Tres Dedos

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Narra Meliodas:

Los latidos de su corazón eran mas agitados al igual que su respiración.

Mi boca bajaba a su pecho y comenze con lamidas, su boca daba gruñidos ahogados , así que decidi subir de nivel , baje mi mano hasta su miembro cubrido y como si de un juguete de hule se tratara comenze a tratarlo.

-que crees que haces imbecil?! -dice con un sonrojo.

-Con razón Gelda te amaba. -di una risa.

-Vuelvela a mencionar y te juro que te voy a partir la cara! -Fruncio el ceño.

-Te ves tan lindo cuando estás enojado. -sigo en lo mio.

-Ya b-basta por f-favor , si sigues haci yo me voy a ... -se corre en mi mano.


En eso le muestro tres dedos.

-Lamelos. -sonrio maliciosamente.

-Pudrete infeliz! -Dice enojado.

-Bueno , te lo adverti. -Di una sonrisa.

Introduje el primer dedo de golpe y comenze a hacer movimientos circulares dentro de él.

-D-Duele!! S-sacalo!! -Dio un gemido de dolor.

-Yo te lo adverti Hermanito. -Di una risa.

Inserté el segundo dedo y comencé a hacer movimentos en tijera.

-Ya M-meliodas duele!! -Cerro los ojos.

-En un momento lo disfrutaras , calmate! -Frunci el Ceño.

Inserté el tercer y último dedo y comenze a dar embestidas lentas.

-Me-melio..ah ah!- daba pequeños gemidos.
Se aguntaba el dolor, es fuerte, admiro eso de el. Pero veamos que tan fuerte se aguanta.

Saque los dedos y exhaló. Esto aún terminaba, pero no podía demorarme tanto.

-Zeldris, tengo tantas ganas de Hacerte mío. -dije en tono sensual muy cerca de su rostro en eso nos interrumpió alguien.

-Oye Zel! -dice nuestro otro hermano detrás de la puerta.

Zeldris se quedo helado al oír la voz de Estarossa y se propuso a hablar.

-Que es lo que pasa her-hermano? -Dio una sonrisa dando empujones.

-Zeldris , que estás haciendo ? Oí ruidos. -Dijo tratando de ver hacia el otro extremo de la puerta.

-Y-yo estaba ... Eh...-No sabía que decir , estaba nervioso.

-Puedo entra...? -Fue interrumpido.

-Me estoy masturbando! -se tapa la boca.

-Ah , pues perdón -da una risa-sigue con lo tuyo entonces , te dejó. -se va.

Z

eldris se tumba a la cama tapándose la cara. Me miro con deseo y nervios, eso me enloquecía. Al besarnos y dejar un hilo de saliba se quedo con los ojos cerrados y me dispuse a irme de ahí.

Sentimientos de dos demoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora