Un difícil comienzo

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Cuando Rubius despertó, estaba en el mismo lugar en donde se desmayó, con un intenso dolor en la cara. Se tentó el ojo y dio un saltito. Seguramente lo tenía morado e hinchado.

Se levantó y se estiró a duras penas mientras se sostenia de un árbol.

— Joder, esto me pasa por insultar a los supuestos Dioses. El nombre de la ciudad le hace honor.

Miró el cielo de color anaranjado, dándose cuenta que el día estaba por terminar y tenía que darse prisa.

— Se va a hacer de noche. Necesito conseguir ovejas ya. —Dijo mientras se enderezaba y comenzaba a caminar en búsqueda  de un nuevo comienzo.

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— ¡Ovejas! ¡Ovejas! ¡Apareced ya, porfavor! —Rubius gritaba desesperado sin éxito en encontrar una oveja para hacerse una cama. — Joder, que está anochecien... ¡¿En qué momento anocheció?! —Miro a su alrededor, dándose cuenta que ya había oscurecido y él ni se había dado cuenta. —Okey, Rubius. Piensa rápido.

Corrió hacia unos árboles y comenzó a talar de forma nerviosa.

— Rápido, rápido, rápido. Tengo que apresurarme antes de que llegue algo a ataca... —

De la nada, un zombie apareció detrás de él.

—¡Aahh! Fuck my ass! —Le gritó a un zombie y comenzó a darle espadazos de una forma tosca y sin control hasta tirarle la cabeza.

Una vez el zombie cayó, le dió patadas en el suelo.

— Bitch! Bitch! Bitch! —Repetía sin detener sus pies.

Después de unas cuantas patadas más se detuvo y se apoyo en sus rodillas mientras tomaba aire una y otra vez.

Se enderezó dispuesto a seguir talando árboles. Pero en ese momento, otro zombie se acercó a él.

— ¿¡Otro!? ¡Oh Dios, este tiene una pala!

Con un poco de dificultad, logró derrotarle.

— Joder, están mamadisimos estos hijos de puta. No son como con los que peleaba estando solo.

Guardó su espada, esperando que todo fuese más fácil. Prefirió buscar otra área donde talar árboles.

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— ¿¡Cómo pretenden que en un día me haga una puta casa!? — Gritó enfadado.

A penas habían pasado unas cuantas horas de su llegada a Karmaland y ya había sido atacado por niñas fantasma, esqueletos, más zombies, endermans, brujas y una especie de Herobrine. Cada que estaba apunto de contruir su hogar, aparecía un bicho detrás suyo queriendo cargarle. Tenia que huir si no quería morir.

Rubius alzó la cabeza al cielo cuando vió que estaba amaneciendo.

— Joder, no dormí nada—Se quejó y bostezo —. Y tampoco puedo dormir ahora.

Una vez salió el sol por completo, logró construir una pequeña casa para al menos tener donde refugiarse mientras encontraba recursos y estabilidad. Tuvo que mezclar maderas de distintos colores, pues era lo que había logrado recolectar a lo largo de la noche.

Una vez «terminado» su refugio se dispuso a buscar ovejas para construirse una cama y poder dormir. De forma pacífica. Además tenía hambre y la comida que Merlon le dió en un principio estaba por agotarse.

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El día pasó rápido, y Rubius no podía creer que no hubiera ovejas por ningún lado. «Seguramente todos las extinguieron ya» pensó.

Siguió caminando sin rumbo, y en ese momento su corazón pálpito con fuerza.

Justo enfrente de él a unos cuantos metros visualizó una construcción luminosa en forma de M.

— Mangel...—Susurró.

Estaba seguro de que ahí era el lugar donde Mangel vivía. Pensó en ir a ver cómo era su casa, pero prefirió no hacerlo. Lo último que quería en ese momento era tener un golpe de nostalgia y sentimientos encontrados. Ya después se reencontraria con Mangel y todos esos sentimientos reprimidos al fin serían liberados.

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Regresó a su casa sin éxito de encontrar una oveja. Se dejó caer en el piso y miró al techo de dos colores.

Cerró sus ojos y su mente comenzó a hacerle malas jugadas. En cada pensamiento miraba a su mejor amigo de la adolescencia. Lo había extrañando demasiado y el hecho de saber que en efecto Mangel estaba ahí lo ponía ansioso.

Abrió sus ojos de golpe y movió la cabeza. Quería dejar de pensar en eso. Se supone que se había aislado de todos para poder matar todos esos sentimientos y sentía como estos se avivan otra vez.

— Tengo que distraerme.

Se dijo a si mismo mientras abría un cofre que había construido y sacó un pico.

— Picar un poco me ayudara.

Comenzó a picar de una forma algo irritada y desganada, esperaba que el hacerlo lo hiciera perder energías y poder dormirse, porque coño, pensar en Mangel lo había regresado a la vida en un dos por tres.

Odiaba ese efecto que Mangel tenía sobre él. Era capaz de elevarlo hasta las nubes y después dejarlo caer hasta la redstone. Esperaba que las cosas mejorarán ahora.

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No supo cuánto tiempo estuvo minando, pero si que se había cansado. Cuando salió a la superficie se dejó caer en el suelo dispuesto a dormir un poco después de dos días sin hacerlo.

Cuando estaba apunto de caer dormido, escuchaba ruidos fuera de su casa que no lo  dejaban dormir. Se levantó del suelo y abrió la puerta.

— ¡Si es un puto Kevin os mataré a todos! —Gritó furioso.

Sintió como el color de su piel se torno blanca cuando vió a un crepper frente a él.

— ¡No! ¡No! ¡Coño!

Lo último que escuchó fue el sonido de la explosión que lo dejo inconsciente.

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Algo cortito y lleno de relleno uAu perdón, pero como dije me estoy basando en la serie original de Karmaland del canal de Rubius x"D y voy por capítulos.

Además, si quería meterle un poquito más unu pero ando un poco con la cabeza en las nubes pero no quería dejarlos sin el capítulo semanal. Y pues ouo aquí está 💕

Por cierto, cuando Rubius grita « Espero que no sea un puto Kevin » se  refiere a un zombie pequeño xD recordemos que el les dice Kevin o Bryan.

Por mi parte es todo ouo muchas gracias por leer 💕

Marcy fuera uwu 🍃

Entre diamantes y obsidiana ➝ ( Rubegetta/ Rubelangel )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora