Flores Carnivoras

Caída del cielo

Nota:

Los personajes usados en la historia no me pertenecen, son propiedad de League of legends, pero me gustan como pareja. Por favor disfruten, y gracias por leer este intento de historia... sin más preámbulos...

Continúen:

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Rápidamente una pequeña sombra empezó a caer de entre los árboles, un pequeño pájaro, que parecía caer desfallecido y agotado, apenas podía aletear mientras se chocaba con cada rama de este lejano y hermoso bosque, el bosque de Shurima...

Esta pequeña sombra fue vista por la aguda vista de esta mujer extraña, habitante de estos bosques. Era una mujer peligrosa, con la fuerza absoluta de la tierra mágica que corría bajo sus pies, observo extrañada a esta clase de ave, nunca había visto este tipo de pequeña ave colorida, quizás se había perdido, y empezó acercarse sigilosamente a donde la pequeña ave parecía estar cayendo...

Con todas sus fuerzas el ave trataba de alzar vuelo, pero poco a poco sus fuerzas menguaban y con cada golpe de rama solo quedaba rendirse, sin más, el pájaro abatido de cansancio choco con la corteza de un árbol bastante grande y empezó a caer directamente al piso, mientras su cuerpo se... su cuerpo, se... ¿transformaba?...

La misteriosa mujer de duros ojos amarillos, había seguido al pájaro hasta que este se golpeó duramente contra el árbol, le llamaba la atención esos colores azules vivaces que nunca había visto, pero fue bastante la sorpresa, cuando el cuerpo de esa pequeña y hermosa ave empezó a cambiar, sus miembros se estiraron cambiaron poco a poco a brazos, su torso creció, poco a poco fue convirtiéndose en una figura humana, humanoide...

Lejos de mostrarse curiosa o intrigada, sintió la rabia creciendo en su interior, un ser deplorable, como eran los humanos, esos horribles seres que habían destruido su hogar, el hogar que aun trataba día a día restaurarlo, los humanos habían llegado aquí, con magia de transformación... Salió con furia hasta donde se encontraba la pequeña figura de lo que parecía nada más que una niña. Siseo, como el sonido de una serpiente entre sus dientes, acercándose con velocidad y con la magia otorgada por la misma tierra que la engendro, lanzo unas lianas espinosas para atrapar al cuerpo que apenas podía notarse si respiraba... Las lianas atraparon el pequeño cuerpo de manos y pies, se escucho apenas un quejido, mientras se acercaba para ver quién era la intrusa o intruso, que había llegado a su hogar con un truco tan tonto como una transformación.

Cuando se acercó, lo primero en distinguir fue unos ojos amarillos, grandes y brillantes, que la miraban entre el absoluto terror y el absoluto cansancio, fue cuando su ira bajo de intensidad, puedo ver como las lianas habían perforado su piel y unos brillantes hilos carmesís salían de sus brazos y sus piernas, miro de nuevo a esos ojos, que ahora le suplicaban, con voz silenciosa, se movían unos pequeños labios, que antes eran rosas y ahora parecían pétalos marchitos, su cabello era del color de las plumas del ave que había visto caer. Al verla en conjunto, observaba a una pequeña, hermosa y singular criatura que nunca había visto, su piel tenia diseños verduzcos que se enrollaba en diseños intrincados como pequeñas escamas y tenía una singular cola de reptil, no era humana, no era para nada humana... este ser, era como ella... se quedo pasmada, la criatura llevaba poca ropa y los pocos rayos de sol que le daban hacían brillar su piel mientras este hermoso espécimen intentaba moverse en busca de ayuda, y fue cuando en un susurro cansado escucho su voz... Su corazón se agitó.

- Aa...yuu...daa – dijo suavemente en un susurro inaudible mientras veía como la mirada perdía vida, cayendo en la inconsciencia.

- Maldición – dijo con esa voz gruesa, que había aguantado en todo este momento en un suspiro de admiración – dis... disculpa – dijo sacando las lianas de las muñecas y piernas de la pequeña joven, la quedo observando con detenimiento.