chicos salir de aquel lugar infernal le pareció no terminar nunca.

Por más que había querido bajar él mismo, Chenle se lo había impedido a la fuerza.

—Solo vas a lastimarte si vas, no ayudarás a tu hermano así.

Tenía razón pero la espera lo estaba volviendo loco. Se estaba esforzando por no pensar lo peor, pero...

Chenle nunca había visto a su mejor amigo en esas condiciones. Lo único que podía hacer era abrazarlo, cualquier palabra carecía de significado.

A lo lejos se escuchó la ambulancia que habían llamado, la policía también ya estaba en camino.

Después de un rato que pareció eterno, vieron sumergir de entre el humo una figura. Era Yuta con alguien entre los brazos.

RenJun corrió hacia ellos, lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas al mismo tiempo que Yuta se desplomó en la hierba y una fuerte llovizna empezó a caer.

*⭐*

—Qué precioso, luce como un ángel recién despierto.

—Con un paciente así, no me molestaría hacer el turno de noche.

—Ya quitense de aquí, están molestando a los otros pacientes.

—Doctor Minho no sea celoso, usted sigue siendo el hombre más guapo del hospital.

—Sí si como sea, tengo que ir a visitarlo.

El joven doctor entró en la habitación con la carta clínica del paciente.

Cuando el chico había llegado al hospital, estaba completamente inconsciente, su respiración era apena perceptible a través del pulso. Sus signos vitales estaban al mínimo.

Había sido expuesto a unas grandes cantidades de humo mortales para el cuerpo y por eso pensó que no sobreviviría la noche.

—Usted haga todo lo que está en sus manos para que él viva, se lo ruego —le habían dicho los que lo habían acompañado.

—Lo haré pero todo depende de sus ganas de aferrarse a la vida —había dicho y era cierto.

La medicina y los tratamiento ayudaban hasta cierto punto pero luego la sanación dependía del paciente.