¡Hola! Antes de dejar el capítulo, quiero decir que estoy un poco nerviosa, la verdad es que cambié un montón de cosas sobre esta historia y nunca creí que la volvería a publicar, pero todos me la estuvieron pidiendo mucho y bueno, ni modo que los ignorara. No sé por qué les gusta tanto este fic, pero gracias por todo su apoyo siempre, jajajaja.
Algo importante a resaltar, cuando elegí el título de esta historia por primera vez, literalmente lo puse a lo "wey", sin siquiera darme a la tarea de investigar que en Japón, de hecho, existe la perparatoria después de la secundaria y, que por la edad de los personajes, ellos deberían estar en preparatoria, pero les pregunté a muchos si deseaban que cambiara el título y todos dijeron que estaba bien así, digamos que lo dejaremos por la nostalgia, jajajaja.
Sin más que decir, les dejo el capítulo uno completo, más adelante los iré dividiendo en dos. Las aclaraciones irán hasta el final.
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Era una mañana muy transitada por la calle principal de la ciudad de Tokio y un chico rubio corría por aquella calle empujando delante de él un balón de fútbol, de un color naranja muy particular. El chico siguió su camino y pasó con su balón frente a un automóvil, sin siquiera fijarse en que podría haber salido atropellado al cometer tal imprudencia.
—Pero ¿qué le pasa? ¿Qué no ve que lo pude haber matado? Es un idiota —dijo la persona que conducía el automóvil, un joven de cabellera larga, color castaño, que poseía dos ojos perlados, casi blancos.
—Tranquilízate, primo Neji, el chico se veía muy contento, además, no creo que pasara nada —le habló su acompañante desde el asiento de atrás, su prima, quién era un año menor que él. Tenía un gran parecido con Neji, sus ojos eran del mismo color, pero su cabello era negro con reflejos azules. Era una joven sumamente hermosa, con aire elegante y dulce.
—No me digas eso, Hinata, ¿qué hubiera pasado si lo atropello? —cuestiono Neji a su prima, frunciendo el ceño. Todavía estaban parados en medio de la calle tras haber visto pasar al chico rubio—. Si no estoy mal, ese era Naruto Uzumaki, siempre tan distraído.
Hinata se inquietó ligeramente ante la mención de ese nombre, pero lo disimuló.
—Pero no sucedió, ¿o? —habló, mostrando una hermosa sonrisa, mientras su mente dibujaba la imagen del niño rubio que solía siempre meterse en problemas cuando eran más pequeños—. Naruto-kun...
—Tienes razón —Neji soltó un hondo suspiro, de nada le servía enojarse en estos momentos, ya que las cosas habían resultado bien—. Será mejor apurarnos porque se nos hace tarde a nuestro primer día de clases —aclaró.
—Entonces dejen de parlotear —ambos voltearon a ver a la niña que estaba sentada al lado de Hinata, su hermana menor, Hanabi, la cual estaba de brazos cruzados y tenía el ceño fruncido.
—No te enfades, Hanabi-chan —dijo Hinata, mientras una gotita de sudor frío recorría su frente. Su pequeña hermanita era bastante temperamental y perfeccionista, odiaba llegar tarde a cualquier lugar.
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El prestigioso instituto Konoha –Voluntad de fuego– era una de las escuelas preparatorias más grandes del estado, siendo un instituto privado, contaba con las mejores instalaciones para todos sus alumnos y, debido a las donaciones de grandes figuras públicas, contaban con un fondo de becas para estudiantes que no podía costearse la estadía.
Una chica de cabellera rosa caminaba hacia la entrada de la escuela, llevaba el uniforme de la misma, además un bolso color rosa que colgaba de su lado derecho, sus ojos eran de un color jade muy hermoso. Ella iba contenta, emocionada por comenzar ya el segundo año, auguraba un gran futuro para ella y su carrera, no podía esperar para graduarse e ingresar a la universidad.
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Amores de Secundaria (Editada)
FanfictionEl amor verdadero puede llegar en cualquier etapa de la vida, no sólo cuando ya eres un adulto. Naruto y sus amigos aprenderán, a veces a golpes, cómo es amar y crecer al mismo tiempo. Madurar no es fácil, pero es parte de crecer. Historia re edita...