C A C H O R R O | YoonSeok | Editando Y Resubiendo

» veintiséis

La brisa soplaba fresca esa tarde de verano, los pájaros pasaban volando mientras cantaban.

Hoseok admiraba el paisaje a través de la ventana del auto mientras tarareaba una canción. YoonGi lo miraba por pequeños momentos y sonreía.

—¿Ya casi llegamos Hyung?— Pregunto el menor sin mirar al pelinegro.

—Si, estamos a diez minutos.

Hoseok, ahora sí lo miro y sonrió mientras daba pequeños aplausos.

—Me dará ventaja para alejarme ¿Verdad? Sería injusto si no me la da, usted es más rápido y me atrapará en menos de un minuto.— hizo un puchero porque sabía que con eso obtendría lo que quería, jamás fallaba, YoonGi siempre sucumbia ante sus encantos y ojos de cachorro regañado.

El pelinegro soltó una pequeña risita y asintió con la cabeza.

—Te daré minuto y medio de ventaja, úsalo sabiamente.

Hoseok sonrió contento, y su alegría incremento cuando vio a YoonGi aparcar el auto en la entrada del bosque.

El menor ni siquiera espero a que YoonGi se bajara del auto para salir del vehículo, sonrió enorme e inhaló profundo dejando que sus pulmones se llenarán del aire fresco.

—¿Estas listo?

Hoseok asintió entusiasmado.

—Dese la vuelta Hyung y no mire porfavor.— Dijo con las mejillas sonrojadas y el pelinegro obedeció a lo que su pareja le había dicho, se dio la vuelta y cubrió sus ojos con sus manos.

Hoseok agitó su mano delante del rostro de YoonGi para asegurarse de que esté en realidad no estaba mirando, cuando estuvo seguro, se apresuro a quitarse toda su ropa y meterla en el auto, la brisa al contacto con su piel, hizo que tuviera un pequeño escalofrío, rápidamente contó mentalmente hasta tres y muto.
Ahora un lobo blanco estaba en el lugar de Hoseok.

YoonGi supo que Hoseok estaba listo cuando sintió unos rasguños en la pierna.
Quitó las manos de sus ojos mientras los abría y miro fascinado a la bola de pelos blanca que tenía delante suyo.
Su Hoseok, su cachorro, se veía hermoso en su forma lobuna, mentiría si dijera que no extraño a su copito de nieve, muy pocas veces tuvo la oportunidad de apreciar al lobo de Hoseok, pero cada vez que lo veía no se cansaba de repetir lo bello que era.

Con cuidado tomo el rostro del lobo e hizo que pegará su frente con la suya.

—Corre.— le susurró e inmediatamente Hoseok se apartó del mayor y hecho a andar a correr lo más rápido que sus patas podían.

YoonGi miro su reloj y espero, cuando el minuto y medio que le había prometido a Hoseok que le daría de ventaja paso, tiró su reloj dentro del auto e importandole una mierda su ropa comenzó a correr y de un brinco se transformó en un enorme lobo negro.

Hoseok zigzagueaba entre los árboles rápidamente, su corazón latía veloz y no solo por la adrenalina del momento, si no también por la emoción.
Estaba teniendo su primera danza del cortejo y estaba muy feliz.
YoonGi debía atraparlo y no se lo iba a dejar demasiado fácil.
Siguió corriendo un poco más hasta que encontró un arbusto con flores y se escondió en este, el olor de las flores debería ser suficiente para cubrir su aroma y despistar al Alfa.

El lobo negro corría olfateando el aire y el piso, por momentos, buscando el agradable olor a duraznos característico de su Omega, cuando lo captó siguió corriendo en la misma dirección que estaba seguro el menor había tomado, pero se sorprendió cuando dejó de sentir el aroma de su pareja, puso las orejas en alto por si captaba algún sonido pero nada, así que dirigió su humedad nariz al suelo para ver si podía encontrar el olor a durazno.