Para que no se queden como "¿y como se llama esta niña?" bueno soy Ashley, soy Chilena, tengo 13 años y en este tiempo sufrí cambios que nunca imaginé que me pasarían.
Era un día normal, me levantaba con el sonido de mi alarma, me ponía mi uniforme mientras trataba de mantenerme despierta, hacía mi mochila, tomaba mi celular y bajaba para poder desayunar. Miré a mi hermano bajar pero seguí bebiendo mi leche con chocolate. Cuando mi vaso finalmente se vació fui a dejarlo en agua en el lavaplatos, luego volví a mi habitación por mis audífonos y fui a despertar a mi papá.
-Papá, ya estoy lista, levántate - dije totalmente desanimada y fui al baño para lavarme mis dientes.Me subí al auto con mis audífonos puestos y mi mochila en mi espalda, en todo el rato que estuve esperando a mi papá me quedé con los ojos cerrados y mi cabeza apoyada en el asiento de adelante, tenía demasiado sueño para mi gusto.
-Bebesita, ¿lleva la agenda? - preguntó mi papá mirándome por el retrovisor a lo que yo levanté mi mano con el pulgar arriba.
-Revíselo por fa. - esta vez se dio la vuelta para mirarme.
-Pero papá ya te dije que si. - reclamé y lo miré.
-Hágalo ¿si?
-Ahg. - dejé mi mochila a mi lado, la abrí y le mostré la agenda molesta.
-Muy bien. - sonrío y me lanzo un beso
Volví a introducir la agenda en mi mochila y mi hermano se subió al auto.
-Oye. - miré a mi hermano esperando su respuesta.
-¿Que? - me respondió malhumorado como siempre.
-¿llevas el diccionario? - seguí mirándolo y asintió. - ValeMi papá condució hasta nuestro colegio, al estar ahí nos bajamos y me despedí de mi padre para entrar al colegio. Cruzo medio colegio para subir unas escaleras y llegar a mi sala. Me senté en mi puesto, solté un suspiro de alivio y puse mi mochila detrás de mi silla, luego fui con Alexa que estaba con Alison para poder conversar un rato.
-Hey, hola. - saludé con una sonrisa.
-Ashley. - dijieron felices y me metieron en la conversación.
Estuvimos conversando hasta el toque de timbre donde la profesora entró y todos nos fuimos a nuestros puestos.
Mi puesto es al frente de todo, odio los primeros puestos, toda la atención del profesor está en esos lugares, ¡es horrible! Te hacen pasar a la pizarra, te revisan los cuadernos para ver si haces las actividades y no puedes conversar o pedir algo a tu compañero, es demasiado aburrido estar en esos lugares.
Luego de horas y horas de clases, y minutos de recreos llegó el tiempo esperado, la hora de...IRSE A CASA UHHHH, realmente no me emocionaba tanto porque me aburría en mi casa pero me aburría más en clases que en mi casa así que igual estaba feliz de irme.
Cuando finalmente abrieron el portón de la plazuela, salí del colegio y caminé dos cuadras para poder ir donde mi mamá, era tedioso siempre hacer esa caminata con la mochila a mi espalda llena de libros, pero no podía hacer nada al respecto. Estaba esperándonos en el mismo lugar de siempre.-Hola. - saludé cuando me subí, pero no me sentí mal al no recibir respuesta, era costumbre para mí, así que dejé la mochila un lado y miré por la ventana mientras me ponía mis audífonos, con mi mamá no se puede hablar porque se pone demasiado idiota cuando está con el celular, lo odio de verdad pero si le digo ella es capaz de enojarse conmigo. Luego de unos minutos mi hermano llegó, me pasó su mochila, tomó la bolsa de su almuerzo y volvió al colegio.
-¿Que hay de comer? - pregunté y bajé el volumen de la música de mis audífonos.
-Comida. - contestó seca y ruedo mis ojos, esa típica respuesta, debería de dejar de preguntar la misma idiotez si siempre recibo la misma respuesta.
Al final llegamos a mi casa, tomé mi mochila antes de bajarme y entré.
Subí las escaleras calmada, dejé mi mochila en mi cama, luego me saqué mis audífonos, y me senté en mi cama cansada. Cuando escuché a mi mamá irse a su habitación fue cuando me cambié de ropa y bajé para ver si me había servido, pero como era de esperarse debía hacerlo yo misma.
Me serví y me senté a comer, no me gustaba comer sola porque ne sentía patética cuando comía sola pero creo que debería de empezar a acostumbrarme.
Luego de comer volví a mi habitación, me senté en la silla y me acerqué al escritorio donde había un cuaderno. Me sentía feliz cuando ponía música y comenzaba a escribir mis historias, no las publico porque igual me da vergüenza, de hecho no soy una profesional en esto, simplemente disfruto se hacerlo.
-Bien, sigamos. - sonreí, ideas de como seguir la historia se acumularon en mi cabeza, realmente me daba gusto el simple hecho de que las ideas aparecieran espontáneamente ya que eso me facilitará las cosas pero también me juega en contra. Seguí con mi historia pero mientras escribía decidí poner música ya que la inspiración y creatividad se me estaba acabando pero con música todo mejora
Escribí por una hora hasta que mi gato interrumpió, entró a mi habitación, se sentó al lado del plato y maulló mirando su plato vacío. Me levanté suspirando, tomé la bolsa de comida y llené su plato. Comió feliz. Yo volví a sentarme en la silla pero esta vez tomé mi celular para responder mensajes de fake land.
No hice nada productivo en el día, pasé escuchando música, escribiendo y respondiendo mensajes en instagram, por lo que mi día se fue rápido.
Cuando la noche cayó, salí de mi habitación con hambre, bajé al comedor y limpié la mesa para poder comer ahí
Luego de limpiar, fui a la cocina, me hice unas tostadas con huevo y un té, se me hacía agua la boca, no comí nada más aparte del almuerzo, era obvio que me moría de hambre.
Llevé todo eso a la mesa y comí tranquila hasta que apareció mi hermano.
-¿No me hiciste un huevo? - preguntó mirándome.
-Yo no soy tu sirvienta, ya tienes catorce años, te puedes hacer uno solo. - respondí seca y seguí comiendo.
-Mujer, los deportistas necesitan huevo. - subió su manga y me mostró su músculo del brazo. Odiaba esa manera en el que el bromeaba.
-Los deportistas por lo menos saben hacerse un huevo y no mandan a otros. - lo miré desafiante.
Suspiró y entró a la cocina lo que dio por finalizada a esa mini discusión.
Al terminar lavé todo y volví a encerrarme en mi habitación.
-Necesito una ducha... - pensé mirando mis manos sudorosas por tomar té con este calor. Me quité mi ropa, tomé las toallas, las dejé en un lugar cercano pero que no estorbara y me metí a la ducha. No estuve tanto tiempo ya que debía hacer tareas y responder mensajes.
Cuando terminé, pasé la toalla por mi cuerpo para poder quitar el agua. Salí del baño, me vestí, fui por mi mochila para poder sacar los cuadernos y los puse encima de mi escritorio para revisar si había alguna tarea. Rogaba de que ni hubiera tarea pero creo que la suerte no esta de mi lado, en todas las materias que tenía al día siguiente tenía al menos una tarea que hacer.
ESTÁS LEYENDO
Necesitas valentía para ser tú
Ficção AdolescenteTodo comienza con un golpe de un estuche en su cabeza haciéndole llegar una idea que para ella era una locura en su posición. Ella solamente tenía 13 años, aún le quedaba por vivir y pensar en otras cosas pero su confusión y incomodidad le ocupó un...