Los humanos tienen vidas cortas, para los Ghouls pueden ser largas siempre que se mezclen entre la sociedad.
El apellido Tsukiyama había pasado de las altas empresas a solo manejar la SEMEFO (servicio médico Forence) pese a no ser tan reconocida por los humanos.
La cuestión era que entre los ghouls Tsukiyama daba inicio al mercado legal en la venta de carne de los cadáveres.Pero eso no le importaba tanto a Tsukiyama, quien ahora mismo estaba más ocupado.
+09:37 AM+
Mansión TsukiyamaAbrió los ojos lentamente, la luz de la ventana iluminaba la habitación habían cortinas de terciopelo, la ropa estaba en el suelo así como al bajar la mirada, pudo notar aquel cabello blanco con negro a su lado.
Apenas podía creerlo, ahora estaban juntos, su pequeño Kaneki le había correspondido en cuerpo y alma a sus dominios.
Shuu bajo sus labios, besando su frente en un tímido beso que pronto hizo sus manos rodear la cintura ajena, frotando los muslos del exinvestigador con sus dedos, aquellos besos que lamía los del chico entre sus brazos así como empezando a estimular entre sus piernas, aún estaba algo húmedo de todo lo que habían hecho la noche anterior en su oficina.
-Tsuki... Buenos días- susurro en tono adormilado el peliblanco, aquella ojos grises reflejaban al ghoul frente a él
Pero lejos de enfadarse por ser despertado, sintió el rubor invadirle, escondiendo su rostro en el pecho ajeno al sentir como los dedos largos del peli morado estaban entre sus glúteos, deslizándo y escuchando suavemente el chapoteo al jugar su entrada.
-Buenos días mi pequeño Kaneki- susurro Shuu sin detener su mano entre sus piernas, bajando apenas su rostro para chupar sus labios, aquel exinvestigador se veía bastante tímido pero a Shuu le encantaba verlo así.
Tan frágil, tan vulnerable, apenas podía creer que aquel joven que había conocido como un híbrido inseguro que incluso había intentado devorar
Ahora estaba entre sus brazos gimiendo de forma tan dulce
Sus dedos al poco rato ya entraban con facilidad, disfrutando sentir la lengua del menor invadir su boca, como si deseara más.
-Kaneki- susurro Shuu mirando aquellos ojos plateados
La mirada de Tsuki hizo al mitad ghoul asentir, sabía que pasaría y lo deseaba.
Pero hacerlo con la luz en el día, era bastante vergonzoso, aún así, como negarse? Si aquellos ojos violeta hacian dudar de su nula voluntad
Era débil ante élRetiro sus dedos de entre sus piernas, recostando al exinvestigador en su cama
-Kaneki, eres tan hermoso así que no te avergüences de tu cuerpo, déjame verte- pidió Shuu al chico de cabello plateado, este cerro sus ojos de forma tímida para lentamente abrir sus piernas ante ShuuDejando ver una hermosa vista de sus piernas delgadas con muslos redondos, su vientre plano, su erección marcada con su entrada notablemente dilatada.
-Tsukiyama, apúrate- susurro aún con los ojos cerrados, quizá lo que más le encantaba al empresario era ver la vergüenza en Kaneki, mientras sujetsba sus piernas para acomodarse entre ellas, pasando su lengua por el cuello ajeno, la dureza de Shuu no tardó en frotarse entre sus piernas
Resonando los glúteos redondos de Haise cuando Tsuki lo embistió se una sola intención -Ahg! Shuu- el sonido tan tierno de sus gemidos, la respiración agitada de Kaneki, sentía como el enorme miembro del ghoul llenaba su interior, su zona dulce era chocada de forma tan precisa, fuerte que simplemente las uñas del menor se enterraban en la espalda ajena, dejando delgados hilos sobre la piel.
-Kaneki, te amo tanto- jadeaba en voz baja, su cabello morado estaba despeinado dando un aspecto bastante salvaje, los gemidos de Kaneki resonaban en la habitación así como su trasero al ser azotado, resonando "aplausos" bastante pervertidos.Las piernas del menor temblaban ante cada caricia, Shuu había bajado había sus pezones, mordiendo su piel para marcar sus besos en botones hasta dejarlos rojos e hinchados.
Nadie pensaría que aquel ghoul clase SS ahora estaba siendo dominado por aquel gourmet.
-Shuu... Ahhmm, dame más fuerte por favor!- sentir sus besos estimular sus pezones así como su trasero siendo azotado lo tenía al borde del éxtasis, apretando sus muslos sin querer, haciendo que su amante sintiera placer.
El delgado hilo de cordura de Shuu se rompió ante la petición, deteniéndose de la nada, Kaneki alzó una ceja sin entender que pasaba
Acaso se había cansado?
Estaba lejos de la verdad, cuando sintió al mayor jalar su cuerpo boca abajo, en 4.
Su entrada rosada se veía dilatada y algo húmeda, mientras Shuu se acomodaba detrás
-Shuu- Kaneki jadeo al sentir como jalaba su cabello plateado, obligandole a pegar su rostro contra la almohada, sacando su lengua por instinto al sentir como volvía a empujar su gordo miembro dentro de sus muslos
-Kaneki, te amo- susurraba Shuu, la cama rechinaba por lo fuerte de sus embestidas, el trasero del menor no tardó en ponerse rojo por la fricción sumando el hecho de las nalgadas que el pelimorado daba.Para Kaneki era el máximo placer, después de dos años soportando abusos del cegador Arima.
Al fin estaba con Shuu.Un gemido hizo al menor temblar en la cama, manchando las sábanas al sentir como el mayor se venía dentro de su trasero de nuevo, Shuu era muy gentil, incluso después de hacerlo, se escondía entre sus brazos, atesorando al peliolatrado, se preocupaba por él además de que había salvado su vida.
Tsukiyama era todo par él.
-Que desayuno tan delicioso- dijo en doble sentido el pelimorado, haciendo sacar una pequeña risa al de ojos grises.
Cuando el exinvestigador se sentó en la cama, cubriendo su boca con la mano, sus pies ágiles corrieron a la taza del baño para vomitar
Tsukiyama se preocupo al verle, sintiendo que algo malo pasaba, quizá se había excedido
-Shuu... Hay algo que tengo que decirte- murmuró Kaneki buscando aquellos ojos morados llenos de cariño.
-Cuando estaba con Arima, el usaba sustancias en mi cuerpo, quería que yo me embarazara pero siempre que terminaba en mi, yo me lavaba, pero contigo estos días ... Olvide hacerlo- confesó el peliplateado.//////////////////
Nota: a alguno le agrada el mpreg? Hace poco leí del tema, creo que es muy cliché pero tampoco está de más intentarlo