°Un Viernes Cualquiera°

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Dicen que a las 00:00 hay que pedir un deseo, y empieza un nuevo día, claro, tienes la posibilidad de hacerlo sin saber si se cumplirá o no, y ahí se ve a las personas que saben que no pierden nada por intentarlo.

Bueno, pues en ese pequeño porcentaje de población me encuentro yo, y quizá podría ser el comienzo de esta historia.

Lo cierto es que todo empezó una noche. Estaba hablando con mi mejor amiga Ainoha, como todos los viernes cuando quedamos y se queda a dormir en mi casa. De repente mirando el relój me soltó asustándome por un momento:

- ¡Corre! ¡Ahora!
- ¿Qué? ¿Qué quieres que haga?
- Tu solo pide un deseo, ¡rápido!

Pedí un deseo, realmente sin saber que estaba haciendo. Cuando me giré no pude evitar soltar una risa, pero rápidamente me tapé la boca para que no me oyera. Ainoha estaba con los ojos cerrados a punto de estallar, y casi sin pensarlo dos veces le tiré de la cama de un susto.
Un rato después le pregunté el por qué del deseo:

- ¿Por qué teníamos que pedir un deseo?
- ¿No lo sabes? - dijo riendo - se supone que si pides un deseo a las 00:00 se cumplirá ese mismo día, pero tu no eres tan supersticiosa como yo era obvio que no lo sabías

Pronto se quedó dormida, pero yo seguí dandole vueltas en mi cabeza, sobre todo por el deseo que había pedido, pero ¿no podría hacerse realidad verdad? Quiero decir, es imposible, ¿… no?

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