• Capítulo 93 •

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Asesinar a más de la mitad de la cuarta división con puro taijutsu y unos cuantos jutsus de fuego y después mandar dos meteoritos hiriendo de gravedad al Tsuchikage y matando a la alianza restante fue solo cuestión de minutos para que Madara logrará todo esto el solo.

Su cuerpo quería más batalla, lo que acababa de hacer no era nada en comparación de sus anteriores peleas con Hashirama pero le gustaba como se veía el paisaje me traía recuerdos.

Parado sobre una de las rocas y cruzado de brazos contemplaba el lugar destruido con los cuerpos sin vida de los shinobis. Luego habló seriamente con Kabuto —¿Cuánto sabes de mi realmente?— uso su voz áspera para darle a entender que no le hablará a la ligera.

—Me atrevo a adivinar. En esa batalla contra el primer hokage Hashirama no moriste en el Valle del Fin—; Madara arrugó más el entrecejo, odiaba que hablarán de sus batallas perdidas —aunque perdiste la batalla a cambio ganaste una parte de su poder. ¿Me equivoco?—

Madara estiró un poco el cuello su túnica negra para mirar su pecho —No es de extrañarse, estás bien preparado. ¿Sabes sobre nuestro plan?—

—No en detalle... pero soy tu aliado aunque no estoy seguro si ese falso Madara tiene intensiones de ejecutar su plan con exactitud—.

Ambos se miraron desconfiados del uno al otro, no tenían las mismas intenciones —Por cierto aún hay algunos sobrevivientes—. comentó el peliplata mirando por debajo donde estaba Naruto, Gaara, Temari y Onoki —¿Que hacemos?—

Junto sus manos y formó sellos —Primero hay algo que quiero comprobar—. con su mano tocó el suelo —Kuchiyose no jutsu—. una especie de sello de dibujo en el suelo.

Naruto se agachó estrujando su estómago adolorido —M-mi estómago... me arde...— cerró los ojos con fuerza tratando de soportar el dolor.

En su interior Kurama seguía encerrado tranquilamente, pero su enojo y rencor apareció cuando sintió el chakra de Madara llamándolo —¡Ese chakra que me llama...! ¡¿es Madara?!— sabía que la idea de Haru al darle poder a Madara para que pudiera invocarlo y controlarlo era una mala idea, ahora la odiaba más que antes.

En ese mismo momento cuando Amaterasu se dirigía corriendo al lugar paró de golpe sintiendo como una enorme presión en todo su cuerpo —¿Que fue eso? Sentí unos segundos como mi cuerpo me pesaba. No, eso no importa ahora, debo apresurarme—. ahora daba grandes saltos para llegar más rápido.

Madara se levantó del suelo retomando su postura diciendo con una pequeña sonrisa de decepción —Al parecer el Kyūbi aún no ha sido capturado—. dedujo al ver que no aparecía el zorro a su llamado de invocación.

—Ese es el propósito de está guerra. El Kyūbi está encerrado en su jinchuriki Mira, ahí está—, con la mirada señaló a Naruto —pero ese es un clon...— no terminó de hablar debido a que una bola de fuego fue hasta ellos.

El silencio de un secreto | Uchiha MadaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora