Faltaban 10 minutos para salir al escenario, estaba dándome los últimos retoques a mi vestido - no podía decir que estaba nerviosa, porque no lo estaba. Estaba enojada, irritada ¿Con quién?, con mi padre, no era difícil adivinar.
-Estas lista - me pregunto Christina, era la quinta vez que me preguntaba lo mismo.
-Que si, ya deja de fastidiar - dije enojada.
-Perdón, entonces vamos que ya te van a presentar.
Accedí, y camine detrás de ella, quedando detrás del escenario, escuchando como hablaba el animador, un estudiante, un también "Sabelotodo".
-Tengo el honor de presentar a la mejor cantante del instituto - sonreí ante el gesto - ella es hija del dueño del instituto una gran y profesional cantante y bailarina - hizo una pausa- denles un gran aplauso a ________ Harth - presentó.
Salí al escenario, estaba completamente lleno de gente, del instituto y fuera del instituto, ahora si los nervios rondaron por mi cuerpo, pero desaparecieron cuando empezó a sonar la canción -toda la gente allí mirándome, escuchando mi voz, amo cantar y me encanta que mi talento sea reconocido.
*
-Es la persona mas engreída que me conocido en toda mi vida - me susurro Emily, mientras mirábamos como cantaba la hija del director del instituto.
-Estoy de acuerdo contigo - le dije a mi mejor amiga de toda la vida.
-Pero la muy estúpida canta como los dioses - aplicó.
-Estoy de acuerdo contigo.
-Eso es lo único que dirás - pregunto.
-Estaba concentrado viendo como canta tu nueva enemiga.
- Nueva enemiga - rió - tienes razón - puso su rostro serio, la conocía perfectamente, aquellas chicas con dinero y que se creen el centro del mundo, tal y como era la hija del director no eran de su agrado.
*
Al terminar la canción todos se pararon a aplaudir, me sentía satisfecha, después de todo nada salió mal, me aprendí rápido la letra teniendo solo un par de minutos para leerla.
Salí del escenario, directo al camarín, donde busqué en mi bolso con ropa que me habían traído, para sacarme el vestido y ponerme algo mas, simple...ni tanto -
, salí del camerino para dirigirme a la oficina de mi padre, aun seguía el acto pero yo ya no sacaba nada con estar allí, al abrir la puerta de la oficina, me encontré con el rostro de mi padre, sentado en su silla.
-Valla, hasta que te dignaste a llegar - critiqué.
-Solo he tomado un poco - dijo.
-Si claro - dije sarcásticamente - nos vemos luego - salí de la oficina para ahora ir a la sala de música.